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| Postal del Canal de Suez |
El 29 de octubre de 1956, Egipto nacionaliza el Canal de Suez, para recuperar el control de esta vía marítima estratégica
El 29 de octubre de 1956, Egipto nacionalizó el Canal de Suez, decisión soberana que marcó un hito en su historia. La medida, anunciada por el presidente Gamal Abdel Nasser, buscó recuperar el control de esta vía marítima estratégica, operada hasta entonces por la Compañía Universal del Canal de Suez, de capital mayoritariamente británico y francés. El anuncio desató tensiones internacionales, ya que el canal era crucial para el comercio global, especialmente para el transporte de petróleo. Reino Unido, Francia e Israel reaccionaron con una intervención militar, mientras la comunidad internacional, liderada por la Organización de las Naciones Unidas, buscaba mediar en el conflicto. La nacionalización consolidó la postura antiimperialista de Nasser y redefinió las relaciones de poder en la región.En los años previos, el Canal de Suez, inaugurado en 1869, había sido un eje vital del comercio mundial. Conectaba el Mediterráneo con el Mar Rojo, reduciendo significativamente la ruta marítima entre Europa y Asia. La Compañía Universal del Canal de Suez, controlada principalmente por Reino Unido y Francia, administraba su operación y obtenía grandes beneficios. Egipto, sin embargo, recibía una mínima parte de las ganancias, lo que generaba creciente descontento en el país.Tras la independencia de Egipto en 1952, liderada por el movimiento de los Oficiales Libres, Nasser asumió el poder con una agenda nacionalista. Promovió la soberanía económica y política, desafiando la influencia occidental en la región. La decisión de nacionalizar el canal se gestó en un contexto de tensiones, especialmente tras la negativa de Estados Unidos y Reino Unido a financiar la construcción de la presa de Asuán, un proyecto clave para el desarrollo egipcio.
El 26 de julio de 1956, Nasser anunció la nacionalización en un discurso en Alejandría. Declaró que los ingresos del canal financiarían la presa de Asuán y otros proyectos nacionales. La medida tomó por sorpresa a las potencias occidentales, que dependían del canal para el suministro de petróleo desde el Golfo Pérsico. La Compañía Universal fue disuelta, y sus activos pasaron a manos del gobierno egipcio.
Reino Unido y Francia, principales accionistas de la compañía, condenaron la decisión. Argumentaron que violaba acuerdos internacionales, como la Convención de Constantinopla de 1888, que garantizaba el acceso libre al canal. Buscaron apoyo diplomático para presionar a Egipto, pero Nasser mantuvo su postura, asegurando que el canal seguiría abierto al comercio internacional bajo administración egipcia.
La respuesta militar no tardó en llegar. El 29 de octubre de 1956, Israel invadió la península del Sinaí, iniciando la Crisis de Suez. Días después, Reino Unido y Francia bombardearon instalaciones egipcias y desplegaron tropas, alegando la necesidad de proteger el canal. La acción fue coordinada en secreto por las tres naciones, según el Protocolo de Sèvres.
La comunidad internacional reaccionó con rapidez. Estados Unidos y la Unión Soviética, en plena Guerra Fría, condenaron la intervención. La Organización de las Naciones Unidas convocó una sesión de emergencia, y la presión diplomática obligó a Reino Unido, Francia e Israel a aceptar un alto al fuego en noviembre de 1956. Se desplegó la Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas, para supervisar la retirada de las tropas extranjeras.
Egipto mantuvo el control del canal tras la crisis. La nacionalización fortaleció la imagen de Nasser como líder del mundo árabe y del movimiento no alineado. El canal continuó operando bajo administración egipcia, garantizando el paso de buques internacionales.
La Crisis de Suez marcó un punto de inflexión en las relaciones internacionales. Evidenció el declive de Reino Unido y Francia como potencias coloniales y el ascenso de Estados Unidos y la Unión Soviética como actores dominantes. También resaltó la importancia del Canal de Suez como arteria del comercio global.
La nacionalización del 29 de octubre de 1956 consolidó la soberanía egipcia sobre el canal. A pesar de las tensiones y el conflicto armado, Egipto logró mantener su decisión, reafirmando su derecho a gestionar un recurso clave para su economía y su posición geopolítica.
Ramírez de Velasco®



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