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EDUARDO ÁVILA Mucho más que un cantor

Peláez con Ávila

Relato de un mediodía y una tarde en la casa del folklorista santiagueño en Buenos Aires


Por Alfredo Peláez
Eduardo Ávila no solo es una figura del folklore argentino, padre de crianza de La Telesita, cuyo padre biológico es el enorme Agustín Carabajal; también es empresario y hasta diputado nacional mandato cumplido. Quiere y no quiere volver.
La guitarra siempre está a mano para cantarle a los amigos que lo visitan en su coqueta casa del country Altos del Pilar, rodeado de sus perros, todas hembras de raza, salvo Wolf un ovejero alemán de tres años que es el guardián de la casa.
Vive bien el maestro cantor, junto a Patricia en su doble papel, de esposa y amiga. La puerta de su casa se abre solo para un selecto grupo de amigos, entre quienes me encuentro. Dice que el folklore le dejo más que amigos, buenos compañeros de escenarios o de ruta, como los define.
Siente gran admiración por Agustin y Carlos Carabajal y más aquí en el tiempo por Kali y Mario Alvarez Quiroga.
El día del amigo lo pasé en su casa. Almorzamos en el restaurante del country. "Pensaba que me ibas hacer un asado" le digo, Mi tira una caricia: "Estás loco... a la par de lo que haces vos, paso vergüenza". El postre lo comemos en su casa y es la hora de la guitarreda.
Canta sus clásicos y me recita las dos apologías de la chacarera, la de Julio Argentino Jerez y la de Dalmiro Coronel Lugones. "La de don Julio es para la tribuna, para levantar el público, la de Lugones es más profunda, para el santiagueño, si no lo sos, capaz que no la entiendes".

La de Jerez
Que tiene la chacarera
que tiene que hace alegrar
a los ciegos hace bailar
los mudos la tararean
y los sordos se babean
cuando la sienten tocar.

Es tristeza, es alegría
es una danza, es canción
ella es alma de una región
que evoca la raza mía
es una rara melodía
nacida del corazón.

Su cuna, su cuna
fue un humilde rancho
un bombo la bautizó
y un paisano la cantó
con versos improvisaus
Salavina ha reclamao
que ella allí nació.

Pero ella nació como yo
en los pagos del mistol
donde quema mucho el sol
y se pita cigarro en chala
donde se cantan vidalas
y ser criollo es un honor.

Chacarera, chacarera
aleluya montaráz
sos arrullo de torcaz
bramido de tigre y puma
sos más gaucha que ninguna
y aquí te quiero cantar.

La de Dalmiro
De dónde vienen tus sones
Antigua voz de mi tierra,
De donde traes tu hechizo
De noche salamanquera,
Junto a qué viejos fogones
Te Improvisaron cuartetas,
En que montes de Atamisqui
Te encontraron, chacarera

Que lunas de Salavina
Te incendian las polvaredas
Cuando al son de tus mudanzas
El arenal se despierta,
Que salitrales y esteros
Vienen creciendo en tu fiesta,
Que Salamancas te nombran
En Loreto Chacarera.

Eres música, eres danza,
Canto, alegría y tristeza,
Clamor que en las enramadas-
Convoca a la raza vieja
Cunado en Mailín y en Sumampa
Mi pueblo reza y se alegra
Y en Sumamao los bombos
anuncian a San Esteban...

Eres cardón de añoranzas
Para el dolor de la ausencia,
Silbar que acorta el camino
De los que tristes se alejan
Y cantar que en los veranos
Las soledades desvela
Cuando vuelven los braceros
Dolidos de las cosechas...

Chacarera, chacarera
Alabanza santiagueña
Destino de rezabailes,
De carnaval y trincheras
En el violín de tu danza
Por las sendas polvorientas
La Telesita bailando
Te anda arrimando leyendas...

Te nombra Benicio Díaz
Con voces salavineras
Julio Jerez en La Banda
Por testamento te deja,
Y en las vidalas del tiempo
– Guitarra al alba despierta –
Te anda siguiendo la sombra
De don Andrés Chazarreta.

Chacarera, chacarera
Aleluya santiagueña,
Eres himno de mi pueblo,
Río crecido en mis venas,
Por eso quiero cantarte
Con la emoción de un poema
Y el corazón entregarte
En esta lírica ofrenda.

Por eso quiero tus coplas
Humildes cuando me muera,
Quiero tu música criolla
Sonando triste en mi ausencia
Para sentir que me llevo
El alma de mi querencia
Hecha responso en tu canto
Chacarera santiagueña


Se posesiona cundo recita y canta. "Para mi cantarte a vos y para mil personas es lo mismo. Me traslado por Mistol Pozo, en donde fui maestro, allá en el Salavina profundo”.
A la noche será el turno de las pizzas para cerrar un día especial.
En las charlas del largo día no puede faltar Santiago. Su infancia de diarero en un petiso: "Repartía El Nacional, órgano del partido peronista; en bicicleta llevaba coronas para muertos en la espalda; también garrafas; maestro rural, hice de todo hasta que llegó mi turno como folclorista y ser revelación de Cosquín".
—¿Hasta pudiste ser gobernador?
—Sí. Tenía los votos. No me dejó Eduardo Bauza. Decía que necesitaban un gobernador manejable y yo no lo era.
—¿Pero no eras amigo de Menem?
—Sí, pero el Turco estaba en otra, él tenía sus espadas.
—¿Y tu vida de empresario?
—Me fue muy bien con "Fiestas Provincianas y "Cachogos" (la exposición de perros) que llevé a otros países. Fueron éxitos muy grandes.
—¿A Santiago no llevaste Cachogos?
—¿Vos has visto la cantidad de perros en las calles de Santiago? —Quien va a pagar una entrada para ver perros?
—Nunca perdiste tu acento santiagueño
—Y sí, es mi tierra y lo digo con orgullo. Cuando ejercí la docencia en Mistol, tuve que aprender el quichua para que me entendieran mis alumnos, casi no hablaban el castellano. Tengo muchas vivencias del pago hermano, aunque viva desde los 20 años en Buenos Aires.
©Ramírez de Velasco y el autor

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc25 de julio de 2022, 23:16

    Muy bueno. Me ha gustado mucho leer este artículo.

    ResponderEliminar
  2. A la luz del fin de los festejos del cu.pleaños de la ciudad y no de la provincia como algunos se equivocan tienen el valor testimonial del quien en su momento supo reencarnar la labor del docente. Y yo lo sentí así siendo maestro en Suncho Corral. Senti aquello del privilegio que te llamen MAESTRO como sucedia co Jesus que era la dignificacion totL de nuestra misión.

    ResponderEliminar

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