Carnaval carioca |
“Pocos quieren saber si en la cama usted es un león, un tigre, un tierno corderillo o una dulce paloma”
Repitamos algo elemental.
Hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino.
Después, sobre todo ahora que vivimos en tiempos de “mi cuerpo es mío”, es aparte lo que haga usted con otra u otras personas, en grupos pequeños o grandes o sola para darle rienda suelta a sus instintos sexuales. Es cosa suya.Pocos quieren saber si en la cama usted es un león, un tigre, un tierno corderillo o una dulce paloma. En serio, es algo de su exclusiva intimidad. Si es varón y asume en la cama el papel de una mujer o de varias, de María Antonieta o Rita Hayworth, es algo que le compete a usted, su cuerpo, su conciencia, su dios y sus demonios. A nadie le importa. Si es hombre y mantiene relaciones sexuales con otro hombre, con otros hombres, con hombres y mujeres indistintamente, hágalo, quién es uno para andar fiscalizando su almohada. Si es mujer y le gusta hacerlo con otra mujer, con otras mujeres, con varios hombres y mujeres al mismo tiempo o alternadamente, al resto del mundo le tiene sin cuidado.
Si es mujer y le gusta vestirse de soldado ruso, de gomero del barrio Ocho de Abril, de Winston Churchill, de caballero de la Corte del Rey Arturo o de lo que fuere, adelante, nadie se lo va a impedir. Si es hombre de pelo en pecho y quiere salir a la calle disfrazado de bailarina de ballet, de maestra de primer grado, de Ana Frank, de prostituta fina o aquello que crea que le queda mejor, meta nomás, este es un país libre.
Si tiene un hijo varón y le quiere poner de nombre María Cristina, Ofelia Betina o Rosa Ramona, no hay problema, nadie le dirá nada, lo mismo si es mujercita y le pone Carlos Roberto, Antonio Francisco o José Luis. Si quiere vestir a su hijo varón con pollera y bombachita rosa, nadie lo atajará, lo mismo si le pone traje y calzoncillos a su hija.
Volvamos a la obviedad.
Hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino.
Pareciera que el orbe conocido ha llegado al paroxismo del individualismo más feroz, al que solamente le importa yo, yo y yo, siempre yo, más tarde yo, por las dudas yo y al otro día yo. Alejados del socialismo, el comunismo y otras formas de utopías bobas que les comieron la cabeza en la década del 60, esas de la vida en comunidad compartiendo todo, las modernas generaciones sólo buscan la satisfacción personal propia y egoísta de sus deseos más íntimos, incluidos los sexuales o, mejor dicho, sobre todo los sexuales. Ya no quieren un mundo mejor, no les interesa el sufrimiento de los desharrapados, no acuden a los barrios pobres a llevar algo de alimento que robaron de un camión de leche, no comparten su camisa, sus zapatos, sus pantalones y su tiempo con los desposeídos de la Tierra.
Fueron comprados por la propaganda de la Cocacola, el viaje a Miami, Disneylandia incluida, las películas lacrimógenas del cine enlatado norteamericano para países pobres, las hamburguesas y los pantalones vaqueros de marca. Fueron derrotados por su propia angurria de dinero, no por las armas ni por el supuesto poder de los votos.
Son entelequias que ni siquiera comprenden, como la estética de Andy Warhol les ganó el cerebro, el cerebelo, el bulbo raquídeo y los convirtió en eso que son hoy, progres luchando por el derecho a desnudarse mostrando los pechos o a usar un pobre disfraz de diablo, en una marcha del orgullo de lo que fuere.
Militan en el socialismo de cuarta generación, que hace suyas las tilinguerías del Primer Mundo, disfrazadas de rebelión contra no se sabe quién, pues nadie los atajará si quieren salir a la calle proclamando que se creen murciélago, pato Pekín, mate amargo, pila Eveready, caballo trotón. Adelante, si quieren hacer el ridículo, ¿quién es uno para impedírselo?
Como algunos llegan al gobierno e imponen sus ideas por la fuerza, hay que gritarlo antes de que esté prohibido del todo: hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino.
Antes de que terminen de colonizar la cabeza de los chicos, se debe repetirles esa simple consigna hasta que se les grabe. Pronto será ilegal manifestar lo evidente, decir lo obvio, manifestar ser alguien esencialmente igual a los padres, los abuelos, como siempre fue, como va a seguir siendo, aunque les duela ser parte de uno de los dos sexos. Mientras Dios, la Naturaleza, la Selección de las Especies o en quienquiera que crean no fabrique otro, seguirá habiendo dos. Femenino y masculino.
©Juan Manuel Aragón
Roversi, 28 de octubre del 2022
Militan en el socialismo de cuarta generación, que hace suyas las tilinguerías del Primer Mundo, disfrazadas de rebelión contra no se sabe quién, pues nadie los atajará si quieren salir a la calle proclamando que se creen murciélago, pato Pekín, mate amargo, pila Eveready, caballo trotón. Adelante, si quieren hacer el ridículo, ¿quién es uno para impedírselo?
Como algunos llegan al gobierno e imponen sus ideas por la fuerza, hay que gritarlo antes de que esté prohibido del todo: hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino, hay solamente dos sexos: masculino y femenino.
Antes de que terminen de colonizar la cabeza de los chicos, se debe repetirles esa simple consigna hasta que se les grabe. Pronto será ilegal manifestar lo evidente, decir lo obvio, manifestar ser alguien esencialmente igual a los padres, los abuelos, como siempre fue, como va a seguir siendo, aunque les duela ser parte de uno de los dos sexos. Mientras Dios, la Naturaleza, la Selección de las Especies o en quienquiera que crean no fabrique otro, seguirá habiendo dos. Femenino y masculino.
©Juan Manuel Aragón
Roversi, 28 de octubre del 2022
Es una dura contienda, Juan Manuel, luchar contra esa minoría ruidosa postmodernista.
ResponderEliminarEl principal problema es que sus manifestaciones ideológicas producen títulos de crónica que son muy tentadores para el periodismo, y de allí su ruidosidad, que hace creer a la sociedad que son muchos y que por lo tanto "así es ahora con los jóvenes...qué se le va a hacer".
Otro problema es que esto empezó ya hace 3 décadas en las universidades y así es cómo han estado formando a quienes hoy llegan a los cargos de gobierno y quienes establecen los contenidos en las escuelas. A esto ya lo explicó hace varios años el disidentende la KGB Yuri Bezmenov, en una entrevista que está en Youtube con subtítulos. Es un cancer que se disemina sin parar, que empoderar a políticos y funcionarios porque no hay nada más sometedor que cuando se logra doblegar la moral y vencer al intelecto. Ya lo vimos en con Lenin, con Mao, con Pol Pot, con Hitler y ahora en casa con "El Relato".
Em fin, no tengo muchas ilusiones de que nuestra sociedad se ponga los pantalones y logre revertir esto por un buen tiempo. Pero en una.de esas se puede...quién te dice.
No se cual me gustó mas: la.columna de .Juan Manuel o el comentario de Horacio Ibarra.
ResponderEliminarBueno....sin la columna de Juan Manuel, quien tiene siempre la visión para tocar temas relevantes y de actualidad, no habría lugar para comentarios. Siempre valoro su inspiración y también valentía, porque son pocos los que se juegan abordando estos temas.
EliminarAsí es. Totalmente de acuerdo Juan. Y lo cierto es que debemos posicionarnos de manera firme al respecto. Hay que decirlo.
ResponderEliminarTal cual, además ahora, estamos contra la ley. Un delirio que lleva mucho tiempo.
ResponderEliminar