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1585 ALMANAQUE MUNDIAL Richelieu

El cardenal Richelieu

El 9 de septiembre de 1585 nace el cardenal Richelieu, ministro del rey Luis XIII de Francia, consolida el absolutismo y frena la influencia de los Habsburgo

El 9 de septiembre de 1585 nació el cardenal Richelieu, como Armand-Jean du Plessis, en Poitou o París. Fue el principal ministro del rey Luis XIII de Francia desde 1624 hasta 1642. Durante su mandato, sus objetivos principales fueron consolidar el absolutismo en Francia y frenar la influencia de la dinastía Habsburgo en Europa. Murió el 4 de diciembre de 1642 en París.
La familia tenía un origen feudal insignificante, pero gracias a alianzas matrimoniales con clases jurídicas y administrativas, alcanzó cierta relevancia. Era hijo de François du Plessis y Suzanne de la Porte, creció en un ambiente marcado por la precariedad económica tras la muerte de su padre, que dejó a la familia en una situación difícil. Su madre se encargó de gestionar los escasos recursos disponibles, incluyendo el beneficio del obispado de Luçon, que el joven Richelieu heredó.
Su lugar de nacimiento es objeto de debate pues, aunque su certificado de bautismo, fechado el 5 de mayo de 1586, menciona París, no especifica dónde nació realmente. A lo largo de su vida, Richelieu se identificó principalmente como parisino, lo que se percibe como un deseo claro de ser reconocido como tal, posiblemente para mejorar su estatus social.
Desde joven mostró inclinación por los estudios y la política. La carrera eclesiástica le ofreció un camino para el ascenso social. A los 22 años, fue ordenado sacerdote y nombrado obispo de Luçon. En su diócesis, se enfrentó a una situación difícil debido a las secuelas de las guerras de religión. Sin embargo, se destacó como el primer obispo en poner en marcha las reformas del Concilio de Trento y en escribir teología en francés, contribuyendo al desarrollo de la exposición teológica en lengua vernácula.
La Francia de principios del siglo XVII estaba en crisis, marcada por conflictos internos y la amenaza de las guerras de religión. Tras el asesinato de Enrique IV en 1610, la regencia de María de Médicis, madre de Luis XIII, se caracterizó por la corrupción y la inestabilidad política. En este contexto fue elegido como representante del clero de Poitou en los Estados Generales de 1614, cuando demostró sus habilidades diplomáticas al mediar en un conflicto entre el clero y el Tercer Estado sobre la relación entre la corona y el papado.
En 1616 fue nombrado secretario de Estado, marcando el inicio de su carrera política. Aunque inicialmente mostró respeto por España y los Habsburgo, pronto se dio cuenta de la amenaza que representaban para Francia. Su experiencia en el gobierno le permitió comprender la vulnerabilidad de Francia ante el cerco político y económico de los Habsburgo. A pesar de ser destituido y exiliado tras la caída de la regencia de María de Médicis en 1617, continuó influyendo en la política, especialmente tras ser llamado de vuelta para asistir a la reina madre en 1619.
En 1624, una crisis en Valtellina lo llevó a ser nombrado secretario de Estado de Comercio y Marina, consolidando su poder. Su firmeza en la política exterior se manifestó en su intervención en el norte de Italia y en su oposición a los Habsburgo. Esta postura lo convirtió en un defensor de la independencia de Francia frente a las potencias extranjeras, pero también lo hizo objeto de conspiraciones para derrocarlo.
Se distinguió por su pragmatismo y capacidad de adaptación. Aunque defendía la autoridad real, respetaba el marco administrativo tradicional y trabajaba dentro de los límites de la ley. Su administración estuvo marcada por una política exterior activa, con alianzas con potencias protestantes para contrarrestar a los Habsburgo. La guerra con España en 1635 fue un punto culminante de su carrera, y aunque fue criticado por su implicación en la Guerra de los Treinta Años, se justificaba argumentando la necesidad de proteger a Francia.
Impulsó diversas industrias y promovió el comercio exterior. Apoyó la creación de compañías comerciales y la colonización francesa en América. También se preocupó por las misiones religiosas y la expansión de la influencia francesa en el extranjero. Aunque no siempre tuvo éxito en sus políticas, su visión amplia y su capacidad para improvisar le permitieron mantener una posición fuerte en el escenario internacional.
En el ámbito interno, intentó mantener el orden y la cohesión social, a menudo en contra de los intereses de nobles y otros poderes locales. Se opuso a los hugonotes cuando estos representaban una amenaza política, aunque toleró la disidencia religiosa siempre que no desafiaran al Estado. Su concepto del estado teocrático lo llevó a ver la herejía como una forma de disidencia política, persiguiendo a los jansenistas y otros grupos que consideraba perturbadores del orden establecido.
También fue un mecenas de las artes y un intelectual. Fundó la Academia Francesa y fue un dramaturgo y músico aficionado. Aunque acumuló una considerable riqueza, la utilizó para apoyar el servicio público y el mecenazgo cultural. En sus últimos años, enfrentó una serie de conspiraciones, incluida la de Cinq-Mars, que amenazaron su vida y su posición. Sin embargo, su influencia sobre Luis XIII se mantuvo hasta su muerte.
Cuando murió, fue enterrado en la capilla de la Sorbona, que había fundado. Es el arquitecto del estado moderno francés y figura clave en la secularización de la política internacional durante la Guerra de los Treinta Años. Aunque sus métodos y políticas fueron controvertidos, consolidó el poder real y debilitó la influencia de los Habsburgo, sentando las bases para la grandeza de Francia en el siglo XVII.

Cuestión personal
Cada vez que oigo hablar de Richelieu, recuerdo el epitafio que, según la leyenda, mandó que le pusieran en su tumba. Decía: “Yace aquí el cardenal Richelieu, varón que hizo mucho mal y mucho bien, al bien que hizo lo hizo mal, el mal que hizo lo hizo bien”. Otra versión sostiene que decía: “Aquí yace un famoso cardenal que hizo más mal que bien. El bien que hizo, lo hizo mal; el mal que hizo, lo hizo bien”
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco

Comentarios

  1. Figura controvertida nadie lo duda que inspiró la obra de Alejandro Dumas "Les Trois Mosquetieures" (Los tres Mosqueteros) pero al margen de ello, amo a su Francia, amo a su Patria y el que se juega por la Patria, siempre será amado y criticado.

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