Ir al contenido principal

1929 ALMANAQUE MUNDIAL Mujeres

Mujeres canadienses

El 18 de octubre de 1929, el Consejo Privado de Gran Bretaña dictaminó que las mujeres eran personas según la ley canadiense

El 18 de octubre de 1929, el Consejo Privado de Gran Bretaña dictaminó que las mujeres eran personas según la ley canadiense, permitiéndoles acceder al Senado tras una batalla legal liderada por cinco activistas de Alberta. La decisión revirtió un fallo previo de la Corte Suprema de Canadá, que excluía a las mujeres de la definición de “personas” en la Ley de América del Norte Británica de 1867. Las cinco mujeres, conocidas como las “Cinco Famosas”, habían presentado un pedido en 1927 para aclarar el estatus legal. La resolución marcó un hito en los derechos de las mujeres en Canadá.
En 1867, la Ley de América del Norte Británica estableció las bases del gobierno canadiense, utilizando la palabra “personas” para grupos y “él” para individuos. Una interpretación de 1876 sugería que las mujeres no tenían derechos ni privilegios, solo obligaciones legales. Esta ambigüedad impedía su participación en cargos públicos, incluyendo el Senado. Las mujeres enfrentaban barreras legales para ser reconocidas como sujetos plenos de derechos.
En 1916, Emily Murphy se convirtió en la primera magistrada mujer del Imperio Británico en Alberta. Durante un juicio, un abogado cuestionó su autoridad, argumentando que, como mujer, no era una “persona” según la ley. El fallo local reconoció a las mujeres como personas en Alberta, pero no a nivel federal. Esta contradicción motivó a Murphy a buscar un cambio en la legislación nacional.
En 1927, Murphy unió fuerzas con Nellie McClung, Irene Parlby, Louise McKinney y Henrietta Muir Edwards. Juntas, redactaron una petición al gobierno federal, preguntando si la palabra “persona” en la Sección 24 de la Ley de 1867 incluía a las mujeres. La consulta buscaba aclarar si podían ser nombradas senadoras. La petición fue firmada por las cinco y enviada a la Corte Suprema de Canadá.
El 24 de abril de 1928, la Corte Suprema falló en contra, declarando que “persona” no incluía a las mujeres. La decisión se basó en la interpretación original de la ley en 1867, cuando las mujeres no votaban ni ocupaban cargos públicos. El fallo argumentó que los redactores de la ley no consideraban a las mujeres como “personas” en este contexto.
Las cinco activistas apelaron al Comité Judicial del Consejo Privado en Londres, entonces el tribunal de apelación más alto de Canadá. La apelación fue presentada con el respaldo del primer ministro William Lyon Mackenzie King. El caso, conocido como “Edwards vs. Canadá (Fiscal General)”, se centró en la interpretación de la palabra “persona” en la ley.
El 18 de octubre de 1929, Lord Sankey, Lord Canciller, anunció la decisión. El Consejo Privado determinó que las mujeres eran personas según la Sección 24, permitiéndoles ser senadoras. La resolución describió la exclusión de las mujeres de cargos públicos como una reliquia de tiempos pasados.
El fallo abrió las puertas del Senado a las mujeres. En 1930, Cairine Wilson fue nombrada la primera senadora canadiense. La decisión no tuvo en cuenta a mujeres indígenas ni de ascendencia asiática, pero marcó un avance significativo. El caso fue impulsado por las cinco activistas de Alberta.
Las “Cinco Famosas” se reunían regularmente para planificar estrategias. Su trabajo conjunto desafió las normas legales y sociales de la época. La campaña fue de presión a los gobiernos provinciales y federales, así como movilización de grupos de mujeres.
Desde 1929, el 18 de octubre se conmemora en Canadá como el Día de las Personas. La efeméride recuerda la lucha de las cinco activistas. Su esfuerzo logró un cambio legal que amplió los derechos de las mujeres en el ámbito público.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

STEINER El periodista que narró la guerra con precisión y sin concesiones

Natalio Steiner Una voz mostró la crudeza del conflicto desde el primer día, en medio de un escenario confuso, polarizado y sangriento Pocos días después del 7 de octubre de 2023, cuando los terroristas de Hamás perpetraron una incursión feroz y despiadada en territorio israelí, una voz periodística en español —la del argentino israelí Natalio Steiner— comenzó a mostrar con crudeza sin precedentes lo que se avecinaba en la región. Lo hizo con la precisión de quien entiende que la información, en medio de una guerra, puede ser decisiva. El mundo hispanohablante conoció hora a hora lo que ocurría en Israel a través de su grupo de difusión de WhatsApp. Su trabajo no conoció pausas ni descansos. Antes de las seis de la mañana, los teléfonos de sus seguidores ya tenían al menos una noticia suya. Tal vez porque en Medio Oriente el día comienza varias horas antes, tal vez porque la urgencia de informar no admite demoras. Algunas veces incluso envió sus informaciones en sábado, si la gravedad ...

PERLITAS Cómo parecer más léido (un poquito nomás)

Perón y su esposa Potota Novias, hijos, amores, nombres, lugares, cambios y muchos otros datos para pasar por culto en un sarao importante Así como en otras publicaciones se entregan claves para parecer más joven, más lindo, más exitoso, aquí van algunas perlitas para darse dique de culto. San Martín era José Francisco de San Martín y Matorras. El nombre de Belgrano era Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús. Y fue padre de Pedro Rosas y Belgrano y de Manuela Mónica Belgrano, ambos nacidos fuera del matrimonio. No se casó nunca. Rivadavia, el de la avenida, era Francisco Bernardino Rivadavia y Rodríguez de Rivadavia. ¿Yrigoyen, pregunta?: Juan Hipólito del Corazón de Jesús y el de su tío, Alem, no era Leandro Nicéforo como repiten quienes se dan de eruditos radicales sino Leandro Antonio. Juan Bautista Alberdi dijo “gobernar es poblar” y se quedó soltero. Es el prócer máximo de los abogados y le regalaron el título en la Universidad de Córdoba, en la que no cursó ni una materia. Corn...

BALCEDO Otro país crecía a su alrededor

Bobadal hoy, visto desde el satélite Brevísima historia de un hombre que forjó un pueblo lejano desde un almacén a trasmano del mundo El hombre se llamaba Balcedo Santillán. Era el dueño del almacén “El luchador”, en el lejanísimo Bobadal, pueblo que estuvo mucho tiempo a trasmano del tren, de las principales rutas y caminos, de los ríos y arroyos, con decir que ni los aviones surcaban su cielo. Nada pasaba por ahí, salvo camiones llevando leña, el ómnibus de la empresa Piedrabuena, carros cañeros, los sulkys en que se manejaban los vecinos y algún viajero que caía por ahí rumbo a otra parte. Alguien dijo alguna vez que los vecinos vivían tras los ancochis, protegiéndose de las inmensas nubes de tierra que dejaban los vehículos de cuatro ruedas. Que honraban su nombre muy bien puesto: “bobadal”, tierra suelta. Balcedo estaba ahí desde mucho antes de que el gobierno loteara el lugar y trazara las calles, algunas de forma arbitraria, pues cruzaban por el medio del patio de algunas casas....

ALTO EL FUEGO Cuando el odio es un negocio

El mundo civilizado apoya lo incivil A muchos no les gusta lo que está sucediendo en estos momentos en el Oriente Cercano, Israel y Gaza, vea por qué Por Natalio Steiner desde Raanana, Israel Se logró el acuerdo. El fuego se detuvo. Y de golpe, silencio. Ni marchas, ni carteles, ni lágrimas de alivio. La paz llegó… y a muchos parece que no les gustó. “Habría esperado que las calles de Europa y los campus del mundo estallaran de alegría por el fin de lo que durante meses llamaron ‘genocidio’”, dijo Naftali Bennett, ex ministro israelí. Pero no pasó. Porque su causa nunca fue la vida de los palestinos. Fue el odio a Israel. La oportunidad de sentirse moralmente superiores sin entender nada. Durante meses repitieron lo que les dictaban desde los bunkers ideológicos, sin una idea propia, sin un dato, sin contexto. Ahora que el fuego se apaga, se apaga también su utilidad. Ya no hay cámaras, ni trending topics, ni víctimas que mostrar. Y sin eso, no hay negocio. La paz los deja sin discurso...

VIDALA Retumban ecos perdidos

Rosas en un billete de 20 pesos Lo que alguna vez fue un sueño regresa en silencio, como si el tiempo no hubiera pasado sobre aquellas noches Cuando llegaba la noche, le venía a la memoria una antigua vidala que cantaba despacito para no despertar alucinaciones pasadas. No recuerdo la letra, sólo sé que nombraba a una mujer, pero casi todas las vidalas llaman un amor que desertó. A esa hora ya estaba en marca la revolución que soñábamos. Habíamos designado ministros, teníamos firmados los decretos que anticipaban la aurora que se vendría y planeábamos algunos pequeños gustos que nos daríamos cuando estuviéramos instalados en la cima del poder, como salir a tomar café al mismo bar de siempre o mandar a comprar sánguches de milanesa en el mercado Armonía —porque gobernaríamos desde Santiago— y convidar a todo el mundo durante una deliberación de gabinete. Al llegar la fortuita, incierta hora en que la reunión estaba tan linda que uno no sabía si acostarse para luego levantarse baleado o ...