![]() |
Rodrigo Paz Pereyra, el ganador de las elecciones |
El giro que tomo la política marca un cambio de gobierno, y puede borrar del mapa las influencias oscuras en la región
Por Daniel Grinspon
en comunidades Plus
Lo que acaba de pasar en Bolivia no es poca cosa. Después de tantos años del mismo color político, la gente dijo basta. Y lo interesante no es solo el cambio de gobierno, sino lo que puede venir después.
Porque Bolivia, aunque muchos no lo sepan, venía hace rato bastante cerca de Irán. Sí, ese país del otro lado del mundo que cada tanto aparece en los noticiarios. Detrás de esos vínculos amistosos también se movían intereses pesados, y no siempre muy claros.Ahora, con este resultado, se abre una posibilidad de cortar con eso. Y no hablo solo de política: hablo de seguridad, de sentido común. Porque cuando en esta parte del continente se le da lugar a Irán o a Hezbolá, la historia demuestra que las cosas terminan mal. Acá en la Argentina lo sabemos mejor que nadie: la Embajada de Israel, la Amia todavía duelen. Y esos ataques no salieron de la nada.
Por eso lo que pase en Bolivia no nos debería ser indiferente. Si realmente se alejan de esa influencia, si limpian un poco el terreno, puede ser una buena noticia para todos. Pero si todo queda en palabras, nada cambia.
Mientras tanto, en los países vecinos el panorama es parecido. En Venezuela, Irán juega de local. En la Triple Frontera, entre Paraguay, Brasil y Argentina, siguen moviéndose redes que nadie termina de desarmar. Y en Perú, con tanto desorden político, algunos se cuelan por la ventana.
Así que sí, Bolivia votó otra cosa. Pero lo que importa de verdad es qué va a hacer ahora. Si de verdad corta con esas alianzas turbias o si todo sigue igual, con otro cartel.
Ojalá este cambio sirva para empezar una etapa más limpia, más clara, sin esos socios raros que siempre traen problemas. Porque cuando en el barrio alguien decide poner límites, todos respiramos un poco mejor.
Ramírez de Velasco®
Por eso lo que pase en Bolivia no nos debería ser indiferente. Si realmente se alejan de esa influencia, si limpian un poco el terreno, puede ser una buena noticia para todos. Pero si todo queda en palabras, nada cambia.
Mientras tanto, en los países vecinos el panorama es parecido. En Venezuela, Irán juega de local. En la Triple Frontera, entre Paraguay, Brasil y Argentina, siguen moviéndose redes que nadie termina de desarmar. Y en Perú, con tanto desorden político, algunos se cuelan por la ventana.
Así que sí, Bolivia votó otra cosa. Pero lo que importa de verdad es qué va a hacer ahora. Si de verdad corta con esas alianzas turbias o si todo sigue igual, con otro cartel.
Ojalá este cambio sirva para empezar una etapa más limpia, más clara, sin esos socios raros que siempre traen problemas. Porque cuando en el barrio alguien decide poner límites, todos respiramos un poco mejor.
Ramírez de Velasco®
No conozco personalmente a Paz Pereyra. Pensé que una vez que quedaron fuera los compañeros originarios campesinos, la diferencia entre las demás opciones sería solo de matices. Sin embargo todos mis conocidos bolivianos (la mayoría de La Paz), me comentan que hubieran preferido la opción del Tuto Quiroga. Argumentan que Paz Pereyra es joven, no tiene mucha experiencia, y no le habría ido muy bien como alcalde de Tarija. Yo pienso que el temor es que con lo complicado que es manejar a los socialistas de Evo, e incluso al mismo Evo, teman que esa falta de experiencia le complique la cosa en un momento en que necesitan que el gobierno se consolide y los originarios no tengan oportunidad de volver.
ResponderEliminarEs un poco con lo que pasa en La Argentina con el temor que lo de ahora no funcione, y "vuelvan a volver" los sospechosos de siempre......que son bastante volvedores.
Además pienso que debe haber una preferencia por Tuto porque ya lo han votado varias veces, y lo conocen por haber sido un buen presidente en el 2001.
Pienso que la juventud de Paz Pereyra puede compensarse con la experiencia de su padre, Jaime Paz Zamora, que fue presidente a principio de los 90s y que tambien la tuvo difícil con los originarios y hasta sufrió un atentado del que se salvó milagrosamente.
Visité una vez a Paz Zamora en su casa de Lajas, y quedé bien impresionado con su trato, su charla y las experiencias que contó de su gestión.
El abuelo de Paz Pereyra, el militar Paz Estensoro, tambien fue presidente, lo que le representa una tradición familiar que seguramente va a sumar para su gestión.
Como sea, la situación de los gobiernos de transición siempre es precaria en Latinoamérica, condenados a juntar los pedazos y remendar las hilachas que dejan los gobiernos socialistas autoritarios, mientras tienen que lidiar con una sociedad que espera que todo se arregle de un plumazo sin tener en cuenta que años de retroceso y deterioro no se revierten así nomás.