Domingo Antonio Bravo |
Cómo era la lengua que se hablaba en Santiago antes del quichua y qué palabras se siguen usando en la actualidad
*Por Domingo Antonio Bravo
Este era el idioma de los diaguitas, tribunos que poblaban el Noroeste Argentino, en los que estarían comprendidos los juris. El P. Lozano los ubica así: “La (provincia) de los diaguitas—dice—se extiende a todo lo que hoy es jurisdicción de las ciudades del Valle de Catamarca y de la Rioja, hasta los confines de Chile y parte de la de San Miguel de Tucumán…”.En nuestra provincia se extendieron por el oeste y quizá llegaron a la margen derecha de Dulce e su curso medio y superior. Diaguitas debieron ser los yuguitas de que nos habla don Pedro González de Prado, puesto que, fuera de él, nadie más los menciona, y estuvieron dentro del área juri-diaguita. Pudo muy bien ocurrir que el citado expedicionario haya oído mal el término diaguita y recordado peor pues lo escribió en el Perú en 548, dos años después de su regreso a Cuzco, en su probanza presentada ante el licenciado Andrés de Ciancas, el 18 de julio del año citado, solicitando una merced por sus servicios al rey.Refiriéndose a las características de esta lengua, dice Jorge Von Hauenschild: “Todos los cronistas coinciden en que era un idioma muy áspero, muy gutural y muy difícil de pronunciar: Kaká en aymara significa tartamudear”. Sin desestimar esta suposición que la considero de muy buen método para explicar el origen y la razón de la palabra Kaká al propio tiempo que señala una característica del idioma, sostengo por mi pare, que viene de cacay, que en quichua peruano quiere decir tartamudo, puesto que ese fue el quichua que introdujo la conquista española. Al oir hablar de un idioma tan duro, apretado, los españoles les dijeron tartamudos y los yanaconas (indios quichuistas que acompañaban a los españoles): cacay.
De este modo resulta que la palabra cacán no es voz cacana sino quichua, adoptada por los conquistadores para designar dicha lengua, de la misma manera que juri no es vocablo juri sino quichua, proveniente de suri: avestruz.
El P. Lozano, refiriéndose al cacán, dice que esta lengua era difícil que “apanas le perciba quien no le mamó con la leche”.
El cacán, idioma de los diaguitas, fue la primera lengua generalizada que se tuvo en Santiago del Estero. La amplitud de su difusión lo documenta el sufijo gasta, que en cacán significa pueblo, comarca, región, pago. Así tenemos que todos esos topónimos terminados en gasta desde el salado al oeste, son hitos denunciadores de que ahí se habla el cacán, tales como Tatingasta, Tuquiligasta, Guañagasta sobre el Salado de norte a sud: sobre el Dulce también de norte a sud: Indamangsta, Thoamagasta, Manogasta, Chalugasta, Lindongasta, Angogsta, Asingasta; y a la derecha de este río hasta el límite occidental de la provincia: Albigasta, Sabagasga, Guacaragasta, Ambargasta. Todos estos nombres son pre y protohistóricos, vale decir, estuvieron ya a la llegada de los españoles y por lo tanto son anteriores al quichua. El área de estos nombres se extiende por toda la región diaguita: Catamarca, La Rioka, Tucumán y lo que hemos visto de Santiago del Estero.
Los nombres Sumamao y Pasao, sobre el Dulce, al sud, pueblos prehistóricos también tienen una terminación cacana. Pues ahao, apocopado en ao, es igualmente pueblo en cacán y están en la región de los juris, ya lindando con los sanavirores.
También tenemos en Tucumán el pueblo Payao, más aún Tucumán mismo, según mi modo de ver procede de Tucumanahao, pueblo del legendario cacique Tucma.
Todo dentro del área diaguita.
Es curioso que haya dos vocablos para la designación de pueblo, gasta y ahao.
Ello se explica únicamente considerando el cacán como lengua de evolución, absorción, dominación o unificación de lenguas menores o comarcanas.
Pensamos que ahao o simplemente ao, es un cacán antiguo, quizás un arcaísmo dentro del idioma. Al Tucumán prehispánico, y acaso preincaico, le llamaban Tucumanahao, pueblo de Tucma: o más probablemente es un vocablo de alguna lengua comarcana primitiva, absorbida por los diaguitas. Quizás esesentido y ese alcance tenga la sugestiva expresión de Lafone Quevedo cuando dice que los juris son los diaguitas que se mantuvieron en un cacanismo más puro.
Ese cacanismo “más puro” debió ser seguramente la lengua comarcana propia de los juris absorbida luego por la lengua general.
Del cacán nos quedan algunos vocablos: tusca, por ejemplo, árbol regional. La dureza primitiva de su pronunciación se nos manfiesta cuando se la quiere fonetizar y se escribe “ttujca”. Nosotros mismos hemos oído a nuestros viejos criollos pronunciar Tujca. También serían palabras cacanas: Icaño (nombre de una estación del FCNGMB; tasi (doca), simbol (gramínea de tallo duro), aloja (bebida fermentada de algarroba), etc.
Son palabras de origen cacán algunas palabras tomadas por quichuas y otras por regionalismos de Santiago dentro del castellano.
El cacán es la primera lengua que se generalizó en Santiago del Estero.
Su mayor difusión pertenece a la preconquista. Cuando llegaron los españoles ya iba en vías de desaparecer como lengua general, iba pasando a la categoría de lengua muerta.
*Del Diccionario Quichua Santiagueño – Castellano.
Ramírez de Velasco®
Tal cual.
ResponderEliminarSegún las lenguas precolombinas. Traídas y practicadas por las corrientes "Ándidas" ó "Brasílidas".
Muy interesante e instructivo artículo.
ResponderEliminarEl Profe Bravo … un santo … un prócer … un sabio … de una nobleza inigualable … así lo recuerdo, como en esa foto, cruzando el patio de la UNSE … me emociona y me arranca una lágrima de solo pensar que lo conocí…
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