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Raúl Juan Duarte Ardoy |
El 6 de septiembre de 1973, guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo asaltan el Comando de Sanidad del Ejército
El 6 de septiembre de 1973, catorce guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo asaltaron el Comando de Sanidad del Ejército en Parque Patricios, Buenos Aires para apoderarse de armas y material médico, resultando en la muerte del teniente coronel Raúl Juan Duarte Ardoy, heridas a un oficial y un conscripto, y la detención de trece atacantes, en una acción que marcó la escalada de violencia durante el gobierno interino de Raúl Lastiri.La operación ocurrió en la madrugada, a la 1:30, en la sede ubicada entre las calles Combate de los Pozos, 15 de Noviembre, Pasco y Caseros. Los guerrilleros, de la compañía José Luis Castrogiovanni del Ejército Rebolucionario del Pueblo, organización terrorista que sembró de sangre la Argentina, tenían la colaboración del soldado dragoneante Hernán Invernizzi, que facilitó el ingreso al cuartel.
Este hecho se enmarcó en un contexto de tensiones políticas tras la renuncia de Héctor Cámpora, un inútil chupamedias de Perón, en julio de 1973.
El Ejército Revolucionario del Pueblo, brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (Perreté), había decidido no atacar al gobierno de Cámpora mientras este no reprimiera al pueblo ni a la guerrilla, pero mantuvo su ofensiva contra las Fuerzas Armadas y empresas extranjeras. Consideraban al Ejército una fuerza autónoma opuesta a sus objetivos revolucionarios. La acción buscaba equipar a la guerrilla para futuros “trabajitos”, especialmente en el frente rural de Tucumán.
El asalto comenzó cuando Invernizzi ordenó a los centinelas abrir el portón de la calle 15 de Noviembre, permitiendo la entrada de un camión F-100 y un automóvil. Los guerrilleros, armados, sorprendieron a la guardia, tomando el control del edificio principal. Lograron cargar 150 fusiles FAL y municiones, además de material sanitario, en un procedimiento inicialmente exitoso.
Durante la acción, el teniente primero Eduardo Rusch y el conscripto Osvaldo Dedged intentaron resistir. Rusch recibió un disparo en la pierna y Dedged en la cadera. Un guerrillero también resultó herido y fue evacuado a una posta sanitaria por un compañero. La resistencia de los militares complicó el plan de los terroristas, que buscaba una operación rápida y sin bajas.
A las 3:30, dos conscriptos escaparon y alertaron a la policía, que junto a un comando del Ejército rodeó el cuartel a las 4:30. Tras cinco horas de enfrentamiento, los militares abrieron fuego, forzando la rendición de los guerrilleros. Trece de los catorce atacantes fueron detenidos, entre ellos cuatro beneficiados por la amnistía de mayo de 1973: Miguel López, Ramón Alberto Gómez, Martín Marcó y Carlos Tomás Ponce de León.
El teniente coronel Raúl Juan Duarte Ardoy, segundo jefe del Regimiento Patricios, murió en el combate. Nacido en Corrientes, tenía 43 años y fue alcanzado por disparos durante la respuesta militar. Su muerte marcó un punto de inflexión en la percepción de la amenaza guerrillera por las autoridades.
Entre los detenidos figuraba Alejandro Enrique Ferreira Beltrán, que había escapado del penal de Rawson, y Rubén Juares y Rodolfo Rodríguez, fugados del Palacio de Tribunales. El procedimiento fue considerado un fracaso por la cúpula de los asesinos guerrilleros, ya que no lograron retirar todo el material previsto.
El presidente interino Raúl Lastiri, en funciones desde julio de 1973, firmó un decreto, el 23 de septiembre, ilegalizando al ejército de irregulares. Este decreto coincidió con la victoria electoral de Juan Domingo Perón, consolidando la postura gubernamental contra la guerrilla.
El asalto generó un fuerte repudio de diversos sectores políticos, incluyendo a Montoneros y la Confederación General del Trabajo, que condenaron la acción. La prensa, como el diario La Prensa del 7 de septiembre, destacó la presencia de amnistiados entre los atacantes, reflejando las tensiones de un país en plena transición democrática.
Ramírez de Velasco®
El Ejército Revolucionario del Pueblo, brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (Perreté), había decidido no atacar al gobierno de Cámpora mientras este no reprimiera al pueblo ni a la guerrilla, pero mantuvo su ofensiva contra las Fuerzas Armadas y empresas extranjeras. Consideraban al Ejército una fuerza autónoma opuesta a sus objetivos revolucionarios. La acción buscaba equipar a la guerrilla para futuros “trabajitos”, especialmente en el frente rural de Tucumán.
El asalto comenzó cuando Invernizzi ordenó a los centinelas abrir el portón de la calle 15 de Noviembre, permitiendo la entrada de un camión F-100 y un automóvil. Los guerrilleros, armados, sorprendieron a la guardia, tomando el control del edificio principal. Lograron cargar 150 fusiles FAL y municiones, además de material sanitario, en un procedimiento inicialmente exitoso.
Durante la acción, el teniente primero Eduardo Rusch y el conscripto Osvaldo Dedged intentaron resistir. Rusch recibió un disparo en la pierna y Dedged en la cadera. Un guerrillero también resultó herido y fue evacuado a una posta sanitaria por un compañero. La resistencia de los militares complicó el plan de los terroristas, que buscaba una operación rápida y sin bajas.
A las 3:30, dos conscriptos escaparon y alertaron a la policía, que junto a un comando del Ejército rodeó el cuartel a las 4:30. Tras cinco horas de enfrentamiento, los militares abrieron fuego, forzando la rendición de los guerrilleros. Trece de los catorce atacantes fueron detenidos, entre ellos cuatro beneficiados por la amnistía de mayo de 1973: Miguel López, Ramón Alberto Gómez, Martín Marcó y Carlos Tomás Ponce de León.
El teniente coronel Raúl Juan Duarte Ardoy, segundo jefe del Regimiento Patricios, murió en el combate. Nacido en Corrientes, tenía 43 años y fue alcanzado por disparos durante la respuesta militar. Su muerte marcó un punto de inflexión en la percepción de la amenaza guerrillera por las autoridades.
Entre los detenidos figuraba Alejandro Enrique Ferreira Beltrán, que había escapado del penal de Rawson, y Rubén Juares y Rodolfo Rodríguez, fugados del Palacio de Tribunales. El procedimiento fue considerado un fracaso por la cúpula de los asesinos guerrilleros, ya que no lograron retirar todo el material previsto.
El presidente interino Raúl Lastiri, en funciones desde julio de 1973, firmó un decreto, el 23 de septiembre, ilegalizando al ejército de irregulares. Este decreto coincidió con la victoria electoral de Juan Domingo Perón, consolidando la postura gubernamental contra la guerrilla.
El asalto generó un fuerte repudio de diversos sectores políticos, incluyendo a Montoneros y la Confederación General del Trabajo, que condenaron la acción. La prensa, como el diario La Prensa del 7 de septiembre, destacó la presencia de amnistiados entre los atacantes, reflejando las tensiones de un país en plena transición democrática.
Ramírez de Velasco®
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