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Casa-museo del obispo Colombres |
El 2 de septiembre de 1984 se inaugura el parque 9 de Julio de Tucumán, la casa del obispo Colombres como museo, tras su restauración
El 2 de septiembre de 1984, San Miguel de Tucumán celebró la inauguración de la casa del Obispo Colombres como museo, tras su restauración, en el Parque 9 de Julio. Construida en el siglo XVIII, la casa perteneció a José Eusebio Colombres, figura clave en la independencia argentina y pionero de la industria azucarera. Declarada Monumento Histórico Nacional en 1941, el inmueble, conocido como “El Bajo”, albergó el primer trapiche azucarero de la provincia. La apertura marcó un hito cultural, con una exposición dedicada a la historia del azúcar y la vida de Colombres. Se detallaron su papel en el Congreso de Tucumán, su aporte al cultivo de caña y los objetos históricos exhibidos.La casona, ubicada en el corazón del parque 9 de Julio, data de finales del siglo XVIII. Originalmente fue residencia de José Eusebio Colombres, sacerdote, político y congresista de 1816. Su diseño colonial, con patios internos y muros de adobe, refleja la arquitectura de la época. Tras años de deterioro, la restauración comenzó en la década de 1980, preservando su estructura original.José Eusebio Colombres, conocido como “Obispo Colombres”, nunca ostentó el título de obispo. Designado como tal en 1829 para la diócesis de Salta, su nombramiento no fue confirmado por el Papa, debido a conflictos entre el gobierno argentino y la Santa Sede. Pese a ello, el título honorífico se mantuvo en la memoria popular por su relevancia como líder religioso y social.
En 1821, Colombres introdujo el cultivo de caña de azúcar en Tucumán, en su quinta de El Bajo. Instaló dos trapiches de madera para producir miel, chancaca y azúcar. Su iniciativa marcó el inicio de la industria azucarera en la provincia, que para 1887 alcanzó 7.000 hectáreas de plantaciones y 34 ingenios.
La restauración de la casa, iniciada años antes de 1984, buscó recuperar su valor histórico. Se reforzaron los muros de adobe y se reconstruyeron los patios coloniales. El trabajo, supervisado por arquitectos e historiadores, respetó los detalles originales, como el techo de tejas y las rejas de hierro forjado.
El 2 de septiembre de 1984, autoridades provinciales y nacionales asistieron a la inauguración. La ceremonia incluyó un acto protocolar en el patio central, con discursos que destacaron la importancia de Colombres. Se cortó una cinta simbólica para abrir el museo al público, que desde entonces ofrece visitas gratuitas.
El museo exhibe objetos relacionados con la industria azucarera. Entre ellos destacan el primer trapiche de madera, una bomba de vacío y herramientas de la época. También se muestran muebles y pertenencias personales de Colombres, como su escritorio y libros religiosos.
La colección incluye paneles informativos traducidos al inglés, que detallan el proceso de producción de azúcar. Se exponen maquetas de trapiches y fotografías históricas. Los visitantes pueden recorrer las salas, que recrean la vida cotidiana del siglo XIX en Tucumán.
El Parque 9 de Julio, diseñado por Charles Thays, alberga la casona como uno de sus principales atractivos. Inaugurado en 1916, el parque es el mayor espacio verde del noroeste argentino. La casa se integra a otros puntos de interés, como el Reloj Floral y el Lago San Miguel.
Desde su apertura, el museo ha recibido a miles de visitantes, especialmente estudiantes. Las visitas guiadas, disponibles de martes a domingo, explican la evolución de la industria azucarera y el rol de Colombres en la independencia. El sitio se consolidó como un espacio educativo y cultural de Tucumán.
Ramírez de Velasco®
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