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Sancho II es muerto |
El 6 de octubre de 1072, durante el cerco de Zamora, el rey Sancho II de Castilla fue muerto por Bellido Dolfos
El 6 de octubre de 1072, durante el cerco a la ciudad de Zamora, el rey Sancho II de Castilla fue muerto por Bellido Dolfos, un noble zamorano que, según las crónicas medievales, fingió deserción para acercársele y matarlo. El acontecimiento tuvo por marco la guerra fratricida entre los hijos de Fernando I de León y Sancha de León, que disputaban el control de los reinos tras la muerte de su padre.Sancho II había heredado el reino de Castilla en 1065, mientras su hermano Alfonso VI recibió León, y su hermano menor, García, obtuvo Galicia. El reparto de territorios, dispuesto por Fernando I, pronto derivó en conflictos. Sancho buscó unificar los dominios paternos bajo su mando, lo que lo llevó a enfrentarse primero a García, a quien depuso y encarceló, y luego a Alfonso, al que derrotó en la batalla de Golpejera en 1072.Tras la derrota, Alfonso VI se refugió en la taifa de Toledo, mientras Sancho tomaba el control del reino de León. Sin embargo, la ciudad de Zamora, defendida por su hermana Urraca, se negó a reconocer su autoridad. El rey decidió entonces iniciar un asedio prolongado para forzar la rendición de la plaza.
Zamora era una ciudad fortificada estratégicamente situada a orillas del río Duero, con murallas robustas y una guarnición leal a Urraca. La resistencia zamorana, apoyada por fuerzas leales a Alfonso, obligó a Sancho a mantener un cerco que se extendió durante semanas, sin lograr avances decisivos.
Y surgió la figura de Bellido Dolfos, descrito en algunas fuentes como un caballero zamorano y en otras como un traidor. La tradición relata que salió de la ciudad aparentando pasarse al bando castellano, ganándose la confianza de Sancho. Una vez cerca del monarca, lo atacó con una lanza o daga, causándole la muerte inmediata.
El asesinato de Sancho provocó desconcierto entre sus tropas. Bellido Dolfos logró huir hacia Zamora, protegido por las puertas de la ciudad y la cobertura de sus defensores. El cerco fue levantado poco después, al quedar el ejército sin su comandante.
Las fuentes contemporáneas ofrecen versiones diferentes del suceso. La Crónica Najerense y el Romancero popularizaron la historia de Bellido Dolfos como traidor, mientras que otras interpretaciones lo presentan como héroe zamorano que defendió la ciudad ante un asedio prolongado. Los detalles sobre el arma utilizada y la manera exacta del ataque varían según la tradición.
La muerte de Sancho II cambió el curso de la guerra entre los hijos de Fernando I. Alfonso VI regresó del exilio en Toledo, recuperó el trono leonés y asumió también el de Castilla, convirtiéndose en uno de los monarcas más poderosos de la península ibérica en el siglo XI.
El episodio del cerco de Zamora y la muerte de Sancho quedó grabado en la memoria histórica de España, recogido por crónicas medievales y romances, y vinculado a la célebre frase atribuida al Cid Campeador: “Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor”, en alusión al monarca caído.
Ramírez de Velasco®
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