Ir al contenido principal

2018 CALENDARIO NACIONAL Disi

Emilio Disi

El 14 de marzo del 2018 muere Emilio Disi, actor, comediante y director teatral de gran reconocimiento popular

El 14 de marzo del 2018 murió Emilio Roberto Parada, conocido artísticamente como Emilio Disi. Fue actor, comediante y director teatral de gran reconocimiento popular, hermano del también actor y promotor Pepe Parada. El origen de su apellido artístico "Disi" proviene de una óptica que encontró al ojear una guía telefónica, una anécdota que refleja su ingenio y sentido del humor. Había nacido el 2 de enero de 1943 en Buenos Aires, la misma ciudad en que murió.
Debutó en la televisión en 1959 con el programa "Historia de jóvenes", dirigido por David Stivel y transmitido por Canal 7. Su incursión en el cine se dio en 1968 con la película "Humo de marihuana", cuando interpretó al personaje "Loco Melena" en un papel secundario. Ese mismo año también participó en "Somos los mejores", seguido por "Fuiste mía un verano" en 1969.
Durante la década de 1970, grabó "Golpes bajos", pero su reconocimiento masivo vino con la serie de televisión "Los hijos de López" en 1980. La década del 80 le fue particularmente fructífera, protagonizando éxitos como "El telo y la tele" (1985), "Los bañeros más locos del mundo" (1987), y "Bañeros II, la playa loca" (1989) junto a grandes nombres del humor como Gino Renni, Berugo Carámbula, Alberto Fernández de Rosa y Guillermo Francella.
A fines de los 80, formó parte de la saga "Los extermineitors" con Francella, una parodia de la conocida franquicia "Terminator". Sin embargo, debido a un distanciamiento personal, no participó en las dos últimas entregas de esta serie.
En la nueva centuria, continuó su carrera con películas como "Todas las azafatas van al cielo" (2001) y "Bañeros III: Todopoderosos" (2006), compartiendo pantalla con actores como Pachu Peña, Pablo Granados y Freddy Villareal, además de una aparición especial de Guillermo Francella. También fue notable su participación en el sketch "Susana Spadafucile" del programa de Susana Giménez, donde interpretó a Mariano Garipetti, el esposo de la conductora.
En televisión dejó su huella en programas como "Stress" (1988), compartiendo papeles con su esposa Dorys del Valle, y "Brigada Cola" (1994), reemplazando a Francella y Renni. Siguiendo su participación en televisión, se embarcó en la versión teatral de "Brigada Cola" en 1995. Su trabajo en "Rompeportones" (1998), bajo la dirección de Hugo Sofovich, y en "Poné a Francella" (2001), donde interpretó a un espectador de la tribuna de Racing, son recordados por su humor picaresco. Además, participó en "Casados con hijos" en 2005 y en "Todos contra Juan" en 2008, donde interpretó su propio personaje.
En el teatro, destacó en la obra "La jaula de las locas" entre el 2008 y el 2009, compartiendo escenario con Rodolfo Ranni, Guillermo Bredeston y Mercedes Carreras. Finalmente, en el 2011, se unió al elenco de "Los únicos", una serie cómica-policial de Pol-ka, que marcó una de sus últimas apariciones significativas en la pantalla.
A lo largo de su carrera no solo se destacó por su talento cómico y su capacidad para hacer reír, sino también por su versatilidad en papeles que iban desde el cine, la televisión hasta el teatro. Tuvo una filmografía que refleja la evolución del humor en el país durante más de cinco décadas. Su muerte en el 2018 dejó un vacío en la comunidad artística, pero su trabajo sigue siendo celebrado y recordado por sus numerosos seguidores y por las nuevas generaciones que descubren su arte a través de las plataformas digitales en las que sus obras están disponibles.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

ANTICIPO El que vuelve cantando

Quetuví Juan Quetuví no anuncia visitas sino memorias, encarna la nostalgia santiagueña y el eco de los que se fueron, pero regresan en sueños Soy quetupí en Tucumán, me dicen quetuví en Santiago, y tengo otros cien nombres en todo el mundo americano que habito. En todas partes circula el mismo dicho: mi canto anuncia visitas. Para todos soy el mensajero que va informando que llegarán de improviso, parientes, quizás no muy queridos, las siempre inesperadas o inoportunas visitas. Pero no es cierto; mis ojos, mi cuerpo, mi corazón, son parte de un heraldo que trae recuerdos de los que no están, se han ido hace mucho, están quizás al otro lado del mundo y no tienen ni remotas esperanzas de volver algún día. El primo que vive en otro país, el hermano que se fue hace mucho, la chica que nunca regresó, de repente, sienten aromas perdidos, ven un color parecido o confunden el rostro de un desconocido con el de alguien del pago y retornan, a veces por unos larguísimos segundos, a la casa aquel...

CALOR Los santiagueños desmienten a Borges

La única conversación posible Ni el día perfecto los salva del pronóstico del infierno, hablan del clima como si fuera destino y se quejan hasta por costumbre El 10 de noviembre fue uno de los días más espectaculares que regaló a Santiago del Estero, el Servicio Meteorológico Nacional. Amaneció con 18 grados, la siesta trepó a 32, con un vientito del noreste que apenas movía las ramas de los paraísos de las calles. Una delicia, vea. Algunas madres enviaron a sus hijos a la escuela con una campera liviana y otras los llevaron de remera nomás. El pavimento no despedía calor de fuego ni estaba helado, y mucha gente se apuró al caminar, sobre todo porque sabía que no sería un gran esfuerzo, con el tiempo manteniéndose en un rango amable. Los santiagueños en los bares se contaron sus dramas, las parejas se amaron con un cariño correspondido, los empleados públicos pasearon por el centro como todos los días, despreocupados y alegres, y los comerciantes tuvieron una mejor o peor jornada de ve...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...