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Colchón de arvejas |
Una preparación sencilla, que no requiere muchos conocimientos ni una habilidad especial, sólo ir agregando ingredientes
Tenido a menos y considerado un tentempié sin valor, el colchón de arvejas se defiende con su sabor. La receta es sencilla, se precisa una cebolla, un tomate, dos latas de arvejas, cuatro huevos, media tacita de aceite, sal y pimienta.Saltee en el aceite caliente la cebolla, que sea medio grandecita, por favor, hasta que esté transparente. Luego agregue los tomates y las arvejas, condimente, mezcle y deje calentar. Haga dos huecos profundos en el colchón, coloque dos por hueco y deje cocinar el preparado a fuego moderado. Si los huevos están hechos, el colchón está listo.El menjunje tiene sus variantes, como que algunos la conocen sin los tomates, otros le agregan panceta picada chiquita junto con la arveja, hay quienes la sazonan al final con queso de rallar, no faltan los que le agregan choclo previamente cocido y alguna que otra ama de casa aprovecha para hacerle el aditamento de cuanta sobra encuentre en la heladera, cuestión de hacerla más pulsuda. Otra receta es batiendo los huevos antes de agregarlos a la preparación, agregándoles una cucharadita de polvo de hornear, para hacerla hinchar un poco. Para algunos debe salir babé, pero en el norte la gente es más de las preparaciones secas, recocidas, cuestión de gustos.
Ya que pregunta, le diré que la he comido en el campo, a orillas del fogón de la casa de los abuelos. Preparé la mise en place en la cocina y llevé los ingredientes, junto a una ollita vieja que había sido de mi abuela. Era invierno y estaba solo en esa vieja casona. Afuera corría una brisa que hacía más gélida la negra oscuridad. Las cañas huecas sonaban, chocando entre ellas y me sentí conmovido y feliz.
No sé si a usted le sucede, amigo, siempre he vivido solo, aquí adentro de mí mismo, nunca he tenido compañía en este despoblado corazón que retumba todo el día, pero esa noche sentí que el universo se ponía de acuerdo para escoltarme en pensamientos que quizás sean comunes, pero también deben ser de todos, creo.
Comí con el plato en la rodilla, despacito, luego guardé los utensilios, tapé el fuego con cenizas y después de hacer aguas, con un farolito en la mano me fui a acostar. Alguien había dejado una novelita de Irving Wallace a la que decidí hincar el diente.
Cerca del calicanto, quizás un poco más allá, gritó un zorro.
¿No le dije?, era una noche preciosa.
Juan Manuel Aragón
A 25 de marzo del 2025, en la Represa Vieja. Buscando vizcachas.
Ramírez de Velasco®
Biene Bien ...porel frio que viene
ResponderEliminardespues de este plato !!!te de manzanillas ¡¡¡
Eliminar"El Hambre es el mejor Condimento"(de eso saben mucho los Argentinos)
ResponderEliminarEl descubrimiento de un nuevo plato es de más provecho para la humanidad que el descubrimiento de una estrella.
ResponderEliminarEl placer de los banquetes debe medirse no por la abundancia de los manjares, sino por la reunión de los amigos y por su conversación.Años, amores y copas de vino, no se deben contar nunca.Las recetas no funcionan a menos que utilices tu corazón.Las penas con pan son menos.