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"Chiqui" Tapia |
El 22 de septiembre de 1967 nace “Chiqui” Tapia, dirigente sindical y futbolístico que desde el 2017 preside la Asociación del Fútbol Argentino
El 22 de septiembre de 1967 nació Claudio Fabián Tapia, más conocido como “Chiqui”, en Concepción, San Juan. Es un dirigente sindical y futbolístico que desde el 2017 preside la Asociación del Fútbol Argentino. Surgido de una familia trabajadora, consolidó su carrera desde el gremialismo vinculado al transporte y al universo de los Moyano, con quienes mantiene un estrecho lazo personal y político. Su ascenso en el mundo del fútbol comenzó en el club Barracas Central, del que fue presidente por casi dos décadas. Desde su llegada a la Asociación del Fútbol Argentino, su conducción fue señalada por métodos poco transparentes y por una concentración de poder que despertó críticas tanto dentro como fuera del ámbito futbolístico.Durante su infancia y adolescencia vivió en San Juan, aunque a temprana edad se trasladó a Buenos Aires, donde comenzó a vincularse con el mundo del trabajo y del deporte. Pasó por las inferiores de Independiente y jugó en Barracas Central, club con el que entabló una relación vitalicia. En paralelo, inició su camino sindical en el gremio de los camioneros, donde fue escalando posiciones con el respaldo de Hugo Moyano, líder de la organización. A través de su casamiento con Paola Moyano, hija del sindicalista, consolidó su pertenencia al núcleo duro del clan.Barracas Central fue su plataforma de despegue en el fútbol. Bajo su conducción como presidente, el club pasó de las categorías menores del ascenso a la Primera División. En ese recorrido, fue cuestionado por presuntas irregularidades en el arbitraje y por su fuerte influencia en decisiones deportivas clave. Sus vínculos gremiales y políticos le permitieron sostener una estructura sólida en lo económico, lo que le dio margen de maniobra frente a otros clubes de menor peso.
En el 2017, tras la intervención de la Asociación del Fútbol Argentino por la Federación Internacional de Fútbol Asociado y luego de la caída de Luis Segura y la Comisión Normalizadora, Tapia logró imponerse como presidente de la entidad. Llegó al cargo con el respaldo de numerosos dirigentes del fútbol de las provincias y de clubes del ascenso, además del aval informal del sindicalismo y de sectores del poder político. Fue el primer presidente de Asociación del Fútbol Argentino que no provenía de un club de Primera División.
Desde su llegada, reorganizó el funcionamiento interno del organismo, pero también fue señalado por una fuerte concentración de decisiones en su persona. Se rodeó de dirigentes leales y desplazó a figuras históricas que se habían enfrentado a su estilo de conducción. El control de los árbitros, la organización de torneos y la relación con la televisión quedaron bajo su órbita directa o de aliados cercanos.
La relación con la familia Moyano continuó influyendo en su estructura de poder. La convergencia entre gremialismo, fútbol y política fue una constante en su gestión, a tal punto que varios de sus colaboradores clave provenían de ámbitos sindicales o políticos ligados al movimiento obrero organizado. Esa red de respaldo fue determinante en momentos de crisis, especialmente durante los conflictos por los derechos de televisación y la pandemia.
Su figura creció en el orden internacional luego del acercamiento a la Conmebol y la Federación Internacional de Fútbol Asociado. Supo construir una relación fluida con los organismos rectores del fútbol sudamericano y mundial, lo que le permitió mantener autonomía frente a sectores opositores del fútbol local. No obstante, la forma en que se alineó con determinadas decisiones regionales también generó tensiones con clubes y dirigentes de peso.
Uno de los puntos más controvertidos de su gestión fue la relación con los árbitros y el uso del VAR, herramienta que, según denuncias de dirigentes y periodistas, habría sido manipulada en beneficio de clubes cercanos a su entorno, entre ellos Barracas Central. Las sospechas crecieron con fallos polémicos y decisiones disciplinarias que beneficiaban reiteradamente a equipos vinculados a su red de influencia.
Su liderazgo dentro del máximo organismo del fútbol argentino se consolidó con la obtención de títulos por la Selección Argentina, en especial la Copa América 2021 y el Mundial de Qatar 2022. Aunque el mérito deportivo recayó en los jugadores y el cuerpo técnico, su figura quedó ligada al ciclo exitoso de Lionel Scaloni y Lionel Messi. Aprovechó ese impulso para reforzar su posición institucional y neutralizar críticas internas.
Continúa al frente de la Asociación del Fútbol Argentino con una estructura de poder consolidada, sostenida por alianzas sindicales, deportivas y políticas. Su trayectoria sintetiza una forma de gestión que combina lealtades gremiales, pragmatismo dirigencial y un control férreo de los resortes fundamentales del fútbol argentino. Desde su nacimiento en San Juan hasta su papel actual, su recorrido refleja una de las trayectorias más singulares del deporte nacional.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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