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354 ALMANAQUE MUNDIAL Agustín

San Agustín

El 13 de noviembre de 354 nace San Agustín, teólogo y filósofo númida, una de las figuras más influyentes del cristianismo

El 13 de noviembre de 354 nació San Agustín en Tagaste, norte del África. Fue un teólogo y filósofo númida, una de las figuras más influyentes de la historia del cristianismo. Vivió durante el Imperio Romano y se convirtió al cristianismo tras una juventud marcada por la búsqueda intelectual. Estudió retórica, exploró el maniqueísmo y el neoplatonismo, y se convirtió en obispo de Hipona. Escribió obras fundamentales como Confesiones y La ciudad de Dios. Participó en debates teológicos, combatió herejías y predicó extensamente. Su vida incluyó una etapa de formación en Cartago, Milán y Roma, y su labor pastoral se centró en Hipona hasta su muerte en 430.
Nació en la actual Souk Ahras, Argelia, en una familia de clase media. Su padre, Patricio, era pagano, y su madre, Mónica, cristiana devota. Mostró desde joven un talento excepcional para los estudios. Fue enviado a Madaura y luego a Cartago para formarse en retórica, disciplina en la que destacó.
En Cartago, llevó una vida marcada por excesos juveniles. Tuvo un hijo, Adeodato, con una concubina, cuya identidad no se registra. Se interesó por el maniqueísmo, una religión dualista que explicaba el bien y el mal, y se adhirió a ella durante casi una década. Buscó respuestas a preguntas filosóficas y espirituales.
En 383, viajó a Roma para enseñar retórica, pero enfrentó dificultades económicas. Al año siguiente, se trasladó a Milán, y obtuvo un puesto como profesor. Conoció a Ambrosio, obispo de la ciudad, cuya influencia resultó clave. Estudió el neoplatonismo, que lo acercó a ideas compatibles con el cristianismo.
En 386, experimentó una conversión profunda tras una experiencia espiritual en un jardín de Milán. Fue bautizado por Ambrosio en 387, junto con su hijo Adeodato. Decidió abandonar la enseñanza de retórica y dedicarse a la vida religiosa. Regresó al África en 388, para fundar una comunidad monástica en Tagaste.
En 391, fue ordenado sacerdote en Hipona, actual Annaba, Argelia. Cuatro años después, fue nombrado obispo coadjutor y, posteriormente, obispo titular. Dedicó su vida a la predicación, la escritura y la administración de la diócesis. Enfrentó desafíos como la pobreza y las invasiones bárbaras.
Escribió Confesiones entre el 397 y el 401, una autobiografía espiritual que relata su conversión. Redactó La ciudad de Dios entre el 413 y el 426, defendiendo el cristianismo frente al paganismo tras el saqueo de Roma. Produjo numerosos tratados, cartas y sermones, abordando temas teológicos y filosóficos.
Combatió herejías como el donatismo, que dividía a la Iglesia africana, y el pelagianismo, que negaba el pecado original. Participó en concilios y debates, defendiendo la ortodoxia cristiana. Sus escritos influyeron en la doctrina de la gracia y el pecado.
Predicó cientos de sermones, muchos conservados, que trataban temas morales y teológicos. Dirigió su diócesis con énfasis en la caridad y la educación religiosa. Mantuvo correspondencia con figuras como Jerónimo de Estridón, discutiendo cuestiones bíblicas.
En el 429, los vándalos invadieron el norte de África y sitiaron Hipona. Murió el 28 de agosto del 430, durante el asedio, a los 75 años. Sus restos fueron trasladados a Pavía, Italia, siglos después. Su obra, con más de cien textos, se preservó y estudió ampliamente.
Ramírez de Velasco®

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