La peligrosa activista es llevada presa |
Recuerde que quien habilitó el debate sobre la matanza de chicos en la Argentina fue Mauricio Macri durante su presidencia
Isabel Vaughan-Spruce, una mujer inglesa será acusada de intimidación por la policía de su país, en un torpe intento de acusarla del delito de pensar. Oiga, es terrible, la acusan de estar rezando en silencio, es decir, en su cabeza, frente a una clínica abortera.Le cuento cómo fue, ella es una activista provida y la arrestaron, acusándola de cuatro cargos, luego de decirle a la policía que “podría” estar rezando en silencio, cuando le preguntaron por qué estaba parada en una calle pública cerca del lugar en que matan chicos.La policía se le acercó mientras estaba parada cerca de la clínica BPAS Robert en Kings Norton, Birmingham. No tenía letreros ni pancartas y estuvo callada hasta que los oficiales se le acercaron. La policía había recibido información de alguien que sospechó que rezaba en silencio, en su mente, en sus pensamientos.Oiga, en el Reino Unido actual, gobernado por musulmanes y dominado por los progresistas, a uno lo pueden meter preso por rezar en la cabeza, sin levantar un cartel, sin llevar una cruz colgada del cuello. En ese país, la mera sospecha de tener una religión distinta de la oficial lo llevará a la cárcel, como se observa en este caso.
Esta buena señora fue registrada, arrestada, interrogada y acusada de cuatro cargos por romper la llamada “zona de amortiguamiento” alrededor de un centro de abortos de Birmingham. El texto completo de la Orden de Protección del Espacio Público local, prohíbe la oración, entre otras actividades consideradas como protesta, como parte de la “zona de amortiguamiento” de censura. Los términos de la Orden definen la protesta como incluida la oración y también prohíben cualquier acto o intento de acto de intimidación.
¿Usted cree que, en el mundo civilizado, en las Europas, hay un respeto irrestricto por los pensamientos del resto de la gente? Bueno, se equivoca. Para demostrarlo, hay más detalles sobre este escabroso asunto que lo escandalizarán aún más.
Cuando hallaron a la mujer cerca de la clínica abortera, ya estaba cerrada. Además, aclaró a los policías que la arrestaron que no estaba ahí para protestar. Pero después la policía infirió que podría estar rezando en su cabeza, y la arrestaron. Doña Isabel fue arrestada por rezar en silencio como forma de protesta. A pesar de que rezaba en silencio, fue acusada de “protestar y participar en un acto que intimida a los usuarios del servicio”.
El acto de permanecer en silencio también se consideró un comportamiento “intimidante”, a pesar de que el centro de aborto estaba cerrado y no había un sujeto discernible de esta intimidación, y a pesar de que admitió claramente que no estaba allí para protestar.
Recuerde que quien habilitó el debate sobre la matanza de chicos en la Argentina fue Mauricio Macri durante su presidencia, abriendo la puerta a la mayor de las iniquidades que se han perpetrado en la Argentina, que es la muerte de chicos sin ninguna posibilidad de defenderse ante la atroz crueldad que se comete contra ellos. Si está de acuerdo con el aborto, piense que gracias a Dios y a que su madre no lo abortó, puede expresarse, si no, ni nombre tendría en el limbo al que van los inocentes.
Algunos católicos en Santiago —más mujeres que hombres— toman su Rosario cuando viajan en ómnibus y aprovechan el tiempo para rezar. Nadie los mira, porque tampoco lo hacen en voz alta. Cada tanto pasan las cuentas, calladitos la boca, mirando al frente.
De triunfar las ideologías que hoy están en boga en muchos países del hemisferio norte, salvo Rusia y dos o tres más, en cualquier momento la señora que reza en el ómnibus ya no lo podrá hacer con el Rosario en la mano. Deberá llevar la cuenta con los dedos, no es tan difícil, sólo es cuestión de acostumbrarse.
Pero tendrá que mover los dedos de manera muy imperceptible, porque si otro pasajero sabe lo que está haciendo, la podrían denunciar para meterla presa. Esas modas vuelan a todas partes con la velocidad de un rayo. Si llegan a Santiago habrá que prepararse para manifestar la fe en las catacumbas. O los leones. Lo que pase primero.
©Juan Manuel Aragón
Si quiere más detalles, lea una entrevista en inglés, aquí, pero si no sabe inglés tradúzcala aquí.
O mire el vídeo de su arresto aquí.
"Cuando los hombres eligen no creer en Dios, no es que consecuentemente no crean en nada, sino que se vuelven capaces de creer en cualquier cosa".
ResponderEliminarG.K. Chesterton
Confieso que el tema es especialmente sensible para mi, porque yo fuí un caso de diagnóstico de aborto por embarazo riesgoso, que mis padres decidieron no aceptar. Doy gracias todos los días por esa decisión, que me obliga a aportar a la sociedad para darle sentido a la oportunidad que tuve de estar en este mundo.
Europa está en serios problemas de pérdida de valores morales, los que provienen, paradojicamente, de los principios judeo-cristianos en los que se fundamentó su cultura occidental que le permitió alcanzar su desarrollo en todos los órdenes.
Hoy esos principios han sido destruidos, y no por accidente o descuido, sino de manera deliberada para de a poco acabar con su estructura social e imponer el colectivismo.
En Argentina está pasando lo mismo y el resultado seguramente será similar porque no hay voces que se alcen en oposición.
Soy enemigo del aborto. Pero debe implementarse una campaña decidida a favor de que quién no quiera tener hijos, pueda hacerlo, sin soportar presiones sicológicas que los convierten en " pecadores". Debería evitarse convertir este tema en una cuestión religiosa. A propósito Chesterton fue un gran escritor católico, que odiaba al protestantismo, y me imagino que a las demás religiones también..." Por aquellos que ha Dios han perdido, y lo pierde al Diablo también..." Muy tolerante parece que no era...
ResponderEliminarHay suficientes razones biológicas, morales y éticas, que no tienen nada que ver con la religión, para argumentar eficazmente en contra del aborto.
ResponderEliminarQuien hoy no quiera tener hijos puede hacerlo, simplemente no concibiéndolos.
Una vez concebidos (y en el 99.9% de los casos el acto que conduce a la concepción es voluntario), la única forma de no tenerlos es matándolos.