Ir al contenido principal

1867 CALENDARIO NACIONAL Varela

Felipe Varela

El domingo 9 de octubre 1867 Felipe Varela llega a Salta y al día siguiente toma esa plaza, acción heroica que la historiografía oficial se olvidó siempre de consignar

El domingo 9 de octubre 1867 Felipe Varela llegó a Salta. Al día siguiente tomó esa plaza, una acción heroica que la historiografía oficial se olvidó siempre de consignar.
Véase lo que dice Varela: “El día 9 del mismo octubre, a las diez de la mañana, tendí mi línea en los alrededores de la población y allí permanecí todo el día esperando que los del pueblo saliesen a atacarme afuera, a fin de evitar a los vecinos los desastres consiguientes. Pero como ya todo el día había aguardado en vano, al día siguiente (10 de octubre) muy de mañana, pasé al Gobernador de la Provincia la siguiente nota:
“Al Exmo. Señor Gobernador de la Provincia Don Sisto Obejero, Salta Octubre 10 de 1867 – Exmo. Señor: Debiendo a toda costa ocupar militarmente con mi ejército esa plaza, en servicio de la libertad de mi patria, y deseoso de evitar a esa población las desastrosas consecuencias de la guerra, tengo el honor de dirigir a V. E. la presente, con el objeto de manifestarle que, si tiene a bien ordenar en el término de dos horas, la deposición de las armas a sus órdenes, será garantida su persona y la de todos los suyos previniéndole que, en caso contrario, hago a V. E. responsable ante Dios y la Patria de los perjuicios consiguientes y de la sangre que se derrame en los momentos del combate. – Dios guarde a V. E. – Felipe Varela.
“Antonio Esquivel Yañez, Ayudante Secretario en Campaña. Es copia. Esquivel Yañez."
Continúa Varela:
“Por conductos fidedignos supe que el Gobernador de la Provincia vacila en lo que debiera responderme, cuando se presentó a él el señor Don Nicanor Flores que se titulaba General Boliviano, ofreciendo responder con su vida de mi derrota y de mi cabeza.
“Fue entonces que recibí respuesta verbal del Jefe de la Plaza de Salta, diciéndome que, si yo tenía soldados, también los tenía él y cañones para defenderse. Llegado a mi conocimiento este mensaje impolítico, ordené en el acto batir marcha de ataque sobre la plaza. Y después de dos horas y media de un vivísimo fuego, quedó definido el combate por los míos, quedando yo dueño del campo. Como no pude permanecer en la Ciudad por más de una hora, porque se echaba sobre mí el general Navarro con una columna de dos mil quinientos hombres, en aquellos momentos, de agitación y de desorden en que mi ejército estaba algo desorganizado, no me fue posible saber a punto fijo el número de muertos en el combate, pero noté en mi columna al día siguiente una pérdida como de cincuenta individuos de tropa. Verdad es que yo tomé algunos pertrechos de guerra de artillería con que se defendieron en la plaza los 700 hombres que la guarnecían, algunos carros de munición para esta arma, y unos pocos vestuarios para la tropa."
Los primeros combates fueron al norte de la plaza principal, sobre todo en la casa de la señora Candelaria Viola de Ortiz. Después, la tropa de Varela saqueó las iglesias y las casas de familia durante una hora.
Las mujeres que se refugiaron en los templos, fueron echadas a sablazos, y las tiendas saqueadas. El gobernador Ovejero, Manuel Puch y otros vecinos se refugiaron en el templo de San Francisco. A los sacerdotes los molieron a palos para hacerlos confesar el paradero de los refugiados, pero no lo lograron. Los descendientes del bravo Martín Güemes estaban bien escondidos y no los iban a hallar así nomás.
Las casas de comercio de los vecinos principales fueron arrasadas. Los varelistas degollaron a gente indefensa y mataron a Juan Motta, un anciano, en uno de los altares del templo de San Francisco. Y por supuesto, arrearon haciendas y caballadas y cuanto botín encontraron en su camino.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc9 de octubre de 2023 a las 8:10

    "¡Ah, pero la culpa de los saqueos y atropellos contra la población es del gobernador, por no haberse rendido antes".

    ResponderEliminar
  2. Es dudoso que Varela haya saqueado y sableado en los mismos templos!!!..dudo y me voy a poner a investigar al respecto. Varela era hombre del Chacho, y los Caudillos Federales tenían más valores católicos que las tropas liberales de Mitre!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

ANTICIPO El que vuelve cantando

Quetuví Juan Quetuví no anuncia visitas sino memorias, encarna la nostalgia santiagueña y el eco de los que se fueron, pero regresan en sueños Soy quetupí en Tucumán, me dicen quetuví en Santiago, y tengo otros cien nombres en todo el mundo americano que habito. En todas partes circula el mismo dicho: mi canto anuncia visitas. Para todos soy el mensajero que va informando que llegarán de improviso, parientes, quizás no muy queridos, las siempre inesperadas o inoportunas visitas. Pero no es cierto; mis ojos, mi cuerpo, mi corazón, son parte de un heraldo que trae recuerdos de los que no están, se han ido hace mucho, están quizás al otro lado del mundo y no tienen ni remotas esperanzas de volver algún día. El primo que vive en otro país, el hermano que se fue hace mucho, la chica que nunca regresó, de repente, sienten aromas perdidos, ven un color parecido o confunden el rostro de un desconocido con el de alguien del pago y retornan, a veces por unos larguísimos segundos, a la casa aquel...

CALOR Los santiagueños desmienten a Borges

La única conversación posible Ni el día perfecto los salva del pronóstico del infierno, hablan del clima como si fuera destino y se quejan hasta por costumbre El 10 de noviembre fue uno de los días más espectaculares que regaló a Santiago del Estero, el Servicio Meteorológico Nacional. Amaneció con 18 grados, la siesta trepó a 32, con un vientito del noreste que apenas movía las ramas de los paraísos de las calles. Una delicia, vea. Algunas madres enviaron a sus hijos a la escuela con una campera liviana y otras los llevaron de remera nomás. El pavimento no despedía calor de fuego ni estaba helado, y mucha gente se apuró al caminar, sobre todo porque sabía que no sería un gran esfuerzo, con el tiempo manteniéndose en un rango amable. Los santiagueños en los bares se contaron sus dramas, las parejas se amaron con un cariño correspondido, los empleados públicos pasearon por el centro como todos los días, despreocupados y alegres, y los comerciantes tuvieron una mejor o peor jornada de ve...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...