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El Tabycast |
El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió
El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante.A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado.La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese momento estaban separados de hecho, esperando la sentencia de divorcio.
Cuando llegaron al ver que la hija estaba dormida, lo dejó entrar a la casa, besó en la frente a la niña, el padre la llevó hasta su dormitorio y la recostó en su cama.
Luego Zaín fue al comedor y ubicó un par de bolsas que llevaba consigo. La madre creía que era ropa de su hija, pero de adentro sacó un revólver, lo que la hizo ponerse de cuclillas. Desesperada, le dijo:
—Pensá en lo que vas a hacer.
Él respondió:
—Yo no sé lo que hago con esto, Diosito mío.
Agregó:
—Vos sos la única causante de todo esto, sos una flor de hija de mil puta.
Y le pegó el primer tiro. Aunque la bala le dio en el pecho, ella se levantó e intentó salir del departamento, pero él disparó de nuevo. Ella se resistió, y “con una furia sin nombre”, según contó en Facebook, en una publicación del 8 de marzo pasado, él la empujó, cerró la puerta, y la tiró al piso para estrangularla mientras le decía:
—Ahora sí te vas a morir, hija de mil puta… por tu culpa yo estoy sufriendo todo lo que sufro. Antes de perder el conocimiento, con cinco disparos en el cuerpo, ella se dio cuenta de que él iba hacia la habitación en que estaba su hija.
Zaín fue al dormitorio de la pequeña niña y le pegó dos balazos: uno en el pecho y otro en la espalda. Luego se hizo tres tiros que no le causaron heridas importantes, fue hasta el balcón y se tiró desde el cuarto piso. Aterrizó en el primero, agonizó un par de minutos y se murió.
Desde la plaza Libertad, un par de muchachos vieron algo de la situación y fueron a dar aviso en la Jefatura de Policía a pocos pasos de ahí, en ese entonces. Un vecino del edificio también oyó los disparos y llamó a la policía.
Dolores y Diego Zaín murieron esa noche del 10 de abril de 1998, Ana Lugones se encontraba en estado crítico. Después de una larga y dura rehabilitación se recuperó.
Su familia, sus amigos, sus conocidos quedaron devastados: “Avasallados en la tormenta, sin rumbo, sin norte ni sur”, dijo Ana en su cuenta de Facebook. La sociedad santiagueña estaba conmovida pues se trataba de un lamentable suceso que implicaba a los hijos de dos familias conocidas en la provincia. El dolor de muchos que conocían a una o ambas fue inmenso, sobre todo por los ribetes de tragedia que tuvo lo acaecido.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Recuerdo que el policía a cargo de la investigación de este sonado caso, me comentó que resultaba extraño que en el balcón desde donde se supone se arrojo al vacío el protagonista, encontró un arma que al ser peritada, resulto ser muy vieja, sin poder de disparo. Es decir era el arma homicida. Nunca se esclareció esa circunstancia. Triste pero rara...
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