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Felipe Arana |
El 24 de agosto de 1786 nace Felipe Arana, jurisconsulto y político que participa en la organización institucional del país
El 24 de agosto de 1786 nació Felipe Arana en Buenos Aires. Fue un jurisconsulto y político que participó en los primeros años de organización institucional del país, se destacó en el ejercicio del derecho, ejerció cargos en la administración pública y firmó tratados internacionales durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Su trayectoria se desarrolló entre la vida académica, la profesión de abogado, la política local y la diplomacia, hasta su muerte, el 4 de junio de 1865.Realizó los primeros estudios en su ciudad natal y se orientó desde joven hacia el ámbito jurídico. La formación se completó en la Universidad de Chuquisaca, obteniendo el título de doctor en jurisprudencia, siguiendo el camino de numerosos rioplatenses que acudían a esa institución en busca de una preparación sólida en leyes y filosofía.Tras regresar al Río de la Plata, comenzó a ejercer la abogacía en Buenos Aires. La práctica profesional lo vinculó tanto a clientes particulares como a asuntos de relevancia pública. La experiencia adquirida en los tribunales le otorgó prestigio entre sus colegas y lo llevó a ocupar cargos en la administración judicial.
Con el inicio del proceso revolucionario en 1810, se acercó a los debates políticos y jurídicos de la etapa. Aunque no formó parte directa de los primeros gobiernos patrios, intervino como asesor y jurista en cuestiones vinculadas a la organización legal y en la defensa de intereses locales.
Durante las décadas siguientes, alternó entre el ejercicio privado de la profesión y el desempeño en cargos públicos. Su carrera adquirió mayor notoriedad a partir de la década de 1830, cuando se integró a la política bajo la órbita de Juan Manuel de Rosas, gobernador de Buenos Aires y figura central del federalismo rioplatense.
En 1835 fue designado ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina. Desde esa función debió conducir la política diplomática en un contexto complejo, marcado por la intervención extranjera, los conflictos con potencias europeas y las tensiones internas entre provincias.
En 1839 suscribió, en nombre del gobierno de Rosas, el Tratado Arana–Mackau con Francia, que puso fin al bloqueo impuesto por ese país al puerto de Buenos Aires. Años más tarde, en 1849, firmó también el Tratado Arana–Southern con el Reino Unido, que levantó el bloqueo anglo-francés sobre el Río de la Plata y restableció las relaciones diplomáticas con ambas potencias.
Su gestión diplomática fue reconocida por la importancia de los acuerdos alcanzados, que consolidaron la posición del gobierno porteño frente a los intereses europeos en la región. El manejo de las negociaciones lo convirtió en uno de los ministros más influyentes del período rosista, manteniendo al mismo tiempo su prestigio como jurisconsulto.
Tras la caída de Rosas en 1852, se retiró de la vida política activa y regresó a la práctica privada del derecho. Se mantuvo en Buenos Aires y continuó siendo consultado en asuntos legales, aunque sin ocupar ya cargos de relevancia en la administración pública.
Murió en Buenos Aires y su trayectoria quedó asociada a la formación de las instituciones jurídicas y al papel desempeñado en la diplomacia durante los años en que la Confederación debió enfrentar la presión de las potencias extranjeras en el Río de la Plata.
Ramírez de Velasco®
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