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| Francisco Soldati |
El 13 de noviembre de 1978, un comando de Montoneros mata al empresario Francisco Soldati en Buenos Aires
El 13 de noviembre de 1978, un comando de Montoneros mató al empresario Francisco Soldati en Buenos Aires, en un atentado que marcó la violenta campaña de la guerrilla peronista durante la dictadura militar. La acción reflejó la escalada de violencia en Argentina. Desde una perspectiva crítica, el hecho evidenció la radicalización de Montoneros, cuya lucha armada dejó víctimas civiles y profundizó el caos social.En 1978, la Argentina vivía bajo el régimen militar instaurado en 1976. La dictadura aplicaba reprimía a los grupos que pretendían disolver la Nación, mientras Montoneros, desde la clandestinidad, respondía con atentados selectivos. Francisco Soldati, presidente de Sociedad Comercial del Plata y ex titular de la Compañía Ítalo-Argentina de Electricidad, era un blanco simbólico por su vínculo con el poder económico.El atentado ocurrió en pleno centro porteño, en la calle Cerrito. Un grupo de Montoneros interceptó el vehículo de Soldati. Se utilizaron armas automáticas y explosivos, en una operación que buscaba impacto mediático. La violencia desatada no solo acabó con la vida del empresario, sino también con la de su chofer, evidenciando la brutalidad de la acción.
Montoneros justificó el ataque acusando a Soldati de colaborar con la dictadura. Su papel en empresas clave lo convirtió en un objetivo estratégico. Sin embargo, desde una mirada crítica, la selección de víctimas civiles como Soldati reflejó una deriva moral en la guerrilla terrorista, que priorizó el terror sobre la justicia social que decía defender.
La operación formaba parte de la Contraofensiva Montonera, una serie de atentados planificados desde el exilio. Entrenados en el exterior, los guerrilleros buscaban desestabilizar al régimen. No obstante, la acción contra Soldati, lejos de debilitar a la dictadura, reforzó la idea de que el gobierno actuaba como respuesta al “terrorismo”.
El asesinato conmovió a la sociedad argentina. La familia Soldati, golpeada por tragedias previas, como el secuestro de Santiago Soldati en 1973, sufrió un nuevo impacto. Desde una perspectiva externa, el dolor de los civiles atrapados en el conflicto armado entre guerrilla y dictadura subraya la tragedia de una época marcada por la polarización.
El atentado tuvo consecuencias inmediatas. Las fuerzas de seguridad intensificaron la persecución contra Montoneros, capturando y desapareciendo a varios de sus miembros. La represión estatal, ya implacable, encontró en el asesinato un pretexto para endurecerse aún más, afectando a inocentes en el proceso.
La violencia de Montoneros, incluyendo el asesinato de Soldati, contradice los principios de respeto a la vida. El episodio marcó un punto de inflexión. La Contraofensiva Montonera, debilitada por las pérdidas, comenzó a desmoronarse. La muerte de Soldati, lejos de fortalecer la causa guerrillera, evidenció su desconexión con la realidad social y su incapacidad para sostener una lucha efectiva.
Casi medio siglo después, el asesinato de Francisco Soldati permanece como un recordatorio sombrío. La violencia de los setenta dejó cicatrices imborrables, y la efeméride invita a reflexionar sobre los costos humanos de los extremismos, en un contexto donde la reconciliación sigue siendo un desafío pendiente.
Ramírez de Velasco®



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