Ir al contenido principal

DEPORTE Qué hacer con la violencia del rugby

Reflexivo Pichot

Cómo se explica que un deporte que inculca respeto por los demás equipos, aparezca en los titulares porque sus jugadores pegaron a otra gente


Son rugbiers, rugbistas, jugadores de rugby, chicos que se sienten poderosos; juegan un deporte con entrenamientos muy duros y al ser amigos, saben que en cualquier parte donde van, son más fuertes individualmente y, por supuesto, en grupo. Además, se conocen desde chicos, algunos cambiaron de curso, de escuela o de barrio, pero siguieron firmes en el mismo club.
Hay quienes llaman espíritu del rugby, entre otras cosas, a que los jugadores no discuten con el referí, tampoco protesta el público, no se necesitan policías para cuidar que las hinchadas no se agarren a los palos ni adentro ni afuera de la cancha, nadie dirá groserías y si algún desubicado llegara a gritar expresiones como: “¡Matalo!, ¡pasalo por arriba!”, si no lo expulsa el árbitro lo harán los otros espectadores.
Es obvio que ningún entrenador de rugby alienta a que salgan a pegar al prójimo en patota. Pero también es evidente que algo están haciendo mal porque no hay noticias de grupos de tenistas que hagan lo mismo, o de futbolistas, nadadores, basquetbolistas, yudocas. Siempre son rugbiers.
El deporte es una escuela de formación para la vida, enseña que lo bueno se consigue con sacrificio, disciplina, método, trabajo en equipo. Aleja a los chicos de la calle y sus vicios, de las malas yuntas, del pasarse criando sebo, de las conversaciones inconvenientes y del cigarrillo, la droga, el alcohol, los juegos de azar.
Con el deporte se aprende que después de perder hay que entrenar con más temple, pero después de vencer también, y hace carne el concepto que sostiene que los del otro equipo no son enemigos a someter, sino chicos muy parecidos jugando a lo mismo, hay que divertirse con ellos y, si es posible ganarles. Pero no se va la vida en un triunfo o una derrota.
El rugby de antaño, muy posiblemente el de ahora también, tenía un “tercer tiempo”. Después de jugar y cambiarse, los jugadores de ambos equipos se juntaban a compartir aunque sea una Cocacola con un sándwich. Grandes amistades entre rugbiers de distintos clubes se forjaron en una camaradería que los unía después del partido. No solamente ellos, los entrenadores se conocían entre ellos, intercambiaban experiencias y quizás también se hacían amigos.
Alguien sostiene que los futbolistas también pueden ser violentos en un baile y es una afirmación del todo cierta y que, por ahí los amigos, en una reunión etílica pueden tomarse a golpes de puño por una discusión y también es verdad. Pero, por lo general, no son patotas de futbolistas de un equipo los que pegan a otros.
Con algo de alcohol de más en la sangre, músculos recién adquiridos, plata en el bolsillo, amigos inseparables de toda la vida, un club al que asiste gente poderosa, por ahí les hace suponer que tienen cómo llevarse por delante al morocho que empujó a uno en el boliche, a otro que los bardeó. Y, como en un ´scrum´, pechar todos para adelante y hacerle entender quién tiene la unión y la fuerza.
Es evidente que algo más hay en el rugby, lejos del conocimiento del resto, que provoca que estas noticias sean más o menos frecuentes. “Rugbistas golpean a un joven” es un título que no ha dejado de aparecer en los diarios. El hecho de que pocas veces termine en la muerte de alguien es sólo un detalle fortuito.
Un compañerismo que no se observa en otros deportes, músculos que engordan mucho, justo cuando termina la edad de crecimiento, la habilidad recién adquirida de agarrarse a golpes, colegios pagados, padres de clase media con aspiraciones y algo de alcohol, son el combo que explicaría el problema. Pero no todo el problema, obviamente.
Pero seguramente hay algo más en el propio deporte, en su entraña más íntima y oculta, que debiera ser analizado en profundidad para corregirlo. Agustín Pichot, capitán de Los Pumas, en el Mundial de Francia del 2007, dijo en una imperdible entrevista: “Los valores son de una sociedad, no son ni del rugby, ni del fútbol, ni del tenis”. En otra parte de esa nota, expresa: “Dicen ‘hechos aislados’, pero cuando son un montón de ‘hechos aislados’, ya no son hechos aislados. Es un tema de cultura y ahí es donde hay que trabajar muchísimo”.
Algo habría que revisar en el rugby desde el período de formación de los jugadores, en las divisiones inferiores. Nadie es mejor ni peor, todos somos distintos, así que, ¿por qué no incluir en el tercer tiempo a los hijos de los trabajadores más humildes del club para que se hagan a la idea de que no todos son como ellos y sus familias?, ¿y si una vez a la semana practicaran voley o hockey con las chicas del club?, ¿por qué no llevarlos cada tanto a jugar al fútbol a algún barrio humilde, y mezclar los equipos?
Algo hay que hacer, antes de que volverlo ilegal sea la única dolorosa opción.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. No estoy seguro sobre el título de la columna. Yo no lo llamaría "La violencia del rugby", porque no es el deporte y su esencia lo que están siendo cuestionados. Pienso que es acertado considerar la posibilidad de que haya una selección natural de jóvenes provenientes de familias encumbradas, con influencia social, cuyos hijos se mal educan en la creencia de la impunidad y superioridad moral....obviamente errada. Lo hemos visto con mucha más frecuencia en las familias de políticos, que también tienen las mismas condiciones, cuyos hijos en más de una ocasión (y con más frecuencia que en el rugby, diría yo), han hecho desmanes y se han cargado con la vida de otras víctimas.
    En ese sentido, no sería "el rugby" lo que habría que arreglar, sino la educación en valores de la juventud a esos niveles sociales.
    El artículo además sugiere que el problema es racial, y/o de índole discriminatoria de clases. Yo no lo encasillaría de esa manera, porque contradice lo que plantea con respecto a la teoría de la impunidad de personas encumbradas, que creo más viable.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

GENTILICIOS Cómo se les dice a los nacidos en Santiago

Santiago del Estero A continuación, una curiosidad, el nombre de todos los hermanos de América, cuyo origen es el mismo de los santiagueños (y una yapa africana más otra norteamericana al final) A Hebe Luz Para recordar que el mes que viene se celebrará la fiesta de Santiago Apóstol, va una lista de los gentilicios de todos los pueblos y ciudades de América que llevan su nombre. Esta lista solo menta las poblaciones con gentilicio documentado o establecido después de buscar en fuentes de internet, como Wikipedia y sitios gubernamentales. Argentina Los de *Santiago de Tucumán son tucumanos, los de Santiago del Estero son santiagueños. Bolivia Los de Santiago de Chiquitos son chiquitanos, los de Santiago de Huari son huareños, los de Santiago de Huata son huatenses, los de Santiago de Machaca son machaqueños, los de Santiago de Cotagaita son cotagaitenses, los de Santiago de Andamarca son andamarqueños, los de Santiago de Callapa son callapeños, los de Santiago de Huayllamarca son huayll...

MEMORIA La Banda no existe

La estación, imaginada por Jorge Llugdar Esa pretendida ciudad es solamente una creación colectiva de la imaginación de los santiagueños, sostenida en el tiempo y siempre activa La Banda no existe, es una creación imaginaria colectiva de los santiagueños que, en un esfuerzo inaudito de un espejismo colectivo, idearon un pueblo paralelo, con calles de nombres parecidos, casas, gente y hasta un ferrocarril propio. Algunas veces alguien que trabaja en un quiosco en Santiago, un médico, un gobernador, el empleado de un laboratorio de análisis, se proclama bandeño. Pero es sólo un chiste sobreentendido, eso lo saben todos. A muchos santiagueños les sucede que al cruzar el puente Carretero con un pariente o alguien de otra provincia, les dice: “Oye, ¿no era que había una ciudad aquí?”. Y hay que explicar de nuevo el asunto del establecimiento colectivo de una ciudad al otro lado del río, con una historia particular, leyendas, personalidades y hasta personajes populares. Algunos sostienen que...

1996 CALENDARIO NACIONAL Curutchet

Ricardo Curutchet El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Curutchet, abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas El 3 de julio de 1996 murió Ricardo Federico Curutchet Oromí. Fue abogado, periodista, militante católico y director de publicaciones nacionalistas. Había nacido el 6 de marzo de 1917 en Buenos Aires. Fue hijo de una familia vinculada a la historia argentina, siendo tataranieto por vía materna de Cornelio Saavedra, figura clave en la Revolución de Mayo. Creció en un aumbiente que le permitió acceso a una educación sólida y a influencias culturales e históricas. Estudió en el Colegio del Salvador, en el que, desde joven mostró interés por el nacionalismo argentino. En 1933, apadrinado por Juan E. Carulla, fundó y dirigió la Acción Nacionalista de Estudiantes Secundarios, una agrupación que marcó su ingreso formal a la militancia nacionalista. Posteriormente, se formó como abogado en la Universidad de Buenos Aires, integrándose durante esos añ...

SUBVENCIONADA Activista simula masturbarse en un templo (con vídeo)

Simulando actos indebidos trepada al altar Ane Miren Hernández Unda burla la fe católica, simula actos obscenos en el altar y desata indignación con su provocación Este fin de semana, la activista vasca Ane Miren Hernández Unda, conocida como Ane Lindane, desató una fuerte controversia al protagonizar un acto de profanación en la iglesia católica de Saint-Laurent d’Arbérats, en la región de Soule, Francia. El incidente ocurrió durante el festival Euskal Herria Zuzenean, respaldado por instituciones locales que utilizó el templo, no desacralizado, como escenario para actividades que han generado indignación entre la comunidad cristiana. Hernández Unda, nacida en Barakaldo en 1988, es una figura habitual en medios como la radiotelevisión pública vasca ETB y en Canal Red, el proyecto mediático liderado por el dirigente político Pablo Iglesias. En un vídeo que la mujer difundió en intenert, se la observa subiendo al altar de la iglesia, profiriendo gritos blasfemos y simulando actos obscen...

MADRUGADA Rito en la penumbra

Madrugador Un mate que susurra en la noche, tejiendo soledades y verdades en el silencio de las horas que no duermen No es el mate de las ocho, compañero de tostadas crujientes, ni el que pasa de mano en mano entre risas y migas de bizcochitos. El de la madrugada es de otra estirpe, susurro en la quietud, secreto que no se comparte. No obedece al reloj ni a la costumbre; surge como un destello, es un faro para el que navega en la noche. Cuando la casa duerme y la ciudad apenas respira, alguien se levanta, enciende el fuego y escucha el murmullo de la pava, un canto antiguo que conoce de memoria. Este mate no se apura. No se ofrece, no espera compañía. Medita, que abraza al insomne, al que lee hasta que las palabras le queman los ojos, al que hurga en fotos viejas o garabatea ideas que se resisten a ser atrapadas. Lo ceba quien llora en silencio, quien ríe en su interior o quien simplemente mira la noche, buscando algo que no nombra. Es una ceremonia sin reglas escritas, pero con su pro...