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EL LIBERAL Más allá de José y Antonio

Julio Boente, Julio Cesar, Virgilio y Aldo Castiglione. Detras el retrato de los que iniciaron el largo camino


Las generaciones que vinieron después de José y Antonio Castiglione, hicieron al diario El Liberal más grande


Por Alfredo Peláez, Fredy
El Liberal no se terminó en los doctores José y Antonio Castiglione. Hubo nuevas generaciones de Castiglione al frente que lo hicieron más grande al matutino. Al fallecimiento del doctor José lo reemplazó Antonio como director general y la parte editorial quedo a cargo del doctor Aldo (hijo de José). Un hombre amable, de trato respetuoso. Pocas veces se lo vio enojado. Trataba de solucionarle cualquier problema a los empleados. Lo hizo secretario de redacción a la "Víbora" Julio Boente. Era dueño junto a su familia del Trust Joyero. Su primo, Julio César, "Toto". era el director ejecutivo, hincha fanático de Independiente. Un adelantado. En los 60-70, les decía a los de deportes que escucharan los partidos que se jugaban de noche por radio, para hacer la crónica y ganar tiempo, 20 años después lo aplicaban Crónica y El Atlántico. Tenía su despacho en el fondo, cerca de las linotipos a la tarde noche se daba una vuelta por la redacción y solía sentarse sobre los escritorios a charlar con los periodistas. El y el doctor Aldo, me dieron la oportunidad de recorrer el mundo tras los pasos del "Lole" Reutemann. No me porté bien con ellos. Un día por problemas de polleras y para salvar a mi familia me fui sin decirles adiós. Con los años volví a hablar con el doctor Julio Cesar. Me reconforta ser amigo del ingeniero José Luis, hijo del doctor Aldo, era gerente de mantenimiento y revolucionó el diario, ya nos ocuparemos de él.
También estaban Virgilio, abogado del Banco Hipotecario, el doctor Antonio, que no se lo conocía por su nombre, para todos era el radiólogo. Todos hijos del doctor Antonio, iban al diario, pero no se metían y la Porota, que se ocupaba de la parte literaria. Hubo otras, la Quela, y la esposa de Tarchini, un flaco alto, pinta de bohemio. Supo sacar el Prode.
Los que iban por ir
Veían luz y entraban. Había muchos personajes que llegaban de visita. "Taro" Argañaraz se ufanaba de tener un permiso de por vida del "Toto" Castiglione para entrar al diario. También le regalaba los trajes que ya no usaba. Un periodista de la puta madre, que escribía colaboraciones, el querido "Gringo" Maidana que supo ser director de LV 11 y presidente del Banco Provincia. Otro habitué era "Pupi" Vozza para dibujarnos una sonrisa; para hacernos llorar estaba el profesor Elio Aroldo Ávila, que entraba con un diario marcado y nos corregía. Otro Avila, Eduardo, el folclorista, que triunfaba en el país; lo recuerdo de remera azul, pantalones y mocasines blancos, acompañado por su guitarrista el "Rata" Barrionuevo; los veteranos jugadores de futbol y deportistas que de visita al pago llegaban a saludar y el encargado de recibirlos era José Sandez, que firmaba con el seudónimo de Jotaese.
El Liberal era un punto de encuentro. Carlos y Agustín Carabajal (fue a comer a casa, lo llevó "Cachín" Diaz), Fortunato Juárez en su bicicleta, los hermanos Ábalos, don Andrés Chazarreta, el Soco y Cachilo Díaz, Julio Argentino Jerez, Argentino Ledesma, Dino Taralli, Alfonso Nassif, Carlos Saavedra, Jairo, Leo Dan; la lista es larga; artistas, poetas, escritores, políticos, de todo, che.

La plata era lo de menos
Los Castiglione no eran de andar contando billetes y menos cobrando deudas, Un día Julio César, se puso hacer números y llegó a la conclusión que al diario le debían fortunas. Desde Tusito a las grandes empresas. Hablo con la familia, se reunieron con el jefe de Publicidad, la "Vaca" Rosales y su segundo el "Negro" Cejas. Le propusieron desdoblar el departamento de publicidad. Serian independientes y se dedicarían a la publicidad del diario y sobre todo cobrar la abultada deuda. Así nació RoCe Publicidad, con oficinas en la calle La Plata a la vuelta del diario. Hicieron mucha plata, luego cayeron. Del ocaso a perderlo todo... pero para eso habrá que esperar la próxima nota.
Ramírez de Velasco®

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