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Fortunato Manuel Oroná, "Tucho" |
El 22 de junio del 2000 se presenta el Ballet Santiagueño en el teatro 25 de Mayo para recrear fiestas y costumbres tradicionales
El 22 de junio del 2000 se presentó el Ballet Santiagueño de Fortunato Manuel Oroná, en el teatro 25 de Mayo. Actuaron especialmente ese día Carlos Saavedra, Norberto Barreto, Marcelo Fernández y Juan de Dios Gallo, recreando fiestas y costumbres tradicionales como La Telesita, La Salamanca y las Fiestas de las Mingas.Oroná es un nombre que resuena con fuerza en el ámbito del folklore de Santiago del Estero, provincia considerada cuna de muchas tradiciones argentinas. Como bailarín, profesor y director del Ballet Santiagueño, ha dedicado su vida a preservar y difundir las danzas tradicionales que reflejan la identidad cultural de su tierra. Su trabajo no solo enaltece las raíces santiagueñas, sino que también conecta a las nuevas generaciones con el legado de sus ancestros, haciendo de la danza un vehículo de memoria y pasión.Nacido en Santiago del Estero, desde joven, mostró un talento innato para el baile folklórico, destacándose por su destreza en ritmos como la chacarera, la zamba y el gato. Estas danzas, profundamente arraigadas en la tradición santiagueña, encontraron en él un intérprete comprometido con su autenticidad. Su formación como bailarín se completó con su vocación pedagógica, lo que lo llevó a convertirse en un respetado profesor de danza, guiando a numerosos alumnos en el aprendizaje de estas expresiones culturales.
Como director del Ballet Santiagueño, ha liderado proyectos que combinan arte, tradición y espiritualidad. Uno de los hitos de su carrera fue la presentación en el 2015 de la Misa Santiagueña, obra de Juan Carlos Carabajal con profundo contenido religioso, en el templo de Santo Domingo de Santiago. Bajo su dirección, una veintena de bailarines recrearon cuadros de gran plasticidad, fusionando la fe popular con la danza folklórica. Este espectáculo, que tuvo lugar en el atrio de la iglesia, resaltó su capacidad para transformar lo religioso en una experiencia artística única.
El enfoque de Oroná siempre ha estado marcado por un profundo respeto por las tradiciones santiagueñas. Él mismo ha señalado que en Santiago del Estero, lo autóctono y lo religioso se entrelazan con fuerza, dando lugar a fenómenos culturales como la fiesta del Señor de los Milagros de Mailín o la devoción a Nuestra Señora de Sumampa. Estas tradiciones han inspirado su trabajo, que busca reflejar la conexión entre el folklore y la identidad espiritual del pueblo santiagueño. Su labor trasciende el escenario, convirtiéndose en un acto de preservación cultural.
En el 2023 participó en un espectáculo de danza en la plaza Libertad, cuando el Ballet Santiagueño, junto a otras academias como Perfume de Carnaval y La Salamanca, deleitó al público con danzas tradicionales como “El Pericón” y zambas. En esta ocasión, destacó la importancia de la danza como una expresión de pasión y arraigo, subrayando cómo estas manifestaciones artísticas unen a la comunidad y refuerzan el orgullo por la “Madre de Ciudades”. Sus palabras reflejaron su compromiso con la cultura santiagueña y su visión de la danza como un puente entre generaciones.
Como profesor, ha formado a numerosos bailarines que hoy llevan adelante la bandera del folklore. Su método combina técnica, sensibilidad y un profundo conocimiento de los ritmos santiagueños, lo que le ha valido el reconocimiento de sus pares y alumnos. Su capacidad para transmitir no solo los pasos, sino también el sentimiento detrás de cada danza, lo distingue como un educador apasionado y dedicado.
Su impacto en el folklore trasciende las fronteras de Santiago del Estero. Su trabajo con el Ballet Santiagueño ha llevado las danzas santiagueñas a diversos escenarios, mostrando al país la riqueza coreográfica de la región. Como afirmó el musicólogo Carlos Vega, las versiones santiagueñas de las danzas folklóricas tienen una impronta única que ha influido en todo el país, y Oroná ha sido un embajador de esta herencia.
Es una figura clave en la preservación del folklore santiagueño. A través de su talento, dedicación y amor por su tierra, ha logrado que las danzas santiagueñas no solo perduren, sino que sigan siendo una fuente de inspiración y orgullo. Su legado es un testimonio vivo de cómo el arte puede mantener viva la identidad de un pueblo.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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