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Eduardo Lonardi |
El 23 de septiembre de 1955, Eduardo Lonardi asume como presidente provisional, tras el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón
El 23 de septiembre de 1955, Eduardo Ernesto Lonardi Doucet, asumió como presidente provisional argentino, tras el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón. Líder de la autodenominada Revolución Libertadora, este general católico y nacionalista encabezó un gobierno interino con el objetivo de restablecer el orden institucional. Nacido en 1896 en Buenos Aires, su formación militar y su experiencia en el ejército moldearon su trayectoria. Su breve mandato, marcado por tensiones internas y la proscripción del peronismo, duró apenas dos meses. Durante este período, buscó pacificar el país, derogó medidas peronistas y enfrentó desafíos políticos que definieron su gestión.Nació el 15 de septiembre de 1896 en Buenos Aires, hijo de un comerciante italiano y una madre argentina. Creció en un ambiente de clase media, influido por los valores católicos de su familia. Su infancia transcurrió en la capital, en la que desarrolló un fuerte sentido del deber y la disciplina, que lo llevaron a elegir la carrera militar desde joven.Ingresó al Colegio Militar de la Nación en 1913, graduándose como subteniente en 1916. En su formación estudió estrategia y táctica, destacándose por su compromiso con la institución militar. Durante las décadas de 1920 y 1930, ascendió en la jerarquía del ejército, participando en diversas asignaciones en el interior del país.
En los años 40, se desempeñó como agregado militar en Chile, aprovechando para fortalecer su visión nacionalista y su rechazo al creciente influjo del peronismo. Su experiencia en el extranjero le permitió observar modelos de gobierno y reforzar su convicción en la necesidad de un ejército fuerte para garantizar la estabilidad nacional.
Regresó a la Argentina en 1947 y asumió papeles clave en el ejército, pero su oposición al gobierno de Perón lo llevó a ser marginado. En 1951, fue pasado a retiro obligatorio tras ser acusado de conspirar contra el régimen. Este episodio consolidó su liderazgo entre los sectores antiperonistas dentro de las fuerzas armadas.
En 1955, organizó el movimiento que culminó en el golpe de Estado conocido como la Revolución Libertadora. Desde Córdoba, lideró las fuerzas rebeldes que derrotaron a las tropas leales a Perón, quien renunció y se exilió el 19 de septiembre. La acción militar, apoyada por sectores civiles y la Marina, marcó el fin del segundo mandato peronista.
El 23 de septiembre de 1955, asumió la presidencia provisional en una ceremonia en la Casa Rosada. Su discurso inaugural llamó a la reconciliación nacional, prometiendo un gobierno de transición hacia la democracia. Designó un gabinete mixto, con militares y civiles, para estabilizar el país tras años de polarización.
Una de sus primeras medidas fue disolver el Partido Peronista. También intervino sindicatos y eliminó símbolos asociados al peronismo, como retratos oficiales de Perón y Evita. Estas decisiones generaron resistencia entre los sectores populares leales al exmandatario.
Enfrentó tensiones dentro de su propio gobierno, especialmente con sectores liberales que buscaban una postura más dura contra el peronismo. Su enfoque moderado y católico chocó con las expectativas de algunos aliados, como el almirante Isaac Rojas, que había recibido la Medalla a la Lealtad Peronista y quien abogaba por medidas más radicales en contra de sus antiguos compañeros. Estas divisiones debilitaron su posición.
Durante su breve mandato, promovió la libertad de prensa y permitió el regreso de algunos exiliados políticos. Sin embargo, la inestabilidad económica y las protestas de los peronistas complicaron su gestión. Su presidencia terminó abruptamente el 13 de noviembre de 1955, cuando fue reemplazado por Pedro Eugenio Aramburu tras un golpe interno.
A pesar de su corta gestión, buscó sentar las bases para una transición democrática, aunque las divisiones políticas y la proscripción del peronismo marcaron su período. Su papel como líder de la Revolución Libertadora lo convirtió en una figura clave en un momento crítico de la historia argentina.
Ramírez de Velasco®
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