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| Ya no será necesario ordeñar |
En el país de los judíos se consigue el primer producto lácteo de precisión, con proteínas iguales a los del animal
En Israel ya se vende comercialmente leche producida sin vacas mediante fermentación de precisión, un hito que convierte al país en el primero del mundo en ofrecer este tipo de producto lácteo cultivado, a las cafeterías y restaurantes y, a partir de enero del 2026, también en supermercados, gracias al trabajo de las empresas Remilk e Imagindairy que lograron aprobación regulatoria local e internacional para sus proteínas idénticas a las de la leche animal. Al fin las vacas descansarán de su trabajo y dejarán de ser ordeñadas.Remilk lanzó hace pocas semanas “The New Milk” en alianza con Gad Dairies, una de las mayores procesadoras del país. El producto se elabora introduciendo genes de vaca en levaduras que, al fermentar, generan caseína y suero exactamente iguales a los naturales. Se mezcla luego con agua, grasas vegetales, azúcares y vitaminas para obtener una bebida indistinguible de la leche común en sabor, capacidad de espumar y comportamiento al cocinar. Lleva el sello kosher-parve, lo que la hace apta para combinar con carne según las normas judías, y está libre de lactosa, colesterol y hormonas animales.Los primeros puntos de venta son las cadenas de cafeterías como Aroma y Landwer, hoteles de lujo en Tel Aviv y Eilat, y restaurantes que ya sirven lattes y cappuccinos con esta leche cultivada. Los consumidores pagan el mismo precio que por la leche convencional porque el costo de producción, aunque aún más alto que el tradicional, por ahora se subsidia para ganar una cuota del mercado. Gad Dairies planea escalar rápidamente la planta de Rehovot hasta alcanzar varios millones de litros anuales.
Imagindairy, por su parte, obtuvo en noviembre del 2024 la autorización del Ministerio de Salud israelí tras recibir el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos norteamericana. Concentra su producción en proteínas aisladas que vende a otras empresas lácteas para fabricar quesos, yogures y helados sin animales. Ya firmó acuerdos con Tnuva, el mayor grupo lácteo local, y exporta a fabricantes en Europa y Norteamérica.
Ambas compañías trabajan en el sector tecnológico del país, que desarrolla innovaciones para transformar todo el sistema alimentario: desde cómo se produce, procesa y distribuye la comida hasta cómo se consume y desecha. El gobierno impulsa el sector con exenciones fiscales y apoyo de la entidad encargada de diseñar y ejecutar la política de innovación de Israel porque considera estratégica la independencia alimentaria en un territorio con escasez de pasturas y agua. Los productores tradicionales de kibutzim observan el avance con cautela, aunque reconocen que la leche cultivada apunta inicialmente al segmento premium y a consumidores con intolerancia a la lactosa o restricciones religiosas y éticas.
Las plantas de producción funcionan con energía renovable y emiten hasta un 97 por ciento menos de gases de efecto invernadero que una granja lechera convencional, según cálculos de ciclo de vida presentados por Remilk. El agua requerida también cae drásticamente al eliminarse el ganado. Los ingenieros aseguran que el proceso es escalable y prevén bajar costos por debajo de la leche de vaca en menos de cinco años a medida que crezcan los tanques de fermentación.
En las cafeterías de Tel Aviv ya se ven carteles que anuncian “leche del futuro” y los mozos explican a los clientes curiosos que no hay diferencia organoléptica. Los rabinos del kosher más estrictos revisaron los laboratorios y dieron su aval al considerar que las proteínas, aunque provienen de genes animales, se generan en microorganismos y no en mamíferos. Los veganos locales celebran la novedad y las redes se llenan de fotos de vasos con la leyenda “hecha en laboratorio, con gusto a hogar”.
Ramírez de Velasco®



Ni las vacas descansarán de su trabajo, ni dejarán de ser ordeñadas. Por otra parte, las vacas no se cansan cuando las ordeñan y les hace bien que se lo hagan.
ResponderEliminarEspero que los distinguidos y respetados lectores de este blog se den cuenta de que absolutamente todo lo que se anuncia en este artículo es puro verso.
Y si tienen dudas, esperen a comprar el producto y vean si pueden entender (o tan solo deletrear), la lista de ingredientes, aditivos, químicos y saborizantes que se incluyen en el envase de esta fake leche (....se mezcla luego con agua, grasas vegetales, azúcares y vitaminas para obtener una bebida indistinguible de la leche común....), que supuestamente es igual a la verdadera leche Muuu de vaca. Ya verán que llegado el momento, ni al gato se la van a querer dar, mucho menos a los chicos antes de ir a la escuela.
Eso de que "se subsidia para ganar una cuota en el mercado" es el cuento de siempre, igual que la promesa de que en el futuro será más barato que la leche verdadera. Si fuera tan bueno y conveniente, ningún producto o servicio necesitaría ser subvencionado y sería mas barato desde el inicio.
Si Israel es un desierto y las vacas se convierten en faquires, bien por ellos que han podido fabricar fake leche para su consumo, pero por aquí bien gracias, hay que seguir con la leche Muuuu, que nos ha funcionado desde que los españoles trajeron las vacas.
Todo es un cuento por el famoso cambio climático, con reportes que nunca mencionan el insignificante impacto que la cría de vacas puede tener en el mundo las emisiones de CO2.
Todos son cuentos de hadas y cantos de sirenas. Aunque lamentablemente siempre hay desprevenidos que compran.
Ahi viene la vaca por el callejon,trayendo la leche para el niño Dios..
ResponderEliminarMuy bueno el artículo de Horacio Ibarra, felicitaciones!!!
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