Ir al contenido principal

1982 ALMANAQUE MUNDIAL Sabra y Chatila

Masacre en los campos de refugiados

El 18 de septiembre de 1982 termina la matanza de Sabra y Chatila, ocurrida durante tres días en los campos de refugiados palestinos en Beirut, Líbano

El 18 de septiembre de 1982 finalizó la matanza de Sabra y Chatila, un trágico episodio ocurrido desde el 16 de ese mes en los campos de refugiados palestinos en Beirut, Líbano. Milicias cristianas de las Fuerzas Libanesas, lideradas por Elie Hobeika, asesinaron a entre 1.300 y 3.500 civiles, principalmente palestinos y chiitas libaneses, bajo la supervisión de las Fuerzas de Defensa de Israel, que controlaban la zona tras la invasión de Líbano. Desencadenada tras el asesinato del presidente electo Bachir Gemayel, la masacre incluyó torturas, ejecuciones y violaciones. Israel proporcionó apoyo logístico, como bengalas nocturnas. La Comisión Kahan señaló la responsabilidad indirecta del ministro Ariel Sharon. La Organización de las Naciones Unidas calificó el hecho como genocidio. Sobrevivientes y organizaciones internacionales exigieron justicia, mientras la comunidad global condenó el acto.
Ocurrió en los campos de refugiados de Sabra y Chatila, al sur de Beirut, establecidos para palestinos desplazados tras 1948. En 1982, albergaban a unas 15.000 personas, muchas en condiciones precarias. La invasión israelí del Líbano en junio de ese año, durante la guerra civil libanesa, situó a las Fuerzas de Defensa de Israel en control de Beirut oeste, incluídos los campos.
El 14 de septiembre de 1982, Bachir Gemayel, líder de las Falanges Libanesas, fue asesinado en un atentado con bomba. Las milicias cristianas, aliadas de Israel, culparon a los palestinos. En represalia, las Fuerzas Libanesas planearon una operación en Sabra y Chatila, autorizada por Israel, que permitió la entrada de los milicianos a los campos el 16 de septiembre.
La matanza comenzó la tarde del 16 de septiembre. Aproximadamente 150 milicianos armados ingresaron a los campos, apoyados por bengalas israelíes que iluminaron el lugar durante la noche. Los atacantes dispararon indiscriminadamente, usaron armas blancas y cometieron violaciones. Casas, callejones y refugios fueron escenario de ejecuciones masivas.
Continuó el 17 de septiembre, con informes de cuerpos apilados y fosas comunes improvisadas. Personal médico del hospital Gaza, en Sabra, fue muerto mientras atendía heridos. Testigos relataron que los milicianos actuaron sin oposición, mientras tanques y soldados israelíes rodeaban los campos, bloqueando las salidas.
La masacre terminó el 18 de septiembre por la mañana, cuando las milicias se retiraron. Equipos de la Cruz Roja Internacional y periodistas ingresaron, documentando la devastación. Encontraron cuerpos mutilados, mujeres y niños entre las víctimas, y supervivientes en estado de shock. Las cifras oficiales variaron: El Líbano informó 1.300 muertos; estimaciones independientes elevaron la cifra a 3.500.
Israel estableció la Comisión Kahan para investigar los hechos. En febrero de 1983, concluyó que las Fuerzas de Defensa de Israel tenían responsabilidad indirecta por no prevenir la masacre. Ariel Sharon, ministro de Defensa, fue señalado por negligencia y obligado a renunciar, aunque permaneció en el gabinete.
La Organización de las Naciones Unidas, en una resolución de diciembre de 1982, calificó la matanza como un “acto de genocidio”. Países y organizaciones internacionales condenaron los hechos, exigiendo justicia. Sobrevivientes presentaron denuncias en cortes internacionales, aunque ningún responsable directo enfrentó juicio en ese momento.
Organizaciones palestinas y libanesas organizaron vigilias y actos conmemorativos. La comunidad internacional, como la Media Luna Roja, enviaron ayuda humanitaria. Los campos fueron parcialmente reconstruidos, pero la población enfrentó traumas duraderos.
Ramírez de Velasco®

 

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

1966 CALENDARIO NACIONAL Malvinas

Puerto Argentino El 28 de octubre de 1966, el submarino argentino Santiago del Estero desembarca 12 tripulantes en las Malvinas El 28 de octubre de 1966, el submarino argentino Santiago del Estero llevó adelante una misión secreta en la Isla Soledad, Malvinas, desembarcando 12 tripulantes para mapear posibles regiones de desembarco. Durante la operación, un civil kelper descubrió al grupo, y para neutralizarlo sin violencia, se le obligó a beber una botella de whisky del capitán, dejándolo inconsciente en la playa. La misión, liderada por Horacio González Llanos y Juan José Lombardo, se abortó tras el incidente, manteniéndose en secreto hasta 1996. En 1966, la Argentina, bajo el gobierno de Juan Carlos Onganía, intensificó su interés en las Islas Malvinas. La Armada Argentina, dirigida por el almirante Benigno Ignacio Varela, ordenó una misión clandestina para explorar la costa de la Isla Soledad. El objeto era identificar playas aptas para futuros desembarcos, en un contexto de tensio...

DESEO La morocha me lleva el alma

Norocha sudada De joven, muchas veces la besé en la boca con desesperación, sobre todo durante las tórridas tardes del verano santiagueño Es morocha, flaca, con un cuerpo parejo que parece tallado a mano. La observo con deseo, sobre todo durante el caliente verano santiagueño, cuando llega toda sudada, con gotitas refulgentes corriéndole por la oscura piel. Ah, en esos días me demoro acariciándola de arriba abajo y alargo el momento en que será totalmente mía. Cuando era joven me gustaba besarla en la boca con desesperación. Pero uno se va volviendo viejo y prefiere ser más pausado, lento, haciendo durar el instante en que la poseerá, de tal suerte que podrían ser una sola alma. Las rubias son hermosas, lo mismo que las coloradas, pero —qué quiere que le diga— a mí me llevan el alma las morochas. Sobre todo, porque la superficie es muy parecida a lo que tienen en el interior: un alma negra que eleva el espíritu y hace vibrar el corazón. En el invierno también tenemos nuestros días, no ...

VIDA Adónde vamos a ir a parar

La noticia en el diario Aparece en la página 32 del diario y cuenta cómo su vida termina convertida en tres párrafos de morbo y olvido Me acuerdo de que antes de acostarnos le pedí que apagara el aire acondicionado porque me daba en los pies. Mirá qué detalle de viejo pelotudo: me estaba muriendo y me preocupaba el fresco. Toda una vida vivida para terminar siendo la habitación de un motel cualquiera, entre un joven que se ahorcó en el baño usando el cable del calefón, la noticia de que me harán la autopsia en la morgue del hospital Regional y un vendedor acusado de haber quemado y muerto a su mujer. Tantos partidos ganados, tantos empates, tantos puntos perdidos, tanta cosa que uno ha hecho en la vida... y termina siendo carne de la página 32 del diario. Pasto de morbosos, jeropas mentales, pobres tipos que nunca tuvieron la oportunidad, y si la hubieran tenido, la habrían desaprovechado por cobardes. Malditos, pero la leen, calzándose bien los anteojos y comentándola con la mujer: —M...

PALABRAS Gentilicios raros o poco comunes

¿Cómo les dicen a los Hasenkamp? Las pequeñas o grandes marcas de identidad que se llevan pegadas al habla, a veces son un capricho de la lengua A Hebe Luz, obviamente Los gentilicios son pequeñas o grandes marcas y señales de identidad que llevamos pegadas al habla como una bandera en miniatura. Sirven para decir de dónde venimos sin necesidad de mapa, y se forman —casi siempre— añadiendo sufijos juguetones como -eño, -ense, -ino, -ano, -és al nombre del lugar: de Córdoba, cordobés; de Corrientes, correntino; de Gualeguay, gualeyo. Pero la lengua, más viva que reglamentaria, hace de las suyas: a veces los transforma por eufonía, pereza o picardía. Así aparecen los raros, los simpáticos, los caprichosos: pueblerinos, uruguayenses, napaleofucenses, infiernícolas. A veces cambian porque cambia la gente y su forma de nombrarse. Un vecino que quiere distinguirse inventa uno nuevo; otro, más práctico, lo acorta; un tercero lo convierte en chiste. También influyen la escuela, la prensa, la b...

AUTOPERCEPCIÓN La realidad pide disculpas

El impacto de la realidad líquida sobre la iliquidez de la realidad Las cosas pueden cambiar cuando la sociedad cree que es verdad todo lo que imagina como ideología La moda de la autopercepción comenzó quizás mucho antes de lo que se supone, con un chascarrillo. En 1993 Enrique Eslovani, al parecer un nombre ficticio, presentó un libro: “El pensamiento vivo de Carlos Menem. Pensamiento estratégico para un segundo período”. El chiste era que el libro traía todas sus páginas en blanco, en alusión a la poca cultura del Presidente de la Argentina, que llegó a decir que leía a Sócrates, un filósofo de la antigüedad griega que posiblemente fuera analfabeto. En algún punto de la modernidad líquida —quizás en la intersección de un posgrado con un espejo— surgió una doctrina según la cual la percepción individual no solo define la identidad, sino que altera la sustancia misma del mundo. Sus adeptos eran profesores universitarios, es decir, charlatanes con bibliografía. El movimiento nació con ...