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Abraham Zapruder, el día que compró la cámara, con su esposa |
El 30 de agosto de 1970 muere Abraham Zapruder, ciudadano ruso-norteamericano conocido por filmar el asesinato del presidente John Kennedy en 1963
El 30 de agosto de 1970 murió Abraham Zapruder. Fue un ciudadano ruso-norteamericano conocido por filmar el asesinato del presidente John Kennedy en 1963. Nacido en Ucrania, emigró a Estados Unidos, donde construyó una vida como empresario textil. Su película de 26 segundos, captada con una cámara Bell & Howell, se convirtió en un documento histórico crucial. La grabación, conocida como la “película de Zapruder”, registró el momento exacto del atentado en Dallas. Tras el suceso, enfrentó decisiones complejas sobre el uso del material. Vendió los derechos a la revista Life, pero mantuvo restricciones sobre su difusión. Testificó en la Comisión Warren, aportando detalles sobre la filmación. Su vida cambió tras el acontecimiento, aunque evitó la atención pública. Continuó su carrera en la industria textil hasta su muerte. El archivo original de su película permanece en los Archivos Nacionales de Estados Unidos.Nació el 15 de mayo de 1905 en Kóvel, entonces parte del Imperio Ruso, hoy Ucrania. Creció en un entorno judío y enfrentó dificultades económicas en su infancia. En 1920, a los 15 años, emigró con su familia a Estados Unidos, estableciéndose en Brooklyn, Nueva York. Aprendió inglés y trabajó en la industria textil, mostrando habilidad para los negocios. Estudió en escuelas nocturnas, aunque no completó una educación formal extensa. Su determinación le permitió ascender en el sector de la confección.En 1941, se mudó a Dallas, Texas, donde fundó su propia empresa, Jennifer Juniors, dedicada a la fabricación de ropa femenina. La compañía prosperó, proporcionándole estabilidad económica. Se casó con Lillian Futer en 1933, con quien tuvo dos hijos, Myrna y Henry. Vivió una vida discreta, centrada en su familia y su negocio. Su interés por la fotografía y el cine era un pasatiempo, no una profesión.
El 22 de noviembre de 1963, decidió llevar su cámara Bell & Howell Zoomatic al centro de Dallas. Quería filmar el desfile presidencial de John Kennedy. Se ubicó en la Plaza Dealey, sobre un pedestal de concreto en la colina de hierba. Desde allí, grabó 26 segundos que captaron el paso de la limusina presidencial y los disparos fatales. La película, de 486 fotogramas, se convirtió en evidencia clave del asesinato.
Tras el atentado, contactó a las autoridades y entregó una copia de la cinta al Servicio Secreto. Conservó el original, consciente de su valor histórico. Negoció con la revista Life, que compró los derechos por 150.000 dólares en 1963, equivalentes a más de 1.2 millones de dólares actuales. Estipuló que no se publicaran ciertos fotogramas por respeto a la familia Kennedy. La película se proyectó en privado, pero no se difundió ampliamente al público en ese momento.
Testificó en 1964 ante la Comisión Warren, encargada de investigar el asesinato. Describió cómo filmó la secuencia y las condiciones del día. Su testimonio, tranquilo y preciso, ayudó a establecer la cronología de los eventos. La comisión analizó la película cuadro por cuadro para determinar la secuencia de los disparos. El material se convirtió en una herramienta esencial para los investigadores.
La película de Zapruder generó controversia sobre su acceso público. En 1966, Life devolvió los derechos del filme a Zapruder por un dólar simbólico. En 1975, la familia Zapruder donó una copia a los Archivos Nacionales. La cinta original permaneció bajo su custodia hasta 1978, cuando fue transferida al gobierno norteamericano. Se estableció un pago de 1 dólar anual por su almacenamiento.
A pesar de la notoriedad del filme, evitó el foco mediático. Continuó dirigiendo Jennifer Juniors en Dallas, manteniendo un perfil bajo. Su salud comenzó a deteriorarse en la década de 1960. Fue diagnosticado con cáncer de estómago, lo que lo debilitó progresivamente. Pasó sus últimos años entre su hogar y tratamientos médicos.
Murió a los 65 años, en un hospital de Dallas. Su muerte ocurrió en relativa privacidad, lejos de la atención pública. La película que grabó siguió siendo objeto de estudio y debate durante décadas. Se conserva como un registro histórico en los Archivos Nacionales.
El material fílmico, de 8 milímetros y en color, mide 26 segundos y 18 metros de longitud. Ha sido analizado por investigadores, historiadores y cineastas. Su claridad y perspectiva única lo convirtieron en un documento sin igual. Permanece como una de las grabaciones más estudiadas de la historia moderna.
Ramírez de Velasco®
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