Ir al contenido principal

1564 ALMANAQUE MUNDIAL Index Librorum Prohibitorum

El Index

El 24 de marzo de 1564 la Iglesia publicó el índice de libros que los católicos tenían prohibido leer y diez reglas de guía para catalogar obras que no estuvieran incluidas

El 24 de marzo de 1564, el Papa Pío IV publicó el "Index Librorum Prohibitorum", catálogo de libros malditos, prohibidos a los fieles católicos. Además, publicó diez reglas que servirían de guía para catalogar las obras que no estaban incluidas en ese índice de censura.
El “Índice de libros prohibidos” es una lista de libros que alguna vez fueron prohibidos por la autoridad de la Iglesia Católica Romana como peligrosos para la fe o la moral de los católicos romanos. La publicación de la lista cesó en 1966 y fue relegada al estatus de documento histórico.
Compilado por censores oficiales, el Índice era una parte de la función docente de la Iglesia Católica Romana: prevenir la contaminación de la fe o la corrupción de la moral a través de la lectura de libros teológicamente erróneos o inmorales. No fue equivalente a la legislación total de la iglesia que regula la lectura de los católicos, ni fue nunca un catálogo completo de lecturas prohibidas.
Hasta 1966, el derecho canónico prescribía dos formas principales de control sobre la literatura: la censura de los libros de los católicos antes de su publicación, en lo que respecta a cuestiones de fe y moral (práctica que aún se sigue), y la condenación de los libros publicados que fueron juzgados ser dañino Las obras que aparecen en el Índice son solo aquellas sobre las que se pidió a la autoridad eclesiástica que actuara.
Los libros fueron una fuente de preocupación desde el relato bíblico de la quema de libros supersticiosos en Éfeso por los nuevos conversos de San Pablo (Hechos 19:19). El decreto del Papa Gelasio I alrededor de 496, con listas de libros recomendados y prohibidos, ha sido descrito como el primer índice católico.
El primer Index Librorum Prohibitorum fue publicado en 1559 por la Sagrada Congregación de la Inquisición Romana, en un intento de combatir la difusión de algunos de los escritos de la Reforma protestante. El primer Índice impreso incluía una prohibición de la “Biblia en romance castellano o en cualquier otra lengua vulgar”, que estuvo vigente hasta el siglo XVIII. Muchos libros considerados heréticos o amenazantes para la fe fueron destruidos u ocultados como resultado del Índice y las inquisiciones que lo acompañaban, y cientos de impresores huyeron a Suiza y Alemania.
En 1564, la iglesia publicó las 10 “Reglas Tridentinas” para aclarar sus prohibiciones sobre libros no necesariamente enumerados en el Índice, incluso contra todos los escritos heréticos y supersticiosos, y para establecer el castigo de excomunión para aquellos en posesión de tales obras.
Las Reglas Tridentinas fueron derogadas por el Papa León XIII en 1897 y reemplazadas por nuevos decretos. El índice en sí siguió teniendo sanción oficial hasta bien entrado el siglo XX. La última y vigésima edición del Índice apareció en 1948. La lista fue suprimida en junio de 1966, cuando se convirtió en una guía moral en lugar de una ley obligatoria.
El Índice no se limitaba a la teología: prohibía obras que iban desde historias de amor hasta tratados filosóficos y teoría política. Se prohibieron los escritos de ciertos autores como David Hume, Thomas Hobbes, Émile Zola y Jean-Paul Sartre, mientras solo se proscribieron libros específicos de otros autores, como Paradise Lost de John Milton y Pensées de Blas Pascal.
Una o más obras de casi todos los filósofos occidentales modernos fueron censuradas en el Índice, incluso aquellos que profesaban creer en Dios, como Erasmo, René Descartes,Manuel Kant, George Berkeley y Nicolás Malebranche.
Otros escritores famosos con libros prohibidos incluyen a Voltaire, Edward Gibbon, Montesquieu, Giordano Bruno, Francis Bacon, Laurence Sterne, Daniel Defoe, Nicolás Copérnico y Níkos Kazantzákis. El hecho de que las obras de algunos pensadores ateos, en particular Friedrich Nietzsche y Arthur Schopenhauer, no se incluyeran en la lista se debió a la prohibición tridentina suplementaria de las obras heréticas.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

CUENTO Los negros de abajo

Imagen de ilustración nomás Que narra lo que sucedió el día que en la oficina decidieron instalar cámaras de vídeo para ver qué hacían los empleados Un buen día pusieron cámaras en el trabajo. Las ubicaron estratégicamente, una en cada oficina y dos en la que le decíamos “La Perrera”. Roberto, que siempre amagaba con levantarle la pollera a la Patri, sólo para ver qué color de bombacha llevaba, dejó de hacerlo; Sonia no lo imitó más a Fallon cuando salía del baño secándose las manos con el pañuelo y Mariano, que siempre se levantaba de la silla para hacer ejercicios físicos y desentumecerse, se abstuvo de sus sesiones de gimnasia. Decían que el dueño tenía el televisor en su despacho y se divertía mirándonos. Alguno comentó, medio en serio, medio en broma, que había dicho: “Los esclavos de abajo trabajan bien, pero si se lo controla son inmejorables”. Aunque eso de los esclavos o los negros de abajo era cierto, siempre lo decía casi con satisfacción. Su oficina quedaba arriba, obviamen...

1988 AGENDA PROVINCIAL Ávila

Eduardo Ávila, el hijo más conocido de Orlando El 12 de julio de 1988 muere Orlando Ávila, folklorista y director del conjunto “Los Ávila”, que deja una huella imborrable en la música tradicional El 12 de julio de 1988 murió Orlando Ávila, destacado folklorista santiagueño y director del conjunto “Los Ávila”, que dejó una huella imborrable en la música tradicional de la provincia. Nacido en Santiago del Estero, dedicó su vida a la difusión de las tradiciones musicales de la provincia, particularmente la chacarera, género que llevó a diversos escenarios del país. Su liderazgo al frente del conjunto familiar consolidó un estilo auténtico, profundamente arraigado en la cultura santiagueña. “Los Ávila” se formaron en el seno de una familia apasionada por el folklore. Orlando, como cabeza del grupo, guio a sus integrantes, entre ellos su hijo Eduardo Ávila, conocido como “El Santiagueño”. El conjunto se destacó por interpretar chacareras, zambas y vidalas, géneros que reflejaban la esencia ...

QUIMERAS El sabor del vacío

Pobre náufrago Una reflexión sobre cómo la búsqueda de gozo lleva a consumir la vida, pero nos deja a la deriva en un océano sin faro La felicidad, ese anhelo antiguo que prometía plenitud, ha sido el motor de innumerables gestas y tragedias. En su nombre se alzaron banderas, se trazaron fronteras y, no pocas veces, se derramó sangre. Porque la felicidad de unos, en su voracidad, a menudo se nutre de la desdicha de otros. Alguien, en algún rincón del mundo, mueve los engranajes del contento ajeno, y en ese girar frenético no hay sosiego, sino un eco de dolor. Con el tiempo, los herederos de esa quimera abandonaron la felicidad como meta inalcanzable. En su lugar, abrazaron la diversión, un refugio más ligero, más inmediato. Llegaron los años 80 y 90, cuando la vida se midió en una dicotomía simple: divertida o aburrida. Nadie, por supuesto, quiso quedarse en el tedio. El jolgorio, las risas, la música atronadora y las luces titilantes se coronaron como el nuevo fin del hombre. Ya no se...

1586 CALENDARIO NACIONAL Rojas

Español en América (idea aproximada) El 15 de julio de 1586 llegó a Santiago Mateo Rojas de Oquendo, conquistador que escribió los primeros versos de estas tierras, considerado el primer poeta santiagueño y riojano El 15 de julio de 1586 llegó a Santiago del Estero, Mateo Rojas de Oquendo. Fue el conquistador español que escribió los primeros versos de estas tierras, considerado el primer poeta santiagueño y riojano. Se supone que nació en 1559, probablemente en Sevilla, según surge de sus propios poemas y se pierde noticia de su vida en 1612, en tiempos en que no todo se registraba en papel y la vida tenía mucho menos valor que en los tiempos presentes. El interés literario por su obra radica en el misterio en torno a su poema “Famatina”, que se ha perdido. El nombre completo de este poema, de veintidós cantos y de trecientas hojas, es “Famatina y conquista y allanamiento de la provincia de Tucumán desde la entrada de Diego de Rojas hasta el gobierno de Juan Ramírez de Velasco”. Es ca...

1938 AGENDA PROVINCIAL Olaechea

Olaechea (gentileza de Antonio Castiglione) El 16 de julio de 1938 muere Pedro Pablo Olaechea y Alcorta, destacado abogado, juez federal, senador y académico El 16 de julio de 1938 murió Pedro Pablo Olaechea y Alcorta, en Buenos Aires. Fue un destacado abogado, juez federal, senador y académico. Nacido en Santiago del Estero el 20 de marzo de 1855, era hijo de Pedro Pablo Olaechea y Carmen Alcorta. Su familia, de profunda raigambre santiagueña, enfrentó persecuciones durante el régimen de Juan Felipe Ibarra, lo que marcó su infancia. Estudió en el Colegio Nacional de Santiago del Estero, destacándose por su dedicación, y luego cursó Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó en 1879. Inició su carrera como abogado en Santiago, especializándose en casos civiles y comerciales. En 1883 fue designado juez de primera instancia en su provincia natal, cargo que desempeñó con notable rigor. En 1890 ascendió a juez federal, resolviendo casos de relevancia nacional con un enfoque...