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Pacho Maglio |
El 14 de julio de 1934 muere “Pacho” Maglio, destacado compositor, bandoneonista y director de orquesta de tango, relevante en la Guardia Vieja del tango
El 14 de julio de 1934 murió Juan Félix Maglio, “Pacho”, en Buenos Aires. Fue un destacado compositor, bandoneonista y director de orquesta de tango. Había nacido en Buenos Aires el 18 de noviembre de 1880. Es indiscutible su importancia en la Guardia Vieja del tango, como que fue el primer bandoneonista en grabar solos con el tango "La sonámbula" de Pascual Cardarópoli y la mazurca "La morocha" de Gerardo Metallo. Entre sus composiciones más célebres se encuentran "Armenonville" y "Sábado inglés", y a lo largo de su carrera grabó cerca de 900 obras.
Hijo de Pantaleón Maglio, un italiano, y Carmen Dodero, una argentina con conexiones con los armadores del mismo apellido, creció en un entorno musical junto a sus hermanos Tino, María Juana, Roque, Justina, Carmen y Carlos, conocido como "Pucho", que también tocaba el bandoneón y compuso tangos como "Quilmes" y "La Paternal".
Desde pequeño se familiarizó con el bandoneón que tocaba su padre y luego estudió música, comenzando con un pequeño instrumento de 13 voces y progresando a bandoneones más complejos. Recibió instrucción de Luis Almeida, apodado "El Negro Cototo", y en 1898, de Domingo Santa Cruz, autor del tango "Unión Cívica". Su padre lo apodaba "pazzo" ("loco" en italiano), apodo que sus amigos transformaron en "pacho".
Armenonville, de Maglio
Debutó públicamente en 1899 en un trío con Julián Urdapilleta en violín y Luciano Ríos en guitarra, actuando en el café El Vasco de Barracas. Alrededor de 1903 formó un cuarteto con Ríos, Carlos Guerriero en violín y José Guerriero en flauta. En 1910, actuó por primera vez en el café La Paloma, ubicado en la avenida Santa Fe en su intersección con el arroyo Maldonado, lugar donde, según Cadícamo, se paseaban las sombras de Tito, Arolas y Bardi. Posteriormente, actuó en varios cafés de Buenos Aires, consolidándose como un músico popular.
En 1912, con un éxito rotundo, regresó a La Paloma. Durante esta época, grabó para el sello Columbia y formó la "Orquesta Típica Criolla Juan Maglio Pacho", que incluía a José Bonano ("Pepino") con violín corneta y Carlos Macchi ("Hernani") con flauta. Sus discos alcanzaron grandes ventas.
Adquirió el bar Ambos Mundos, pero esta incursión empresarial fracasó y en 1914 quedó en una situación económica precaria. Viajó a Montevideo, debutando en diciembre de 1915 en el café Au Bon Marché con tanto éxito que el tránsito se detenía por la aglomeración del público. Tras varios meses, regresó a Buenos Aires, actuando en el teatro Politeama y en reuniones de familias distinguidas, además de llevar su música a salones durante el Carnaval.
En 1920, formó una nueva orquesta con Rafael Rossi, Nicolás Primiani y él mismo en bandoneón, Juan Carlos Ghio en piano, Benito Juliá, Salvador Viola y "El Pibe" Rossi en violín, y José Galarza en flauta y batería. Entre los músicos que pasaron por sus conjuntos se encuentran Elvino Vardaro, Rodolfo Biagi, Federico Scorticati, Juan Polito y, en 1932, un joven Aníbal Troilo de 15 años. Antonio Maida fue uno de sus cantores destacados.
A partir de 1930, formó un conjunto de música paraguaya, interpretando polcas, la mayoría con títulos en guaraní, firmadas como Maglio o bajo el seudónimo Oglima (Maglio en vesre). A lo largo de su carrera, grabó casi 900 piezas, mayoritariamente instrumentales. Entre los cantores, solo Carlos Viván alcanzó notable relevancia, aunque también se menciona a Luis Scalon, quien tuvo una carrera destacada en Europa. Entre los músicos se destacaron el bandoneonista Ángel Ramos y el baterista y flautista José Galarza. Su último disco, grabado para Odeón el 17 de abril de 1934, incluyó la ranchera "Qué esperanza" y el vals "Recordándote".
Fumador empedernido de cinco a seis atados de cigarrillos negros diarios, actuó en Radio Belgrano hasta poco antes de ser internado en el Hospital Ramos Mejía por una afección pulmonar. Regresó a su casa en Bulnes 948 solo para morir el 14 de julio de 1934.
Entre sus tangos figuran "Violetas", "María Esther", "Orillas del Plata", "Horas de hastío" y "Copo de nieve", entre otros. Dejó una huella imborrable en la historia del tango, no solo por la cantidad y calidad de sus composiciones, sino también por su capacidad para innovar y popularizar este género musical.
Su influencia fue tal que se dice que, en las tiendas de discos, la gente pedía "un pacho" cuando quería comprar un disco, lo que refleja su enorme popularidad. Aunque la veracidad de esta anécdota es cuestionable, no cabe duda de que fue una figura central en la música de su época.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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