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1949 ALMANAQUE MUNDIAL Ponzi

Carlo Ponzi

El 18 de enero de 1949 muere Carlo Ponzi, famoso delincuente italiano especializado en estafas


El 18 de enero de 1949 murió Carlo Ponzi. Fue un famoso delincuente de origen italiano especializado en estafas. Tuvo alias como Charles Ponei, Charles P. Bianchi, Carl y Carlo. El término esquema Ponzi fue acuñado por una estafa que hizo y se convirtió en sinónimo de cualquier estafa que paga a los primeros inversores con ganancias de los inversores posteriores. Había nacido en Lugo, Italia, el 3 de marzo de 1882.
Emigró a los Estados Unidos en 1903 en busca de fortuna, pero su vida estuvo plagada de actividades ilícitas. Según algunos de sus biógrafos, llegó a América como un joven ambicioso con deseos de éxito, mientras otros lo describen como un ladrón de poca monta, enviado por su familia para deshacerse de él. A su llegada, trabajó en diversos empleos temporales y aprendió inglés rápidamente.
Sus primeros grandes tropiezos legales llegaron con dos condenas a prisión. La primera fue en Canadá, cuando trabajaba en un banco y fue sorprendido falsificando el nombre de una anciana cliente. La segunda ocurrió en Boston: fue encarcelado en 1911 por su participación en un negocio de control.
Su esquema más famoso se inició en 1919. Durante ese tiempo, los inmigrantes italianos enviaban cupones de respuesta postal a sus familiares en Europa, que podían canjearlos por sellos para responder sus cartas. Ponzi advirtió que, debido a la inflación tras la Primera Guerra Mundial, los cupones postales podían comprarse a precios muy bajos en Italia y luego ser canjeados por sellos de mayor valor en los Estados Unidos. Al percibir esta oportunidad de arbitraje, creó la empresa Securities Exchange Company, prometiendo a sus inversores ganancias extraordinarias: un 50 por ciento en 45 días o un 100 por ciento en 90 días.
La realidad era que Ponzi no obtenía esas ganancias mediante el canje de cupones postales, sino que utilizaba el dinero de los nuevos inversores para pagar a los anteriores, creando la ilusión de que su negocio era altamente rentable.
Durante los primeros meses, su esquema funcionó bien, y él se convirtió en una figura acaudalada y respetada. Fue alabado por políticos y la prensa como un empresario brillante y filántropo. Personas de todos los niveles económicos, como viudas que hipotecaron sus casas, depositaron sus ahorros en su empresa esperando los rendimientos prometidos. A pesar de algunos problemas legales menores que pudo resolver pagando sobornos, la confianza pública en su esquema comenzó a derrumbarse cuando Clarence Barron, analista financiero que trabajaba para el Boston Post, publicó un informe en el que revelaba que Ponzi no estaba reinvirtiendo ningún dinero en su empresa.
El análisis de Barron mostró que para cubrir los pagos prometidos, Ponzi necesitaba que hubiera en circulación 160 millones de cupones de respuesta postal, pero en realidad solo existían 27,000 en circulación en el mundo. Este descubrimiento desató el pánico entre los inversores, quienes acudieron en masa a retirar sus fondos. Incapaz de sostener la estafa, fue arrestado y, el 1 de noviembre de 1920, declarado culpable de fraude. Fue condenado a cinco años de prisión, pero salió tres años después. Sin embargo, fue condenado nuevamente a nueve años más.
Durante su libertad provisional en 1924, Ponzi huyó al estado de Florida, donde montó un nuevo esquema fraudulento relacionado con la venta de tierras. No obstante, su reputación ya estaba tan manchada que rápidamente fue descubierta y denunciada. Intentó escapar al estado de Texas, donde se afeitó el bigote y la cabeza en un intento de disfrazarse, pero fue identificado y arrestado nuevamente. Al haber violado los términos de su libertad condicional, fue encarcelado en Massachusetts hasta 1934.
Al salir de prisión fue deportado a Italia, ya que nunca había obtenido la ciudadanía norteamericana. De vuelta en su país, trató de reconstruir su vida trabajando como traductor de inglés, pero sin éxito. También intentó poner en marcha otros esquemas fraudulentos, pero ya no contaba con el crédito que alguna vez tuvo. En 1939, su primo Attilio Biseo, un piloto influyente dentro del régimen fascista italiano, lo ayudó a conseguir un empleo en la aerolínea estatal Ala Littoria. Gracias a este puesto se trasladó a Brasil como director comercial de la compañía. Sin embargo, su carrera terminó abruptamente en 1941 cuando el gobierno brasileño canceló las operaciones de la aerolínea, dejándolo nuevamente sin empleo.
Pasó sus últimos años en la pobreza en Brasil, sobreviviendo con trabajos temporales. En 1948, sufrió un accidente cerebrovascular que lo dejó parcialmente paralizado y con la vista dañada. Finalmente, falleció el 18 de enero de 1949 en un hospital caritativo de Río de Janeiro.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®


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