El culto sigue hasta estos días |
El 31 de agosto de 1250 muere Dominguito del Val, niño de siete años de Zaragoza que fue asesinado en un ritual anticristiano
El 31 de agosto de 1250 murió Dominguito del Val. Era un niño de siete años de Zaragoza, según la tradición, que fue asesinado en un supuesto ritual anticristiano. Nacido en 1243, fue monaguillo y cantor en la catedral de La Seo. Desapareció mientras regresaba a casa, y su cuerpo mutilado fue hallado meses después a orillas del río Ebro. La historia, documentada siglos después, se vincula a libelos de sangre medievales. Se le atribuyó martirio, y sus restos fueron venerados como reliquias. Una cofradía se formó para conmemorar su muerte. Su culto, aprobado por el Papa Pío VII en 1805, se mantuvo hasta 1969, cuando fue descanonizado en el Concilio Vaticano II. Su capilla permanece en la catedral de Zaragoza. La narrativa, sin pruebas históricas contemporáneas, se relaciona con acusaciones antisemitas de la época. Se conserva un altar en su honor en Sevilla.Nació en 1243 en Zaragoza, hijo de Sancho de Val, notario, e Isabel Sancho, infanzones. Desde temprana edad, destacó por su piedad y su voz, lo que le permitió ingresar como infante del coro y monaguillo en La Seo. Cada día, recorría el trayecto entre su hogar y la catedral. Participaba en la liturgia, aprendía cantos y asistía a la escuela parroquial. Su devoción le ganó reconocimiento entre sus compañeros. La ciudad, bajo el reinado de Jaime I, era un crisol de culturas, con comunidades cristianas, judías y musulmanas.El 31 de agosto de 1250, a los siete años, desapareció tras salir de la catedral. Según la tradición, fue engañado por un hombre llamado Albayuceto, que lo llevó a una casa en el barrio judío. Allí, fue torturado y crucificado, en un supuesto ritual que imitaba la Pasión de Cristo. La narrativa indica que el crimen ocurrió el Viernes Santo, aunque la fecha de su desaparición es el 31 de agosto. No existen registros medievales que confirmen el suceso. La primera mención conocida data de 1583, 333 años después.
Meses después, unos barqueros avistaron un fuego fatuo en la orilla del río Ebro. Alertaron a las autoridades, que hallaron un cadáver mutilado y descompuesto. El obispo de la catedral afirmó que se trataba de Dominguito. Los restos fueron trasladados a la iglesia de San Gil. Más tarde, se llevaron a la catedral de La Seo. Se consideraron reliquias santas y fueron objeto de veneración. La historia se asemeja a la de otros niños mártires, como Hugo de Lincoln.
En 1496, se fundó una cofradía de labradores para conmemorar su muerte. Ese año, los restos fueron trasladados de la capilla de San Vicente a la sacristía de la catedral. Posteriormente, se colocaron en la capilla del Espíritu Santo. En 1671, se construyó una capilla dedicada exclusivamente a Dominguito en La Seo. Esta capilla aún existe. La cofradía renovó su compromiso de mantener viva la memoria del niño.
La narrativa del martirio se atribuyó a judíos, según textos de Alfonso X el Sabio. En sus “Siete Partidas”, escribió que algunos judíos, en Viernes Santo, robaban niños cristianos para crucificarlos. La historia de Dominguito se vincula a esta tradición antisemita. Fray Alonso de Espina recopiló relatos similares, como el de Hugo de Lincoln. Estos libelos de sangre fomentaron incidentes antisemitas en la Europa medieval.
En 1805, el Papa Pío VII aprobó el culto a Dominguito. Se estableció el 31 de agosto como su fiesta en Aragón. En Sevilla, se construyó un altar en la iglesia de San Nicolás de Bari. Una inscripción detalla su martirio a los siete años y la veneración de sus reliquias. El altar, erigido en 1815, fue trasladado en 1863. Pertenece a un descendiente de la familia, Rafael Merry y del Val.
El culto a Dominguito continuó durante siglos. En la diócesis de Zaragoza, la misa del 31 de agosto era obligatoria. Sin embargo, en 1969, durante el Concilio Vaticano II, fue descanonizado. Fue uno de los 33 santos legendarios retirados del calendario litúrgico romano. La falta de evidencia histórica motivó esta decisión. Las actas de la catedral solo confirman el hallazgo de un cadáver mutilado.
La capilla de Santo Dominguito en La Seo sigue abierta. Sus reliquias se conservan allí. En Zaragoza, algunos católicos tradicionalistas mantienen su devoción. La fiesta del 31 de agosto permanece como memoria obligatoria en la diócesis. La historia, aunque sin base documental contemporánea, se asocia con el antijudaismo medieval.
Un grabado de 1793, realizado por Mateo González, retrata a Dominguito. La imagen muestra al niño con atuendos de monaguillo. Su historia, aunque legendaria, persiste en la memoria local. La capilla y las reliquias son testimonio de su culto. En Sevilla, el altar continúa como un recordatorio de su historia.
Ramírez de Velasco®
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