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Batalla de las Termópilas |
El 7 de agosto del 480 a. C., los ejércitos persas derrotan a las fuerzas griegas en la batalla de las Termópilas
El 7 de agosto del 480 a. C., los ejércitos persas, liderados por el rey Jerjes I, derrotaron a las fuerzas griegas, comandadas por el espartano Leónidas I, en la batalla de las Termópilas, estrecho paso montañoso en Grecia central. Este enfrentamiento, parte de la Segunda Guerra Médica, enfrentó a una alianza de ciudades-estado griegas contra el vasto ejército persa, que buscaba expandir su dominio sobre Grecia. Pese a la derrota griega, la resistencia heroica de Leónidas y sus 300 espartanos, junto a otros aliados, retrasó el avance persa y se convirtió en un símbolo de valentía.La Segunda Guerra Médica comenzó tras el fracaso de la primera invasión persa en 490 a. C., cuando los griegos derrotaron a Darío I en Maratón. Jerjes, hijo de Darío, organizó una expedición masiva para vengar esa derrota y someter Grecia. Su ejército, estimado en cientos de miles por fuentes antiguas como Heródoto, llevaba tropas de diversas regiones del Imperio Persa, desde Media hasta Egipto, acompañadas por una poderosa flota.Las Termópilas, un paso estrecho entre montañas y el mar, fue elegido por los griegos como punto defensivo clave. La alianza griega, liderada por Esparta y Atenas, reunió un contingente de unos 7.000 hombres, entre ellos 300 espartanos de élite, 700 tespios, 400 tebanos y otros aliados. Leónidas, rey de Esparta, asumió el mando, consciente de que la superioridad numérica persa era abrumadora.
La batalla comenzó cuando los persas intentaron forzar el paso. Durante dos días, los griegos aprovecharon el terreno angosto para neutralizar la ventaja numérica enemiga. Los espartanos, entrenados desde la infancia para el combate, formaban una falange impenetrable, repeliendo oleadas de infantería persa, como los temidos Inmortales, la guardia de élite de Jerjes.
El punto de inflexión llegó cuando Efialtes, un traidor griego, reveló a los persas un sendero montañoso que rodeaba el paso. Este camino permitió a los persas flanquear a los defensores. Al enterarse, Leónidas decidió mantener su posición con un pequeño contingente para cubrir la retirada del resto de las fuerzas griegas.
Leónidas seleccionó a sus 300 espartanos, 700 tespios y 400 tebanos para quedarse y luchar hasta la muerte. Su sacrificio permitió que el grueso del ejército griego se retirara para reorganizarse. Los defensores resistieron ferozmente, infligiendo numerosas bajas a los persas antes de ser abrumados.
La batalla duró tres días, con los persas finalmente superando a los griegos el 7 de agosto. Aunque Jerjes avanzó hacia el sur, saqueando ciudades como Atenas, la resistencia en las Termópilas dio tiempo a los griegos para preparar su próxima defensa. La flota griega, liderada por Temístocles, se preparó para enfrentarse a los persas en Salamina.
El ejército persa, aunque victorioso, sufrió pérdidas significativas. Heródoto menciona decenas de miles de bajas persas, aunque las cifras probablemente están exageradas. Los griegos perdieron a casi todos los defensores del paso, pero su sacrificio inspiró a las generaciones futuras.
Tras las Termópilas, los persas ocuparon gran parte de Grecia central, pero su avance fue detenido en la batalla naval de Salamina y, posteriormente, en Platea en 479 a. C. Estas victorias griegas marcaron un punto de inflexión en la guerra.
El legado de las Termópilas perdura en la historia. La resistencia de Leónidas y sus hombres, inmortalizada por poetas e historiadores, simboliza el valor frente a la adversidad. Una inscripción en el lugar conmemora su sacrificio: “Caminante, anuncia a Esparta que aquí yacemos por obedecer sus leyes”.
Ramírez de Velasco®
!!!! OOOOHHHH ¡¡¡ OCCIDENTE ¡¡¡
ResponderEliminar!!! GRACIAS TEMISTOCLES ¡¡¡
"Las pretensiones del imperio Persa (hoy Irán), con Darío I a su frente, fueron destruir a los griegos y a toda la cultura helénica. Cinco siglos antes de Cristo, sus avances sobre Atenas dieron lugar a las guerras médicas que por medio siglo mantuvieron medos y helenos. Darío, Jerjes y Artajerjes de un lado, Temístocles, Milcíades y Calímaco por el otro.
Así pasaron Maratón, Platea, Las Termópilas, Salamina.
Así fue reforzado el puerto del Pireo a instancias de Temístocles quien decidió la suerte de occidente con una decisiva victoria naval contra las tropas invasoras.
Y la cultura occidental no sólo sobrevivió sino que fue un faro que iluminó al mundo