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ARGENTINA Un termómetro en la noche del mundo

Un hombre frente a su heladera

De los registros del Servicio Meteorológico a la memoria de la zafra tucumana, todo se une en una vigilia sin consuelo

Se levanta en la noche por culpa de una pesadilla, soñaba con la noticia de la televisión, de que los norteamericanos buscan otros mundos por si un asteroide llegara a chocar contra la Tierra. En sus sueños, provocaron una nube inmensa que hizo imposible la vida. Deben buscar algo distinto, supone. Y se afirma en su creencia de la condena de este planeta.
El "Informe sobre el Estado del Clima en Argentina", del Servicio Meteorológico Nacional dice que se observa un aumento sostenido de las temperaturas medias anuales en las últimas décadas. Atribuye estos cambios a las actividades humanas, como la emisión de gases de efecto invernadero, y advierte sobre sus impactos en ecosistemas, economía y sociedad.
Si enciende la televisión, le dicen que en diversas regiones del mundo la gente se mata por una cuestión fundamental, la religión. Son peleas pendientes, que vienen del tiempo de Lepanto, de los Reyes Católicos o antes quizás. No le gusta lo que muestra la prensa. Piensa que algo se debería hacer, pero supone que es tarde para comenzar.
Desde 1960, la temperatura media en Argentina ha aumentado aproximadamente 1 grado centígrado, con variaciones regionales: en la Patagonia, el aumento es más pronunciado (hasta 1 grado y medio), mientras que en el norte subtropical es menor pero significativo. Estos datos provienen de una red de estaciones meteorológicas que monitorean diariamente variables como temperatura máxima y mínima. El 2023 fue uno de los años más cálidos registrados, con olas de calor prolongadas que superaron récords históricos en ciudades como Buenos Aires y Córdoba.
Se rasca la cabeza, el dato de que una nueva Edad de Hielo quizás haga retrasar el aumento de las temperaturas en el planeta no deja de espantarlo. Las potencias mostraron esta desaceleración como la prueba de que no pasa nada, de que se podría volver a la primera página, al “Fiat lux” primordial. Como si no fuera verdad que la temperatura sigue aumentando, no por una sensación suya.
El Servicio Meteorológico Nacional también sostiene otro aspecto clave para analizar el clima es el derretimiento de glaciares y el aumento del nivel del mar, temas abordados en colaboraciones con el Instituto Antártico Argentino. Los datos satelitales y de campo indican que los glaciares patagónicos han perdido más del 30 por ciento de su masa desde 1980, contribuyendo al alza del nivel del mar en el Atlántico Sur, con impactos en costas como las de Buenos Aires y Mar del Plata.
Está en calzoncillos, mirando un guiso de ayer y las cebollas, abajo a la derecha. Sabe que este verano extrañará el canto de los coyuyos en Santiago. Ahora, en la ciudad al menos, la algarroba no madura con el chicharreo sino por algún artilugio moderno. Ese silencio no lo dejará descansar tranquilo. Piensa en los venenos que debe inventar el hombre en su corazón para suprimir una música que le viene rodando en la sangre desde antes de que llegaran los españoles y se admira de su cobardía, porque tampoco este año protestará ni pedirá por la vuelta del coyuyal.
En el ámbito de la salud pública, el Servicio Meteorológico relaciona el cambio del clima con un aumento en enfermedades como el dengue, debido a la expansión de hábitats para mosquitos en regiones más cálidas. El calentamiento prolonga las temporadas de transmisión en el norte del país. Además, el estrés térmico por olas de calor aumentó las internaciones por golpes de calor.
Piensa en los antiguos tucumanos, que llamaban a los obreros en invierno a levantar la cosecha de caña. Y en lo que decían los interesados de siempre, que los explotaban, les pagaban mal, los querían pobres para pisarlos. Hasta que un día se acabó lo que se daba, la cosecha se hizo con máquinas y sus amigos se quedaron sin trabajo. ¿Eran más felices antes cuando les tiraban un mendrugo o ahora que no les dan nada? No lo sabe. Hay un silencio en su casa, como todas las noches. Su mujer y sus hijos duermen, quizás no sepan nunca que cuando se levanta a revisar la heladera, en realidad está hurgando en sus ideas más profundas.
En cuanto a la biodiversidad, el Servicio Meteorológico informa que el cambio climático amenaza ecosistemas únicos como la selva paranaense y la estepa patagónica, con desplazamientos de especies y desertificación acelerada. Sus estudios muestran un aumento en la frecuencia de incendios forestales, vinculados a sequías más severas, como los megaincendios del 2020 en Córdoba.
Pero en sus cavilaciones de hombre mediocre no cabe la chirinada del grito.
Después de cerrar la heladera se rasca un compañón.
Luego vuelve a su cama.
Juan Manuel Aragón
A 26 de agosto del 2025, en Sossegos. Dándole a un lomito.
Ramírez de Velasco®

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