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| James Vance llegando al Vaticano, con la señora y los hijos |
El vicepresidente de Estados Unidos propone revertir la mentalidad abortista del país con una reconstrucción moral basada en la fe
El vicepresidente de los Estados Unidos James David Vance ha encendido un debate profundo en la política norteamericana al denunciar la “cultura de la muerte” que domina a su país. En su más reciente discurso, el dirigente republicano y converso al catolicismo sostuvo que el aborto no es solo una práctica médica, sino el síntoma de una sociedad enferma que ha perdido la noción del deber y del valor de la vida.Afirmó que Estados Unidos se ha vuelto un país “estructuralmente abortista”, donde la ley, los medios y parte de la cultura celebran la supresión del no nacido como un triunfo del progreso. “No hay justicia social posible —dijo— si la justicia no empieza en el vientre materno”. Con esa frase, marcó una línea de combate político y moral que busca devolver a la vida su carácter sagrado.En su exposición, advirtió que el rechazo a la vida desde la concepción ha transformado a la nación en un espacio guiado por el consumo y el placer, más atento a la comodidad que a la responsabilidad. Para Vance, esa tendencia no es casual, sino el resultado de una larga decadencia cultural que convirtió el individualismo hedonista en dogma nacional.
La respuesta no debe limitarse a la ley, sino a la conciencia. “Proteger al no nacido —dijo— es el primer acto de justicia, la prueba moral de una sociedad que aún cree en el bien”. La defensa de la vida, planteó, no es una causa partidista, sino un deber ético que atraviesa las fronteras políticas.
Vance ha hecho de su fe católica un marco de acción pública. Sostiene que la doctrina provida no es una consigna religiosa, sino una hoja de ruta para reconstruir la virtud cívica. En su discurso citó a San Agustín, recordando que las civilizaciones mueren cuando dejan de amar lo que deberían amar. “Hemos aprendido a justificar la muerte —señaló— y esa es la raíz de nuestro extravío”.
El vicepresidente vinculó la lucha provida con la estabilidad familiar, al considerar que la destrucción del vínculo entre padres e hijos comienza cuando se relativiza el derecho a nacer. Su defensa de la familia como núcleo social busca contrarrestar una política que, según él, ha erosionado la noción misma de responsabilidad.
En su crítica, apuntó también a las élites políticas y culturales que promueven el aborto como un símbolo de libertad. Vance considera que esa narrativa, al despojar al ser humano de su dignidad antes de nacer, debilita el tejido moral del país. “No se puede hablar de derechos humanos cuando se niega el más básico de todos: el derecho a vivir”, insistió.
El discurso tuvo amplia repercusión en los sectores conservadores, que lo ven como la expresión más coherente del movimiento provida dentro del Partido Republicano. Sus palabras consolidan la idea de que un eventual gobierno presidido por Vance buscaría revertir décadas de políticas liberales en materia de aborto, colocando la defensa de la vida en el centro del proyecto nacional.
Concluyó con una apelación directa a la conciencia colectiva. “No se trata de prohibir —dijo—, sino de recordar. Recordar que toda vida tiene un valor infinito, que la civilización solo prospera cuando se arrodilla ante la inocencia”. En tiempos en que Estados Unidos debate su identidad moral, su mensaje apunta a un horizonte de redención y reconstrucción.
La conversión
Vance se convirtió al catolicismo porque halló en la fe una respuesta moral y espiritual al vacío que veía en la cultura moderna norteamericana: el individualismo, el hedonismo y la pérdida del sentido del deber. Según explicó, el catolicismo le ofreció una visión coherente de la verdad, la familia y la dignidad humana, especialmente por su defensa incondicional de la vida desde la concepción.
Su conversión fue gradual. Durante años se sintió atraído por la profundidad moral y la coherencia intelectual del catolicismo. Leyó a san Agustín y a Benedicto XVI, y mantuvo largas conversaciones con sacerdotes y amigos católicos, entre ellos su esposa, Usha Chilukuri, que tuvo un papel decisivo. Tras un proceso de búsqueda y estudio, fue recibido formalmente en la Iglesia Católica en el 2019.
Ramírez de Velasco®



Inteligencia y sin problemas:
ResponderEliminarLos peces solucionaron el acoso sexual,las hembras dejan por ahi en el agua sus huevitos y los machos dejan por ahi su esperma y dejan que la casualidad los junte....bastante moral y practico sin problemas de ningua indole...y bastante inteligente sin confilctos sicologicos y otros varios....si?
ESTUVE EN UN PICNIC:
ResponderEliminar"Llegue con mi papa,y me fui con mi mama................."
"EL ABORTO SIEMPRE ES CLANDESTINO"
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