Horacio Quiroga |
El 31 de diciembre de 1878 nace Horacio Quiroga, cuentista, dramaturgo y poeta, uno de los maestros del cuento hispanoamericano
El 31 de diciembre de 1878 nació Horacio Silvestre Quiroga Forteza, en Salto, Uruguay. Fue un cuentista, dramaturgo y poeta, uno de los maestros del cuento hispanoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos casi siempre retratan a la naturaleza con rasgos temibles y horrorosos, como enemiga de las circunstancias del hombre. Lo compararon con el escritor norteamericano Edgar Allan Poe. Murió el 19 de febrero de 1937.Mostró interés por la literatura y la tecnología desde joven. Estudió en Montevideo, donde se vinculó con círculos intelectuales. Su escritura inicial estuvo influida por los modernistas, especialmente Rubén Darío, pero con el tiempo desarrolló un propio, más directo y cargado de tensión narrativa. Además de escribir, se interesó por la fotografía y las ciencias, experimentando con inventos tecnológicos.En 1902, la tragedia lo golpeó: mató accidentalmente a su amigo Federico Ferrando mientras limpiaba un arma. Abrumado por la culpa, se trasladó a Buenos Aires y poco después se internó en la selva misionera. Este escenario, donde la naturaleza era tan bella como hostil, se convirtió en el trasfondo de muchas de sus obras. Su vida en Misiones, aunque precaria, lo inspiró profundamente, y allí escribió algunos de sus cuentos más famosos.
Se casó en 1909 con Ana María Cires. La pareja vivió en la selva, pero las condiciones extremas y el aislamiento hicieron que su relación se deteriorara. Ana María, incapaz de soportar la vida en Misiones, regresó a Buenos Aires con sus hijos y finalmente se suicidó en 1915. Este hecho dejó una huella imborrable en Quiroga, quien continuó escribiendo con un tono aún más sombrío.
Entre sus obras más destacadas figuran Cuentos de la selva (1918), colección destinada al público infantil, pero con elementos que también cautivaron a los adultos, y Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917), que incluye relatos inolvidables. como "El almohadón de plumas" y "La gallina degollada". Sus cuentos suelen explorar la lucha del hombre contra la naturaleza, el destino implacable y los límites de la cordura.
En los años 20, Quiroga alcanzó reconocimiento literario en el Río de la Plata, siendo comparado con autores como Edgar Allan Poe y Guy de Maupassant por su habilidad para crear atmósferas inquietantes y narrativas precisas. Sin embargo, su vida personal siguió plagada de desdichas: su salud comenzó a deteriorarse y su segunda esposa, María Elena Bravo, con quien tuvo una hija, también abandonó la selva.
En 1935, fue diagnosticado con cáncer de próstata. Enfrentando un dolor físico y emocional insoportable, se suicidó el 19 de febrero de 1937 ingiriendo a cianuro en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. Su muerte cerró una vida marcada por la tragedia, pero dejó un legado literario que lo consolidó como uno de los grandes narradores de la literatura hispanoamericana.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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