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CUENTO África mía

Los leones

“Son los que van a Salta, ven un tipo disfrazado de gaucho en la plaza 9 de Julio o toman un vino en Balderrama…”

Una vez, hace muchos años, trabajé en una reserva natural del África. Si te acostumbras es divertido. Cuando venían los turistas norteamericanos teníamos que correr a los leones para que los vieran, a ellos no les vengan con cebras, elefantes, impalas o animalitos por el estilo: ellos han ido al África solamente a ver leones, su ferocidad, sentir sus rugidos, para eso han pagado una fortuna en dólares, qué tanto.
Eran más o menos como los ñatos que van a Ámsterdam y lo único que quieren ver es el barrio de las prostitutas, nada de canales, menos en el museo Van Gogh, hay que ir al barrio Rojo para después tener qué contar a los amigos. O los que van a Barcelona y sólo se interesan en el Camp Nou, Son los que van a Salta, ven un tipo disfrazado de gaucho en la plaza 9 de Julio o toman un vino en Balderrama, y sienten que estado con la más pura esencia del norte. Después, los lleves donde los lleves ya no les importa, es como que han visto todo.
Los guardias nos contaban que al principio le advertían al gringaje que si no veía ningún león era porque muchas veces andaban en los matorrales escondidos, durmiendo la siesta o vaya uno a saber qué. Pero si no les daban con el gusto, los yanquis se negaban a dar propina y amenazaban con no volver nunca más. Cada vez que llegaba un contingente, había que arrear a los pobres bichos hasta el camino y ponerlos en pose para los ñorse.
Decían en aquel tiempo, pero quién sabe, que en otras los alquilaban a los circos, luego los drogaban y los ponían en medio de un pastizal, de manera artística para que les sacasen unas buenas fotos. Melena más, melena menos, igualito a mi Santiago, pensaba yo, porque se decía que hacían lo mismo con los pumas, nada más que aquí los engordaban en el viejo zoológico del parque Aguirre y los bichos terminaban muertos y embalsamados, decorando el living de un empresario de Columbus, Ohio pongalé. O eso se decía.
Lechón subiendo al avión
No me acuerdo bien, pero me quiero acordar de que los alemanes deliraban por las jirafas, a los franceses les encantaban los rinocerontes y así —más o menos, ¿no? —casi todos los pueblos del mundo. Llegaba una delegación de coreanos, pongalé y nosotros sabíamos qué animales debíamos acercarles, si pedían avestruces, les llevábamos avestruces, si pedían leopardos, leopardos, si pedían cebras, cebras, Una vez llegaron unos japoneses pidiendo tigres, ¡querían tigres los ponja! Uno de los guías tuvo que coimear a un circo para que le prestasen uno. Viera la cara de esos tipos, felices. Tenían unas máquinas de fotos tremendas, más grandes que ellos mismos y los ametrallaban con sus ¡clic!, ¡clic!, ¡clic!
Lo raro, lo que llamaba mucho la atención, era que una vez que se topaban con la especie que habían ido a ver, todos querían mandarse a mudar, el resto del paseo les parecía insulso, sin gracia. A los que les gustaban los hipopótamos, por dar un caso, después de admirarlos, sacarles fotos, filmarlos, preguntaban a qué hora terminaba el safari, bostezaban, se dormían en las camionetas. Podía aparecer un mono apareándose con una elefanta y no querían mirarlos, se aburrían. Qué cosa, ¿no?
Fue un tiempo lindo, aprendí el idioma de los indios de allá, báh, aprender lo que se dice aprender no, sólo le champurreo algunas palabras, buenos días, buenas tardes, buenas noches, frases normales, para toda ocasión. Si mal no recuerdo, en swahili buen día se decía “asubuhi njema”, que significa mañana buena; buenas tardes era "mchana mwema"; y buenas noches, "usiku mwema".
También me enamoré de una morocha muy mimosa, vivimos un romance fugaz y apasionado. El único problema es que ella no entendía el español y yo no sabía su idioma, así que nos comunicábamos con sistema Braille.
Después, cuando me fui de la reserva, anduve un tiempo dando vueltas por otros países y al final me volví a la Argentina. No va a creer, pero extrañaba el asado, el mate, el dulce de leche, el guiso de arroz amarillo de la vieja, y la vida de aquí. Eso que. de noche, por lo menos en la parte que anduve, el Cielo es más o menos el mismo, pero igual uno quiere estar en el pago, comer chipaco con mucho chicharrón, ir al mercado a juntarse con los muchachos, ver un partido de Mitre.
Quise traer un lechón de jabalí, para ver si le sacaba cría y, con el tiempo, me instalaba una reserva africana en el terrenito que tiene un amigo en Maco, pero no hubo forma de hacerlo subir al avión. Los pilotos se negaban a viajar con el bicho.
Pero, si quiere, otro día le cuento esa historia.
Juan Manuel Aragón
A 3 de marzo del 2025, en La Verde. Chocleando en el cerco.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. Muy bueno.....y bastante real en cierta medida.
    Me ha pasado, de recibir gente que quería ver el Empire State y las torres gemelas y con eso ya estaban hechos con su visita a Niu Llorc.

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  2. PARQUES NACIONALES EXOTICOS Y PRIMITIVOS MAS IMPRESIONANTES DEL MUNDO:

    1)MASAI MARA. KENIA
    2)KRUGER. SUDÁFRICA
    3)ETOSHA. NAMIBIA
    4)DELTA DEL OKAVANGO. BOTSUANA
    5)SERENGUETI. Y NGORONGORO TANZANIA
    6)NOROESTE ARGENTINO(SANTIAGO DEL ESTERO)
    7)NORESTE ARGENTINO
    8)CONOURBANO BONAERENSE ARGENTINO

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