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El vino manzanilla |
El 4 de junio de 1741, la palabra “manzanilla” aparece documentada por primera vez en España sobre los vinos de Sanlúcar de Barrameda
El 4 de junio de 1741, la palabra “manzanilla” apareció documentada por primera vez en España en referencia a los vinos de Sanlúcar de Barrameda. Este hito marca el reconocimiento formal de un vino fortificado, elaborado con uvas Palomino Fino, en la región de Cádiz, Andalucía.Sanlúcar de Barrameda, en la desembocadura del río Guadalquivir, ya era un puerto clave para el comercio vinícola desde la época romana, cuando se producía el vinum ceretensis, exportado por todo el Mediterráneo. La viticultura en la región tiene raíces que se remontan al siglo X a.C., con los fenicios, que introdujeron vides en Gadir (Cádiz).El término “manzanilla” se asocia al vino debido a su aroma, que recuerda a la infusión de camomila, conocida en español como “manzanilla”. Se elaboraba mediante el sistema de criaderas y soleras, un método de envejecimiento dinámico que mezcla vinos de distintas añadas en barricas de roble para garantizar consistencia. Este sistema, documentado en el siglo XVIII, se consolidó en Sanlúcar para responder a la demanda de vinos estables durante largos viajes marítimos.
La crianza biológica, bajo una capa de levadura llamada “velo de flor”, es esencial para la manzanilla. Las condiciones microclimáticas de Sanlúcar, con temperaturas suaves, alta humedad y brisas atlánticas, favorecen un velo de flor más grueso que en Jerez o El Puerto de Santa María, lo que otorga al vino un perfil más fresco, ligero y con notas salinas.
En 1741, Sanlúcar ya era un centro vinícola relevante, beneficiado por su ubicación estratégica en el triángulo del jerez, junto a Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María.
Los vinos de la región se exportaban a Europa y América, especialmente a través de Sevilla, a 72 kilómetros río arriba.
Documentos de la época, como los de las bodegas locales, registran el uso de “manzanilla” para distinguir este vino de otros jereces, como el fino. La producción involucraba prensados suaves de uvas Palomino, fermentación completa y fortificación a 15 por ciento de alcohol por volumen, lo que permitía la formación del velo de flor.
La Denominación de Origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda no se estableció hasta el 15 de diciembre de 1964, pero en 1741 ya existían regulaciones incipientes para proteger la calidad de los vinos de esa parte. En 1933, la manzanilla fue incluida en la denominación de origen Jerez-Xérès-Sherry, aunque su identidad propia se formalizó más tarde.
Bodegas como Barbadillo, fundada en el siglo XIX, y otras más antiguas, como las de la familia Romero Balsa (desde el siglo XVII), documentan la continuidad de la producción de manzanilla. En 1741, el vino se almacenaba en grandes bodegas sanluqueñas, donde el clima marítimo y la influencia del Guadalquivir moldeaban sus características organolépticas, incluyendo su color pálido, aroma punzante y sabor seco.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Muy interesante Juan Manuel, ni siquiera sabía de la existencia de ese vino. Deduzco que es algo ajerezado, por lo de sabor seco.
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