Ir al contenido principal

DOMINGO Fin de fiesta

Fiesta, fiesta, fiesta

Nadie quiere irse, estuvo todo tan lindo que ningún invitado quiere moverse de su lugar, hay reclamos para que los mozos vuelvan a hacer sus entradas triunfales


Sigue la fiesta, se terminaron el vino, el champán, la cerveza, la gaseosa, el whisky, tomamos los culitos de los vasos que quedaron, no hay canapés, empanadas, ensalada rusa, sanguches de miga, pollo al curry, pero por ahí viene un mozo con sobras y nos abalanzamos como cerdos para alcanzar los últimos pedazos de cualquier cosa que quede a esta hora de la madrugada.
Todos estuvimos invitados, sólo unos cuantos no quisieron venir, que se jodan. Al principio llegamos los vecinos, luego los de la otra cuadra, más tarde los de los barrios cercanos y al final no había nadie de ningún rincón de la ciudad que no estuviera convidado a la gran joda.
Hubo globos colgados por todas partes, pitos, matracas, trompetitas, gorros, bonetes, collares luminosos, enormes anteojos de plástico, muñequitos de colores, platos y vasos de cartón en cantidad. Y comida, mucha comida, comida por todas partes, papas fritas, salamines, quesos de toda clase, cremosos, más duritos, cáscara colorada, picantes, azules, además de aceitunas lisas y rellenas, cazuelas de mondongo, de chorizo colorado, de berberechos. Y más comida, carne asada, empanadas, quipis, pollo al horno, pizzas para todos los gustos, guisos carreros, locro tucumano, santiagueño, salteño, jujeño. Y más comida, arroz a la valenciana, fideos al pesto, matambre arrollado y píos nonos dulces, salados y agridulces rellenos con lo que pida.
La música fue para todos los gustos, allá los de las décadas del 50, 60, hasta el 2010, más los tangueros, los folkloristas, los amantes de la música tropical, el rap, el rock, el reggae, música clásica, brasileña, uruguaya, folk norteamericano, vals vienés, bailes tropicales cubanos. Las parejas trenzadas bailaban en las pistas mientras nubes de chicos corrían a la vuelta en una gritería alegre, maravillosa.
Los mozos no dejaron de trabajar un sólo instante, pasaban triunfantes con fuentes repletas de exquisiteces. Quienes se asomaron al sector de la cocina, observaron que desde temprano dos o tres dormían borrachos encima de unas bolsas de harina, mientras el resto, una tracalada de ellos, tomaba un vasito de algo entre salida y salida al salón, porque no era cuestión de trabajar con la boca seca.
Nada quedó librado a la suerte, chicas contratadas especialmente por el dueño de casa, ofrecían sexo de ocasión a los caballeros solitarios, algo de remedo del amor por unos pesitos de propina. Hermosos efebos con el vientre plano, hacían lo propio con las señoras y señoros que discretamente se les acercaban pidiéndoles un pequeño gran favor. Al principio unos y otras se retiraban a un parque detrás de la casa, contra unos paraísos, quién sabe, pero cuando la fiesta arreciaba lo hacían bajo las mesas, sentados en la barra, en medio de la pista, delante de las propias esposas los maridos, delante de sus hombres las damas.

Leer más: Escrito para contar por qué Manuel Corvalán, que vivía en el barrio Ejército Argentino, fue uno de los hombres más interesantes que ha dado la provincia

También llegaron payasos para los chicos, magos, trapecistas, hipnotizadores, equilibristas, un mono sabio, canguros boxeadores, loros habladores, jinetes en sus ponys, una mujer barbuda a la que muchos le tiraron de los pelos para saber si era verdad y un cantante igualito a Carlos Gardel, cantando cada día mejor.
Entre las tres y la cuatro de la mañana, el festejo llegó a su apogeo, en todas las pistas sonaba: “Camarones que se duermen se los lleva la corriente” y los invitados brincaban, cantaban, tomaban, retozaban persiguiendo mujeres, se carcajeaban solamente por la alegría de bailar en una fiesta que debía durar toda la vida, porque los mozos seguían llegando con enormes lechones asados, langostinos, bocaditos de caviar, pato a la naranja y otras exquisiteces que pocos sabían qué eran, pero todos comían como pan, sin preguntar mucho, total no importaba, ya habría tiempo para averiguarlo otro día o nunca jamás.
A las seis de la mañana empezaron las disputas entre borrachos por la torta, que al final no fue tan grande como para aguantar semejante concurrencia, los mozos empezaron a refulgir por su ausencia, algunos invitados, con hambre atrasado, como hijo de maestra suplente, rumbeaban para el lado de la cocina y sólo hallaban un muslo de pollo por aquí, costillas de cerdo por allá, restos de papas fritas a medio comer tiradas en el piso, botellas de toda clase abiertas, casi todas vacías o con un poquito de bebida cada una.
En los salones, entretanto, la fiesta seguía a más no poder. A esa hora el dueño se percató de que le era imposible apagar las luces, mandar a cesar la música, terminar con el bufé, se le armaría un lío de Padre y Señor Nuestro. En el salón sabíamos que debía terminarse, pero no queríamos qué tanto, cuándo tendríamos algo igual en la vida si dejábamos que cerraran.
En una mesa a la orilla del salón, controlábamos que no faltara nada, si veíamos una falta le avisábamos al dueño que, a esa hora andaba de un lado para otro tapando agujeros, llevando en persona, el último cogote de pollo a unos hambreados, alcanzando vino a los últimos borrachos que quedaban en pie, atajando a los músicos para que siguieran tocando.
Hoy es domingo 23 de julio del 2023, a la hora que usted lea esta crónica, seguimos en la joda, la bebida caliente, el vino ordinario, las empanadas recalentadas, la soda sin gas, las mujeres con la pintura corrida, los chicos durmiendo en la falda de las madres, las putas sentadas, mirando el vacío, los efebos con las panzas largadas, discutiendo de fútbol entre ellos.
Pero no queremos mandarnos a mudar, afuera la luz del día pega fuerte en los ojos, hace frío, mañana, lunes, nos espera la dura realidad del colectivo amanecido. Usted que está en su casa leyendo esta crónica, haga el favor de avisarle al dueño que se están llevando las sillas, las mesas, los manteles, las luces, los parlantes. El hombre no aparece por ninguna parte, por favor, si lo ve, dígale que seguimos aquí, esperándolo, que vuelva, queremos que reactive todo antes de que nos aturda el silencio de la realidad.
A ver quién fía a nombre del dueño, un Ferné con Coca en el almacén de la esquina. Yo tomo setenta y treinta, ¿y usté?
Si lo del domingo fue la guerra, que la paz del lunes no venga nunca.
¡Buenos días!
©Juan Manuel Aragón

De postre
Si tengo suerte, moriré antes de ver a la Iglesia Católica convertida en una organización no gubernamental, como quieren los curas. Si no, me harán comulgar hostias de plástico, en la mano como hereje, por supuesto.
Finiolex

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc23 de julio de 2023, 8:03

    ¿Dónde es? ¿Todavía siguen?

    ResponderEliminar
  2. con uno o con otro la joda termina el 10 de diciembre... el día siguiente se van a quejar todos por igual.......

    ResponderEliminar
  3. En que lugar del mundo sucede esto ?
    Debe ser lejano. No me imagino donde.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

¡URGENTE! Se agravó la salud de Musha

Musha y Alfredo Peláez, autor de esta nota Está internado desde hace un tiempo, ya iba a salir de alta, pero su estado desmejoró Por Alfredo Peláez “Fredy” En las últimas ahora se agravó la salud de "Musha" Carabajal, que desde hace tiempo lucha con una penosa enfermedad. Hacía tiempo que estaba internado y estaba próximo al alta, pero lamentablemente hubo un retroceso en su salud. Hace poco había sido separado del conjunto Los Carabajal, precisamente por su salud, lo que provocó indignación entre los seguidores del afamado grupo. Su hermano Kali posteó en las redes: " Hola amigos, los invito a unirnos en oración, para rogar a nuestro señor Jesucristo y a nuestra madre Virgen María por la salud de mi hermano Mario "Musha" Carabajal. Los abrazo con el corazón a todos". Mario Carabajal, apodado “Musha”, nacido en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero, es miembro de la legendaria familia con apellido icónico en la música. Durante su carrera compartió con...

MASONES Escupir crucifijos

Objetos masónicos de Bernardo Irurzum Breve informe sobre la sociedad secreta en Santiago del Estero, cuándo volvieron, cuántos son, qué hacen, y un nombre propio Eminentes profesores de la Universidad Nacional y de la Católica, en actividad y eméritos, forman parte de las logias masónicas santiagueñas, entre gente de otras actividades, por supuesto. Casi todos han vestido los mandiles característicos y han participado de sus ritos y pompas que, en el grado 18 “Caballero Kadosh”, en el pasado exigía escupir un crucifijo. Pero de estos aspectos, así como de su odio por la Iglesia Católica, su pretendida filantropía, el Gran Arquitecto del Universo, y la filosofía y el espíritu que la anima, se hablará en otra nota, si cuadra, aquí solamente se entregará información sobre su funcionamiento en la provincia. ¿La masonería se ha puesto de moda por jactancia de intelectuales venidos a menos y mercaderes más o menos exitosos o hay algo más? Llegó a la provincia durante el período colonial y p...

EXCLUSIVO Kali, el que faltaba hablar

Kali Carabajal La voz que faltaba para completar la historia de los Carabajal dijo su verdad en una entrevista que brindó al corresponsal en Mar del Plata Alfredo Peláez, Fredy En el periodismo aprendí a moverme con cautela. A no ir más allá de lo que la circunstancia merece, y no pasar jamás sobre los otros. Nobleza obliga. No podía darle voz al querido amigo Musha y silenciar al otro querido hermano de la vida, Kali, el eterno Carabajal, como alguna vez supe bautizarlo. es el más antiguo del grupo, de la época del mítico Agustín, el fundador. Ya estaba en el baile y no quedaba otra que bailar. Con más dudas que certezas lo llamé a Kali. Al teléfono me respondió: —Hola hermano querido. A vos no te puedo mentir. Musha, mi querido hermano, no se portó bien con el grupo. Mas que Mario, su esposa Miriam. Después de actuar en Cosquín, fuimos a Recreo, Musha ya estaba enfermo y no viajó. Al retornar le dimos su parte. Como correspondía. Como por su enfermedad no podía hablar, nos comunicamo...

RELIGIÓN Por qué la masonería no es una inocente asociación

Masones (imagen de ilustración) A veces se debe recordar conceptos simples que están en la base de una creencia, pues hay gente que deliberada o inadvertidamente los olvida o los ignora Para quien crea que no hay nada malo en la masonería, que muchos próceres fueron sus afiliados, cabe hacer una lista de los presidentes y vice que fueron masones o hermanos tres puntos, como también los llaman. Presidentes, Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento (presidente de 1868 a1874 que renunció a la masonería antes de asumir, porque era incompatible con el juramento católico que debía formular y que en ese tiempo era obligatorio), Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen y Agustín Pedro Justo. Vicepresidentes argentinos afiliados a la masonería fueron Salvador María del Carril, Juan Esteban Pedernera, Marcos Pa...

1998 AGENDA PROVINCIAL Tragedia

El Tabycast El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante. A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado. La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese moment...