Ir al contenido principal

CONSEJO Contra la basura, libros

Un buen libro siempre es preferible

La prensa de Buenos Aires desinforma prolijamente, haciendo creer al resto de la Argentina que es nacional: rejunte de prostitutas


Dicen que la televisión, la radio, lo que queda de los diarios o los portales de internet de Buenos Aires son la prensa nacional. Puede ser, pero visto desde aquí nomás, no valen que un medio cualquiera de La Rioja, Villa Nueva Esperanza, San José del Boquerón o Los Antiguos. Para ser nacionales, no solamente tienen que decirse tales sino, como primera medida serlo. Y no validar todo, como lo hacen, con la vara de Buenos Aires.
Para empezar, la prensa llamada seria de lo que otrora fue la capital de los argentinos tiene una característica peculiar: banaliza todos los asuntos que se le presentan a su consideración. ¿Hay un accidente nuclear en Fukushima? Pues, ahí tiene una piara de prostitutas y prostitutos formadas en paneles, que opinarán como si supieran japonés, como si nunca hubieran dejado de estudiar acerca de la fisión del átomo. ¿Un accidente en la Panamericana? Las mismas prostitutas ahora se colocan el chip de expertas en accidentes de tránsito y hablan con una soltura que daría envidia a los expertos en el asunto. Y así ofrecerán sus peroratas durante horas, sobre perros abandonados, experiencias paranormales, política exterior francesa, experimentos sobre enfermedades tropicales en cobayos, la vida de la Madre Teresa de Calcuta o la honra de las hermanas de Miguel de Cervantes. Lo que venga, cualquier tema las encuentra preparadas para lanzar, a diestra y a siniestra, sus redondas bobadas.
Cualquiera que desee que su nombre trascienda, primero debe humillarse frente a las vestales corrompidas de la sacrosanta información porteña. Si sirve a sus propósitos, pasará el examen y podrá ser invitado a esos programas y hablar sobre todo lo que hay sobre la tierra, nada en los mares o vuela en al aire, incluidos los astros más lejanos.
Otra cosa es la consideración de los problemas que aquejan a la gente de las provincias. Una manifestación de cien personas que corta una calle en un pueblo lejano de Catamarca, Chubut o Entre Ríos, para los medios porteños es nada. Aunque se les explique que se trata de pueblos de 500 habitantes, por lo que, si cien personas estuvieron juntas en un lugar, fue el 20 por ciento. Que sería algo así como que 600.000 de los tres millones y pico de habitantes de la ciudad de Buenos Aires salieran a la calle.

Leer más: Al llamarse Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quizás creyeron que el título la hacía única, pero se rebajó a ser una sigla

Si es un accidente de tránsito, a sus propios corresponsales de las provincias, les piden que esté el muerto tirado en la calle, si es posible con sangre fresca, para que la noticia tenga sus 20 segundos en algún canal. Si llega una inundación, quieren que el agua llegue al techo. Si es incendio, exigen al menos 20 damnificados llorando en cámara. Antes no se molestarán ni siquiera en responder los llamados pidiendo un minuto para alertar a las autoridades.
No es televisión nacional entonces, sino solamente de alcance nacional que es otra cosa. Es la prensa que se nos impone desde Buenos Aires para que compartamos desde un accidente perdido en una calle del barrio de Palermo, las más de las veces sin muertos ni sangre, hasta su teoría de que hay una grieta en la sociedad argentina y debemos ser parte de ella a como dé lugar.
Contra toda esa basura que se impone en nombre del federalismo, se debería levantar la voz y no mirar embobados cómo la última actriz que mostró los senos por accidente, informa sobre el estado del tiempo, la salud del presidente de Francia o las iniquidades que viene haciendo la drogadicción en Querétaro, Méjico.
Contra toda esa basura debiéramos alzar los libros que llevan a mirar el mundo desde una perspectiva que desdeña el sensacionalismo amarillista de toda la prensa de Buenos Aires, la televisión, las radios, internet. Los restos humeantes de los diarios porteños siguen destilando odio para todos lados, creyendo, al parecer, que la inquina que sienten contra sus lectores los han de salvar de la definitiva muerte.
¿Usted lee al menos un libro cada dos semanas?, entonces sabe de lo que se habla. ¿Es de los que no leen? No tiene idea de lo que se está perdiendo amigo, haga el esfuerzo y en media docena de buenos textos tendrá limpia la cabeza de toda esa basura impuesta desde las fuentes de la ignorancia que viven en Buenos Aires y se esfuerzan en adocenarnos a todos, convirtiéndonos en una carrada de estúpidos.
¿Internet informa?, agarre un buen libro y verá que no.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Ud primo me hace pensar..y eso no es poco, gracias.

    ResponderEliminar
  2. Muy de acuerdo con tu planteo, reclamo y propuesta, Juan Manuel. La pobreza en el nivel de información que tienen hoy los.medios es patética. Puedo atestiguarlo en mi área, que es la gestión vial. Las barbaridades que escucho cuando se opina en los medios sobre seguridad vial, por ejemplo, son de terror. Por naturaleza en La Argentina hay 4.4 millones de expertos en seguridad vial, y cuando uno de ellos toma un micrófono y se pone frente a una cámara, o se sienta frente a una computadora a reportar un accidente, emite tal sarta de barbaridades que sin duda terminan distorsionando todo.
    Ya no volveremos a tener el gusto de informarnos al nivel de una editorial de don Virgilio, o de Toto Castiglione, tanto en contenido como en calidad de redacción. Cuando leo las editoriales de hoy, escritas por algun improvisado, me dan ganas de llorar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

BALCEDO Otro país crecía a su alrededor

Bobadal hoy, visto desde el satélite Brevísima historia de un hombre que forjó un pueblo lejano desde un almacén a trasmano del mundo El hombre se llamaba Balcedo Santillán. Era el dueño del almacén “El luchador”, en el lejanísimo Bobadal, pueblo que estuvo mucho tiempo a trasmano del tren, de las principales rutas y caminos, de los ríos y arroyos, con decir que ni los aviones surcaban su cielo. Nada pasaba por ahí, salvo camiones llevando leña, el ómnibus de la empresa Piedrabuena, carros cañeros, los sulkys en que se manejaban los vecinos y algún viajero que caía por ahí rumbo a otra parte. Alguien dijo alguna vez que los vecinos vivían tras los ancochis, protegiéndose de las inmensas nubes de tierra que dejaban los vehículos de cuatro ruedas. Que honraban su nombre muy bien puesto: “bobadal”, tierra suelta. Balcedo estaba ahí desde mucho antes de que el gobierno loteara el lugar y trazara las calles, algunas de forma arbitraria, pues cruzaban por el medio del patio de algunas casas....

LIBRO Magui Montero partió su alma

Magui Montero al centro, a la izquierda Manuel Rivas, a la derecha, Marcela Elías La presentación de un libro de poesías convocó a un nutrido grupo de amigos y admiradores Por Juan Gómez Fue el miércoles a la caída del sol. Café-Librería “Bellas alas”. Magui Montero presentó su libro “Hasta partir el alma”. De pronto las mesas se cubrieron de flores multicolores (mujeres) que ofrecieron alegría y ruido. Lluvias de ideas entrelazadas entre sí: “Interpela / herida social / mar de la vida / ternura extraviada / intento de reparar / la fuerza de la esperanza / la poesía una forma de escuchar que empieza con la palabra / el papel me reclama que escriba / habla una parte del alma”. La idea de la presentación de su obra literaria, Maqui quiso que tomáramos nota que está en contacto con su alma. Un refrán francés dice que “la gratitud es la memoria del corazón”. Tras sus palabras uno comprende que la vida apura y no tiene tiempo. Quiere encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Escogió es...

ALTO EL FUEGO Cuando el odio es un negocio

El mundo civilizado apoya lo incivil A muchos no les gusta lo que está sucediendo en estos momentos en el Oriente Cercano, Israel y Gaza, vea por qué Por Natalio Steiner desde Raanana, Israel Se logró el acuerdo. El fuego se detuvo. Y de golpe, silencio. Ni marchas, ni carteles, ni lágrimas de alivio. La paz llegó… y a muchos parece que no les gustó. “Habría esperado que las calles de Europa y los campus del mundo estallaran de alegría por el fin de lo que durante meses llamaron ‘genocidio’”, dijo Naftali Bennett, ex ministro israelí. Pero no pasó. Porque su causa nunca fue la vida de los palestinos. Fue el odio a Israel. La oportunidad de sentirse moralmente superiores sin entender nada. Durante meses repitieron lo que les dictaban desde los bunkers ideológicos, sin una idea propia, sin un dato, sin contexto. Ahora que el fuego se apaga, se apaga también su utilidad. Ya no hay cámaras, ni trending topics, ni víctimas que mostrar. Y sin eso, no hay negocio. La paz los deja sin discurso...

María Corina Machado obtiene el Nobel de la Paz

María Corina Machado Una luchadora incansable por la libertad y la justicia en un país bajo la opresión del socialismo En un mundo en que la oscuridad del autoritarismo se extiende como una sombra implacable, la noticia de que María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 ilumina el horizonte con esperanza renovada. Anunciado hace un rato en Oslo por el Comité Noruego del Nobel, el galardón reconoce su incansable labor por promover los derechos democráticos del pueblo venezolano y su lucha por una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia. Nacida en Caracas en 1967, Machado, ingeniera industrial de formación, ha transformado su herencia de liderazgo en un faro de resistencia civil ante la opresión del socialismo. Desde sus inicios en la política, ha encarnado la valentía frente a la opresión. Fundadora del partido Vente Venezuela en 2012, unió fuerzas opositoras en la alianza Soy Venezuela, demostrando que la unidad es el arma más poderos...

VIDALA Retumban ecos perdidos

Rosas en un billete de 20 pesos Lo que alguna vez fue un sueño regresa en silencio, como si el tiempo no hubiera pasado sobre aquellas noches Cuando llegaba la noche, le venía a la memoria una antigua vidala que cantaba despacito para no despertar alucinaciones pasadas. No recuerdo la letra, sólo sé que nombraba a una mujer, pero casi todas las vidalas llaman un amor que desertó. A esa hora ya estaba en marca la revolución que soñábamos. Habíamos designado ministros, teníamos firmados los decretos que anticipaban la aurora que se vendría y planeábamos algunos pequeños gustos que nos daríamos cuando estuviéramos instalados en la cima del poder, como salir a tomar café al mismo bar de siempre o mandar a comprar sánguches de milanesa en el mercado Armonía —porque gobernaríamos desde Santiago— y convidar a todo el mundo durante una deliberación de gabinete. Al llegar la fortuita, incierta hora en que la reunión estaba tan linda que uno no sabía si acostarse para luego levantarse baleado o ...