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El 25 de julio de 1961 empieza a regir la Carta Orgánica de Santiago del Estero, en homenaje a la fecha oficial de la fundación de la ciudad
El 25 de julio de 1961 empezó a regir la Carta Orgánica de Santiago del Estero, en homenaje a la fecha oficial de la fundación de la ciudad, por “bizarro Capitán don Francisco de Aguirre”. Así por lo menos reza en el primer artículo de las disposiciones transitorias que tomó la convención Constituyente Municipal.El presidente de aquella convención fue Mario Azar, mientras los secretarios fueron Chafic Mera y Juana Leticia Chazarreta. Convencionales fueron Antenor Valentín Ferreyra, Betty Carabajal de Torres, Roberto Enrique Eberlé, Alberto Pons, Estergidio Acosta Gerez, Humberto Medrano, Lorenzo Bruno, José Güerino Yocca, Julián Miguel Mitre, Luis Lucena, Francisco Eduardo Cerro, José María Barraza, Oscar Juárez, Adela Casares de Marquetti, Blanca S. de Ingratta (una lástima no conocer su apellido, pero no figura en el texto constitucional), Héctor Rosenberg, Juan Carlos Nuno, Juan José Sánchez, Héctor Ruiz y Nahim Alegre.Fue la primera de las varias Cartas Orgánicas que tuvieron los santiagueños. La municipalidad se regía hasta ese momento, por la ley 1615 Orgánica de Municipalidades. También las disposiciones transitorias instaban al Departamento Ejecutivo a gestionar ante el Gobierno de la Provincia, la derogación de las leyes que se opusieran al nuevo texto legal.
Los concejales, según la Carta Orgánica, se elegían por un período de cuatro años y eran reelegibles de manera indefinida, el intendente, en cambio, debía durar un solo mandato y debía esperar al menos un turno en el medio para presentarse por segunda vez.
Todo el resto de la Carta Orgánica es un cúmulo de deseos y buenas intenciones, detalles superfluos y disposiciones imposibles de cumplir, pero que son fundamentales para conformar a un electorado que supuestamente pide porque sus derechos tengan consagración constitucional.
La imposibilidad de reelección del intendente, fue una de las más sabias decisiones de la primera Carta Orgánica de los santiagueños, para dar lugar a nuevas ideas, a funcionarios más jóvenes y la revisión constante de los actos de los que ya estuvieron en el cargo.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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