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El mikve restaurado |
La comunidad judía logra restaurar un baño ritual con apoyo oficial en medio de tensiones internacionales
La comunidad judía de Teherán emprendió la restauración de un mikve centenario, proyecto financiado íntegramente con aportes locales y autorizado por el gobierno iraní. La autorización permitió que los trabajos se desarrollaran sin trabas administrativas, en el marco de un plan más amplio de renovación de instituciones religiosas y comunitarias.El mikve, utilizado durante generaciones para baños rituales de purificación, está situado en el Complejo Abrishami, también conocido como “Complejo Moshé ben Amram”. Este conjunto alberga una sinagoga, una escuela, un salón de actos y un restaurante kosher, y constituye uno de los principales centros de la vida judía en la capital. El edificio original tiene varios siglos de antigüedad y presentaba un notable deterioro.El hecho de que el gobierno iraní autorizara esta restauración resulta llamativo en un contexto de hostilidad política entre Irán e Israel. Mientras ambos Estados mantienen tensiones militares, sanciones y un discurso oficial de confrontación, dentro del país se permitió que la comunidad judía preservara su patrimonio religioso con respaldo institucional. La decisión se interpretó como un gesto de reconocimiento hacia una minoría que conserva derechos constitucionales.
La reconstrucción fue coordinada por el rabino Yehuda Gerami, máxima autoridad judía en Irán. Los trabajos incluyeron una modernización integral del sistema de agua, reparaciones estructurales y la incorporación de nuevas instalaciones que cumplen con estrictas normas de halajá. Se añadieron múltiples “hidurim”, mejoras recomendadas por rabinos especialistas que elevan el nivel de cumplimiento religioso.
Uno de los aspectos más destacados es la instalación de un sistema de purificación automática capaz de desinfectar toda el agua en apenas diez minutos tras cada uso. Esta tecnología, inédita en el país, garantiza tanto la pureza ritual como condiciones sanitarias adecuadas para los usuarios.
El proyecto abarcó también mejoras en la sinagoga principal, modernización de aulas y puesta en valor de espacios culturales. La inauguración de las obras se celebró poco antes de Rosh Hashaná de 2024, lo que permitió a la comunidad estrenar las instalaciones en una fecha de gran significación espiritual.
El rabino Gerami destacó que el mikve no solo tiene valor ritual, sino también histórico y patrimonial. La práctica del baño ritual, afirmó, es un componente central de la identidad de los judíos iraníes, que sostienen su vida religiosa en un entorno mayoritariamente musulmán.
De acuerdo con medios persas y hebreos, las autoridades iraníes no solo dieron la autorización, sino que además facilitaron la tramitación. Para los dirigentes comunitarios, este hecho refleja una política de reconocimiento hacia los judíos locales, que son una de las minorías religiosas oficialmente protegidas por la Constitución de la República Islámica.
La comunidad judía de Irán, aunque reducida respecto de décadas anteriores, mantiene una presencia activa en Teherán, Shiraz e Isfahán. Se estima que viven en el país entre ocho y diez mil personas. Es la población judía más grande de Oriente Medio fuera de Israel y Turquía.
El mikve restaurado estará abierto tanto a los residentes de la capital como a visitantes de otras ciudades que participen en festividades o actos comunitarios. Más allá de su función ritual, la obra se percibe como símbolo de perseverancia y continuidad de una tradición que ha sobrevivido durante siglos. La restauración, con permiso expreso del gobierno iraní, demuestra que la preservación cultural puede tender puentes de entendimiento aun en tiempos de conflicto, ofreciendo una luz de esperanza en medio de la polarización.
Ramírez de Velasco®
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