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Qué es y cómo funciona la agencia financiera de las Naciones Unidas y de dónde viene el dinero que presta a los países en apuros
El 27 de diciembre de 1945 se creó el Fondo Monetario Internacional. Se trata de una importante agencia financiera de las Naciones Unidas, con sede en Washington, con 190 países asociados. Lo que sigue es un prieto resumen del funcionamiento, misión y críticas a una institución internacional que acude a solucionar problemas de países que requieren su ayuda financiera y acuerdan libremente las condiciones de pago.Su misión declarada es "trabajar para fomentar la cooperación monetaria global, asegurar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un alto nivel de empleo y un crecimiento económico sostenible, y reducir la pobreza en todo el mundo".Fue formada en 1944, e inició el 27 de diciembre de 1945, en la Conferencia de Bretton Woods Bretton Woods, New Hampshire, Estados Unidos. Se basó, sobre todo en las ideas de Harry Dexter White y John Maynard Keynes.La primera mitad del siglo XX tuvo dos guerras mundiales que causaron la destrucción física y económica de Europa y a Gran Depresión que provocó la devastación económica de Europa y Estados Unidos. Estos acontecimientos están en el origen de la creación de un nuevo sistema monetario internacional que estabilizaría los tipos de cambio sin respaldar las monedas completamente con oro, reduciría la frecuencia y la gravedad de los déficits de la balanza de pagos y eliminaría las políticas comerciales mercantilistas destructivas, como las devaluaciones competitivas y las restricciones cambiarias, y preservaría la capacidad de cada país para seguir políticas económicas independientes.
Los delegados de 44 países redactaron los artículos del acuerdo para un Fondo Monetario Internacional propuesto que supervisaría el nuevo sistema monetario internacional.
Los artífices del nuevo régimen monetario esperaban, según dijeron, promover el comercio mundial, la inversión y el crecimiento económico manteniendo las monedas convertibles a tipos de cambio estables. Se esperaba que los países con déficits de balanza de pagos moderados y temporales financiaran sus déficits tomando prestadas monedas extranjeras del Fondo en lugar de imponer controles de cambio, devaluaciones o políticas económicas deflacionarias que podrían propagar sus problemas económicos a otros países.
Cada miembro aporta una suma de dinero la cuota de suscripción. Las cuotas se revisan cada cinco años y se basan en la riqueza y el desempeño económico de cada país: cuanto más rico es, mayor es su cuota. Las cuotas forman un grupo de fondos prestables y determinan cuánto dinero puede pedir prestado cada miembro y cuánto poder de voto tendrá. La contribución de 83 mil millones de dólares de los Estados Unidos es la mayor de cualquier miembro del Fondo, y es el 17 por ciento de las cuotas totales. En consecuencia, Estados Unidos recibe alrededor del 17 por ciento del total de votos en la junta de gobernadores y en la junta ejecutiva. El Grupo de los Ocho países industrializados (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos) controla casi la mitad de los votos totales del Fondo.
El impacto de sus préstamos ha sido ampliamente debatido. Quienes se oponen arguyen que permiten a los países miembros aplicar políticas económicas internas imprudentes sabiendo que, si es necesario, el Fondo los rescatará. Esa red de seguridad, según los críticos, retrasa las reformas y crea una dependencia a largo plazo.
También dicen que el Fondo rescata a los banqueros internacionales que han hecho préstamos incobrables, alentándolos a aprobar inversiones internacionales cada vez más riesgosas.
Sus condiciones también han sido debatidas. Los críticos sostienen que sus prescripciones brindan remedios uniformes que no se adaptan adecuadamente a las circunstancias únicas de cada país. Esas condiciones de préstamo estándar y austeras reducen el crecimiento económico y profundizan y prolongan las crisis financieras, creando graves dificultades para la gente más pobres en los países prestatarios y fortalecen la oposición local al Fondo.
Como información para completar la nota, la actual directora gerente y presidenta del Fondo Monetario es la economista búlgara Kristalina Georgieva, que ocupa el cargo desde el 1 de octubre del 2019. La economista indio-norteamericana Gita Gopinath, que se desempeñó como Economista Jefe, fue nombrada primera directora gerente adjunta desde el 21 de enero del 2022. Pierre-Olivier Gourinchas reemplazó a Gopinath como economista jefe el 24 de enero del 2022.
©Juan Manuel Aragón
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