Peludópolis
El 18 de septiembre de 1931 se estrena Peludópolis, película de animación dirigida por Quirino Cristiani; escrita sobre su propio guion, el sonido era sincronizado
El 18 de septiembre de 1931 se estrenó Peludópolis, en la Argentina, película de animación dirigida por Quirino Cristiani. Escrita sobre su propio guion, el sonido era sincronizado: se grababa en un disco independiente del proyector y se ejecutaba en forma paralela a la proyección. La película ocasionó grandes pérdidas a su director. No se conservan copias del filme.Cristiani nació en Santa Giuletta, el 2 de julio de 1896 y murió en Bernal, 2 de agosto de 1984. Era un caricaturista y director de animación argentino nacido en Italia.Se trata de una sátira política que expone a los piratas al mando de El Peludo (apodo del presidente Hipólito Yrigoyen) abordar la nave del Estado y desalojar a las fuerzas de El Pelado (el presidente Marcelo Torcuato de Alvear) y enfilar hacia la isla de Quesolandia hasta que aparece el Gobierno Provisional (de José Félix Uriburu) en un barco de papel para tomar el poder.De la cinta sólo queda un fragmento de cuatro minutos en un detrás de cámara de la cinta y en cuanto a la música que debía acompañarla, se halló la partitura de la canción "La Ranchera".
En 1916, a los 19 años, Cristiani llegó a la Argentina, contratado por el italiano Federico Valle, que tenía un estudio cinematográfico en Buenos Aires, para dibujar caricaturas e incluirlas en sus películas informativas de cortometraje.
Ante la indicación de Valle de que no admitiría imágenes fijas en sus filmaciones, Cristiani ideó una forma de hacer que sus dibujos se muevan. Bajo esas directivas desarrolló técnicas de animación, con las que realizó en 1917 el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine mundial, El apóstol.
El film fue producido por Valle y financiado por el dueño de la cadena de cines (de apellido Franchini) en que se pasaría el film. Se utilizaron 58 mil dibujos en 35 milímetros, a razón de 14 cuadros por segundo, además de varias maquetas que representaban edificios públicos como el Congreso de la Nación, la Aduana de Buenos Aires y el edificio de Obras Sanitarias de la Nación, además de anegar las calles de la ciudad.
El segundo largometraje, Sin dejar rastros, hacía referencia al hundimiento de la goleta Monte Protegido por un submarino alemán que había provocado en el país manifestaciones de quienes propugnaban el abandono de la neutralidad y el apoyo a los Aliados y que finalizó con las excusas del Imperio Alemán. El filme, sin buena aceptación del público, duró un día en cartelera. Los diarios no lo mencionaron y fue confiscado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, que no quería una confrontación con Alemania.
En 1927, la empresa cinematográfica norteamericana Metro-Goldwyn-Mayer lo contrató como director de publicidad de su filial argentina. Paralelamente, iba formando su propio estudio, Cristiani Studios.
Ante la enorme dificultad de competir con Disney, que venía mayor tecnología y capacidad presupuestaria, el laboratorio de Cristiani hizo doblajes y subtitulado de cintas extranjeras.
En 1941, Walt Disney viajó a la Argentina para el estreno de su película Fantasía. Al conocer la obra de Cristiani, le ofreció empleo en sus estudios en Estados Unidos, pero el argentino lo rechazó, pues su laboratorio ya era uno de los más importantes del país y no quiso abandonarlo.
Dos incendios, en 1957 y en 1961, destruyeron sus películas, las únicas excepciones son El mono relojero, Los que ligan y Firpo-Dempsey, únicas que se conservan en la actualidad.
Después del incendio, Cristiani se retiró y fue olvidado por muchos años, hasta que a principio de la década del 80 se le rindieron homenajes en la Argentina y en Italia.
Murió en su casa, en Bernal, la Argentina, el 2 de agosto de 1984.
©Juan Manuel Aragón
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