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Chiste |
Mi sobrina, futura psicóloga, enfrentará clichés absurdos sobre su profesión, pero con estos chistes los hará trizas
A mi sobrina Rosarito le faltan pocas materias para recibirse de psicóloga y, aunque ya debe saberlos, aquí van algunos prejuicios sobre los psicólogos que quizás deba enfrentar durante toda su vida, si ya no los está experimentando Al final también van unos cuantos chistes.“Sólo tratan a los locos”, dicen por ahí, como si la locura fuera una categoría mensurable, como si se preparan durante largos y duros años, solamente para trabajar en los manicomios. Muchos hombres quizás le huirán a mi sobrina, eso que es muy linda como todas las hijas de mis hermanos, porque “siempre están analizando a todo el mundo”. Y no amigo, el futbolista no almuerza haciendo gambetas, el abogado no está viendo qué leyes infringen sus amigos y el matemático no va por la vida haciendo multiplicaciones, pero, en fin, son creencias comunes, ¿no? “Son charlatanes pseudocientíficos”, ah, si usted dice esto cree que lo tendrán por muy pícaro y es un comentario por demásmente intelijudo.A pesar de que la psicología se basa en evidencia científica, muchos todavía la toman como una disciplina poco rigurosa. Otro (y este sí que es estúpido) dice: “Mirala a aquella es psicóloga y no puede resolver sus propios problemas”. Claaaro, si llega a tener problemas es porque toda la ciencia que estudió no la ayudó o, mucho peor al revés, alguien con dramas no puede ser psicólogo.
Pero no son los únicos. “Son caros e innecesarios”, como si, por un lado, tuvieran que atender gratis y por el otro estuvieran al pedo. Decir que “de todo culpan a la infancia y a los padres”, es un estereotipo muy común, porque entonces todo lo que leyeron, todo lo que saben, todo lo que han estudiado es para echar la culpa a los padres y chau.
A continuación, algunos chistes de psicólogos con los que ellos (y mi sobrina también), se reirán de nuestra ignorancia.
Uno
“Gracias por llamar al Instituto. Si tiene conductas obsesivas, presione repetidamente el número 1. Si es co-dependiente, pídale a alguien que presione el número 2 por usted. Si tiene múltiples personalidades, presione 3, 4, 5 y 6. Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, espere en línea mientras rastreamos su llamada. Si sufre de alucinaciones, presione el 7 en ese teléfono que usted (y sólo usted) ve al final del cable del tubo. Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicará qué número presionar. Si es depresivo, no importa que número marque, nada conseguirá sacarle de su lamentable situación. Si sufre de amnesia, presione 8 y diga en voz alta su nombre, dirección, teléfono, número de cédula, y el apellido de soltera de su abuela materna. Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de escuchar el tono… o antes del tono… o después del tono… O durante el tono... en todo caso, espere el tono. Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue; todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted.
Dos
Psicólogo: Usted está loco.
Paciente: Quiero una segunda opinión.
Psicólogo: También es feo.
Tres
Una pareja lleva 30 años de casada y va a terapia matrimonial. Cuando el psicólogo les pide que le detallen su problema, la mujer saca una lista que llega casi hasta el suelo y empieza a enumerar: no se siente querida, se siente sola, él le hace el vacío, no la comprende, no la desea. En eso, el psicólogo se le acerca, la abraza y le da un largo beso en la boca y el marido se queda mirando. Ella se sienta de nuevo, muda de asombro, y el psicólogo le habla al marido:
–Esto es lo que su esposa necesita, al menos tres veces por semana. ¿Cree que podrá hacerlo?
El marido piensa unos minutos y contesta:
–A ver, a ver. Puedo traerla lunes y miércoles, pero los viernes tengo juntada con los los changos.
Pero no son los únicos. “Son caros e innecesarios”, como si, por un lado, tuvieran que atender gratis y por el otro estuvieran al pedo. Decir que “de todo culpan a la infancia y a los padres”, es un estereotipo muy común, porque entonces todo lo que leyeron, todo lo que saben, todo lo que han estudiado es para echar la culpa a los padres y chau.
A continuación, algunos chistes de psicólogos con los que ellos (y mi sobrina también), se reirán de nuestra ignorancia.
Uno
“Gracias por llamar al Instituto. Si tiene conductas obsesivas, presione repetidamente el número 1. Si es co-dependiente, pídale a alguien que presione el número 2 por usted. Si tiene múltiples personalidades, presione 3, 4, 5 y 6. Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, espere en línea mientras rastreamos su llamada. Si sufre de alucinaciones, presione el 7 en ese teléfono que usted (y sólo usted) ve al final del cable del tubo. Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicará qué número presionar. Si es depresivo, no importa que número marque, nada conseguirá sacarle de su lamentable situación. Si sufre de amnesia, presione 8 y diga en voz alta su nombre, dirección, teléfono, número de cédula, y el apellido de soltera de su abuela materna. Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de escuchar el tono… o antes del tono… o después del tono… O durante el tono... en todo caso, espere el tono. Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue; todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted.
Dos
Psicólogo: Usted está loco.
Paciente: Quiero una segunda opinión.
Psicólogo: También es feo.
Tres
Una pareja lleva 30 años de casada y va a terapia matrimonial. Cuando el psicólogo les pide que le detallen su problema, la mujer saca una lista que llega casi hasta el suelo y empieza a enumerar: no se siente querida, se siente sola, él le hace el vacío, no la comprende, no la desea. En eso, el psicólogo se le acerca, la abraza y le da un largo beso en la boca y el marido se queda mirando. Ella se sienta de nuevo, muda de asombro, y el psicólogo le habla al marido:
–Esto es lo que su esposa necesita, al menos tres veces por semana. ¿Cree que podrá hacerlo?
El marido piensa unos minutos y contesta:
–A ver, a ver. Puedo traerla lunes y miércoles, pero los viernes tengo juntada con los los changos.
Cuatro
* ¿Cuántos narcisistas se necesitan para cambiar un foco? Solo uno. Todo lo que tiene que hacer es mantenerlo en su lugar mientras el mundo gira a su alrededor.
* ¿Por qué la psicoterapia es mucho más rápida para los hombres que para las mujeres? Porque cuando se trata de volver a la infancia, los hombres ya están ahí.
* “Después de 12 años de terapia, mi psicoterapeuta dijo algo que me hizo llorar”. “¿Qué dijo?” “‘I don’t speak Spanish’”.
* Un hombre va a hablar con su psicólogo: Licenciado, siento que soy un perro. ¿Desde cuándo? Desde cachorro.
* ¿Cuántos psicólogos se necesitan para cambiar una lamparita? Solo uno, pero la lamparita debe estar dispuesta a ser cambiada.
Cinco
Un tipo va al psicólogo y le cuenta su problema:
—Todas las noches, cuando me acuesto, antes de apagar la luz se me aparece un enanito verde. Me mira fijo y me pregunta: ¿Has ishpao? Ahí nomás me orino en la cama.
El psicólogo anota y le dice que van a iniciar una psicoterapia, porque debe haber una fijación en la niñez, tal vez cuando le enseñaron a controlar sus esfínteres o quizás hay un conflicto con la figura paterna y blablablá.
Después de varias sesiones sigue el problema. El tipo seguía diciendo lo mismo:
—Cuando me acuesto, antes de apagar la luz se me aparece un enanito verde. Me mira fijo y me pregunta: ¿Has ishpao?” Ahí nomás me orino en la cama.
El psicólogo le dice que van a afrontar directamente el conflicto:
—Esta noche cuando se le aparezca el enanito, usted mírelo fijamente a los ojos y con voz firme y convencida respóndale: ¡Sí, ya he ishpao! Va a ver cómo se soluciona el problema. Venga mañana y me cuenta.
Al otro día vuelve el tipo y el psicólogo le pregunta: “
—¿Y, cómo anduvo?
—¡Pésimo! ¡Un desastre!
—¿Hizo lo que le dije?
—Sí. Me he acostado, me he tapado y ha aparecido el enanito verde . Me ha preguntado ¿Has ishpao? En ese momento me acordé de usted, lo miré fijo y le dije: “Ya he ishpao”.
—¿Y?
—El enanito me miró fijo y me preguntó, ¿pero, ya has cagao?”
Y no sé más prejuicios ni chistes de psicólogos. Pero si usted tiene alguno, escríbalo abajo así nos reímos todos.
Juan Manuel Aragón
A 8 de julio del 2025, en Las Termas. Comprando alfajores.
Ramírez de Velasco®
* ¿Cuántos narcisistas se necesitan para cambiar un foco? Solo uno. Todo lo que tiene que hacer es mantenerlo en su lugar mientras el mundo gira a su alrededor.
* ¿Por qué la psicoterapia es mucho más rápida para los hombres que para las mujeres? Porque cuando se trata de volver a la infancia, los hombres ya están ahí.
* “Después de 12 años de terapia, mi psicoterapeuta dijo algo que me hizo llorar”. “¿Qué dijo?” “‘I don’t speak Spanish’”.
* Un hombre va a hablar con su psicólogo: Licenciado, siento que soy un perro. ¿Desde cuándo? Desde cachorro.
* ¿Cuántos psicólogos se necesitan para cambiar una lamparita? Solo uno, pero la lamparita debe estar dispuesta a ser cambiada.
Cinco
Un tipo va al psicólogo y le cuenta su problema:
—Todas las noches, cuando me acuesto, antes de apagar la luz se me aparece un enanito verde. Me mira fijo y me pregunta: ¿Has ishpao? Ahí nomás me orino en la cama.
El psicólogo anota y le dice que van a iniciar una psicoterapia, porque debe haber una fijación en la niñez, tal vez cuando le enseñaron a controlar sus esfínteres o quizás hay un conflicto con la figura paterna y blablablá.
Después de varias sesiones sigue el problema. El tipo seguía diciendo lo mismo:
—Cuando me acuesto, antes de apagar la luz se me aparece un enanito verde. Me mira fijo y me pregunta: ¿Has ishpao?” Ahí nomás me orino en la cama.
El psicólogo le dice que van a afrontar directamente el conflicto:
—Esta noche cuando se le aparezca el enanito, usted mírelo fijamente a los ojos y con voz firme y convencida respóndale: ¡Sí, ya he ishpao! Va a ver cómo se soluciona el problema. Venga mañana y me cuenta.
Al otro día vuelve el tipo y el psicólogo le pregunta: “
—¿Y, cómo anduvo?
—¡Pésimo! ¡Un desastre!
—¿Hizo lo que le dije?
—Sí. Me he acostado, me he tapado y ha aparecido el enanito verde . Me ha preguntado ¿Has ishpao? En ese momento me acordé de usted, lo miré fijo y le dije: “Ya he ishpao”.
—¿Y?
—El enanito me miró fijo y me preguntó, ¿pero, ya has cagao?”
Y no sé más prejuicios ni chistes de psicólogos. Pero si usted tiene alguno, escríbalo abajo así nos reímos todos.
Juan Manuel Aragón
A 8 de julio del 2025, en Las Termas. Comprando alfajores.
Ramírez de Velasco®
Juan Manuel. No tienes que preocuparte por el futuro profesional de tu sobrina. Te paso algunos datos oficiales.
ResponderEliminarSegún la Organización Mundial de la Salud (OMS), el país con mayor número de psicólogos per cápita, y donde se reporta que la terapia es muy común, es Argentina.
Argentina tiene aproximadamente 222 psicólogos por cada 100.000 habitantes, casi el doble que el país que le sigue en la lista.
Reportan además que en Argentina, buscar terapia es una parte integral de la vida, y la psicología es una disciplina académica popular.
En concreto, el psicoanálisis sigue siendo una forma de terapia muy popular, a pesar de que su popularidad ha disminuido en otras partes del mundo.
Si bien algunas fuentes sugieren que la terapia, en general, es muy popular en Argentina, con una alta demanda de psicólogos, otros artículos destacan específicamente que el psicoanálisis es la forma de tratamiento elegida por muchas personas allí. Una estadística estimada sugiere que, sorprendentemente, uno de cada tres argentinos ha asistido a una sesión de terapia.
Tampoco ella debería preocuparse porque los hombres le huyan. Entre el 70 y 80% de los pacientes es mujer.
En La Argentina la gente no decide qué calzón ponerse sin consultar antes con su psicólogo.
Estos datos explican bastante sobre nuestro país y su gente.