El hambre golpea a Ceilán |
La prohibición total de agroquímicos se probó en Sri Lanka y llevó al hambre de millones de personas
La teoría de los veganos, de que solamente se deben consumir alimentos que no han sido cultivados con agroquímicos, sí es factible de llevar adelante en gran escala, pero bajo la premisa de que los únicos que existan en el mundo sean ellos. El resto, o sea usted, su vecino, yo, y la mayoría de los cristianos, que comemos como Dios manda, deberíamos morir para que la propuesta funcione. Sobramos.Qué buenos son los alimentos orgánicos, libres de fertilizantes y pesticidas, cuánto bien le hacen a la gente dicen algunos y a la vez preguntan: “¿Por qué la Argentina no prohíbe los agroquímicos que provocan daños a la agricultura, el medioambiente y sarasa, sarasa, sarasa?".¡Alto ahí, amigo!, ¡espere un momento!, hay un país que lo hizo. En Ceilán, que ahora llaman Sri Lanka, en abril del 2021, bajo el lema “Visión de la Prosperidad”, el presidente Gotabaya Rajapaksa, prohibió la importación y el uso de fertilizantes inorgánicos y agroquímicos so pretexto de que el gobierno debía garantizar el derecho del pueblo a una “dieta no tóxica”.¿Cómo les fue?
El resultado fue el hambre de millones de personas. Ahora debe indemnizar a los productores por la debacle productiva causada por ensayar modernidades inconducentes. Pero también hubo escasez de otros productos y un aumento de la inflación. A pesar de que la ley empezó a regir en marzo del año pasado, ya en octubre se rehabilitó la importación de fertilizantes por las pérdidas en la producción de té, que viene a ser como el mate de aquí. Imaginesé que un buen día nos quedemos sin el mate cocido del desayuno por culpa de los veganos, el escándalo que armaríamos.
El gobierno de Ceylán está indemnizando a un millón de productores de arroz por la imposibilidad de usar insumos químicos. Pone 200 millones de dólares para compensar el fracaso de las cosechas. La prohibición de importar productos químicos dejó inactiva más o menos un tercio de la tierra destinada a la agricultura. Y la falta de alimentos llevó a los almacenes a racionar el azúcar, las lentejas y otros productos básicos.
El presidente del Parlamento Mahinda Yapa Abeywardana, sostuvo que hay una “amenaza inminente de hambruna” para su población de 22 millones de habitantes, gracias a la agricultura ecológica, que finalmente les trajo consecuencias calamitosas de dimensiones inesperadas.
Iván Ordóñez es un economista argentino, especializado en agronegocios. Opinó para un diario de Buenos Aires: “Todo lo que ocurrió en Sri Lanka es grave. El país tiene un clima tropical y por lo tanto una gran cantidad de insectos. A los insectos les atrae el azúcar. Y el arroz está lleno de azúcar porque es almidón puro. Si te quedas sin fertilizantes y después sin insecticidas para regular la población de insectos, en primer lugar, las plantas no van a crecer lo suficiente y, en segundo, las pocas plantas que crezcan se las comerán los insectos”.
César Belloso, un productor agrario también argentino, señaló que un productor individual puede eliminar el uso de fertilizantes y agroquímicos, bajar su producción y vivir tranquilamente. Pero cuando “eso se transforma en política pública es un desastre”. Explicó que es factible “tener una agricultura sustentable que sí incluya productos químicos al basarse en una agricultura regenerativa, con una mayor intensidad y diversidad de cultivos en la rotación y sin la necesidad de recurrir a la labranza, la principal causa del deterioro del suelo”.
La agricultura “naturista” funciona en una huerta del fondo de su casa don, siempre y cuando esté dispuesto a zapatear para matar las hormigas o les tire agua hirviendo con la esperanza de terminarlas. Si usted es vegano y entran bichitos a los tomates o gusanos a las lechugas, no le importará, porque es de esperar que también sea defensor de los animales, en cuyo caso, si le tocan en la ensalada, los sacará del plato con la uña y seguirá comiendo chotamente.
Pero es una mentira inhumana y cruel la suposición de que el veganismo o el vegetarianismo extremo podrían salvar el planeta de una supuesta catástrofe ambiental, como repiten sin cansarse y en el mismo tono lastimero de los izquierdistas del siglo XXI, los fanáticos de esa patraña.
La hambruna que trajo la radical suposición de que el gobierno debe asegurar la calidad de lo que come la gente, suprimiendo productos químicos necesarios para la agricultura, en Ceylán finalmente terminó con la presidencia de Gotabaya Rajapaksa, que renunció y tuvo que huir del país para que no linchen, mientras la gente debe hacer largas colas para comprar lo mínimo y seguir tirando.
Mire que hemos tenido presidentes de todos los colores, algunos que, francamente, ¿no?, por suerte hasta ahora no elegimos a un vegano o vegetariano para sentar en el sillón de Rivadavia, si no, ¿sabe qué?, hoy íbamos a andar más pobres que Rondamón después de pagar la renta.
©Juan Manuel Aragón
Juan Manuel como siempre un placer leerte .no sabía que el arroz tenía azúcar!!
ResponderEliminarArq Maria lopez ramos