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Vagón comedor del Transiberiano |
El 7 de julio de 1904 se completa la construcción del Ferrocarril Transiberiano, la línea ferroviaria más larga del mundo, conectando Moscú con Vladivostok
El 7 de julio de 1904 se completó la construcción del Ferrocarril Transiberiano, la línea ferroviaria más larga del mundo, que conecta Moscú con Vladivostok, en el extremo oriental de Rusia. El proyecto, iniciado en 1891, abarca 9.289 kilómetros, atravesando siete zonas horarias y uniendo Europa con Asia. La obra fue impulsada por el zar Alejandro III y continuada por su hijo Nicolás II.La idea de un ferrocarril transcontinental surgió en la década de 1880 para fortalecer el control ruso sobre Siberia y facilitar el comercio con Asia. En 1891, el zarévich Nicolás colocó la primera piedra en Vladivostok. El proyecto fue financiado por el gobierno ruso, con un costo estimado de 1,455 millones de rublos, y supervisado por el ministro de Transportes, Serguéi Witte.La construcción comenzó simultáneamente desde varios puntos, dividida en siete secciones principales: Occidental, Central, Circum-Baikal, Transbaikal, Amur, Ussuri y Manchuria Oriental. Más de 70.000 trabajadores, entre ellos obreros rusos, convictos y soldados, participaron en la obra. Los ingenieros enfrentaron terrenos pantanosos, ríos caudalosos y climas extremos, desde el frío siberiano hasta los veranos cálidos.
El tramo Circum-Baikal, alrededor del lago Baikal, fue uno de los más desafiantes, requiriendo 33 túneles y 100 puentes. Hasta su finalización en 1904, los pasajeros cruzaban el lago en ferry. La línea principal, que conecta Cheliábinsk con Vladivostok, se completó en 1901, pero los trabajos continuaron para mejorar ramales y estaciones.
El Ferrocarril Transiberiano utilizó acero ruso para los rieles, producido en fábricas de los Urales. Las locomotoras de vapor, importadas y locales, fueron diseñadas para soportar largas distancias. Las estaciones, como las de Novosibirsk y Irkutsk, se construyeron con madera y piedra, adaptadas al estilo arquitectónico ruso.
El 7 de julio de 1904, el último tramo del ramal Circum-Baikal quedó operativo, marcando la finalización oficial de la línea. Los primeros trenes completos recorrían el trayecto en aproximadamente nueve días, transportando pasajeros, correo y mercancías. La ruta impulsó la colonización de Siberia, con miles de campesinos trasladándose al este.
El ferrocarril también facilitó el comercio con China y Japón, transportando té, seda y grano. Sin embargo, durante la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905), la línea mostró limitaciones logísticas, con tramos de vía única que ralentizaban el transporte de tropas. Esto llevó a mejoras posteriores.
La construcción del Transiberiano requirió la creación de infraestructura auxiliar, como hospitales, escuelas y talleres para trabajadores. Ciudades como Omsk y Krasnoyarsk crecieron alrededor de las estaciones. La línea cruzó ríos importantes, como el Obi y el Yeniséi, con puentes de acero diseñados por ingenieros rusos.
En 1904, el ferrocarril ya tenía 1.200 estaciones y depósitos, con un sistema telegráfico para coordinar operaciones. Los trenes ofrecían vagones de primera, segunda y tercera clase, además de vagones restaurante para pasajeros acomodados. Los trabajadores migrantes viajaban en vagones de carga adaptados.
El Transiberiano transformó la economía rusa, conectando recursos siberianos, como madera y minerales, con los mercados europeos. También atrajo a viajeros extranjeros, fascinados por la vastedad de Rusia. En 1916, se completó el ramal Amur, eliminando la dependencia del tramo chino de Manchuria.
La leyenda del Transiberiano perdura en su operación continua, modernizada con electrificación y trenes de alta velocidad. En 2002, la línea fue completamente electrificada, reduciendo el tiempo de viaje. Hoy, sigue siendo una arteria vital para Rusia y un ejemplo para el transporte mundial.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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