Ir al contenido principal

VISITANTES Las 15 reglas de la hospitalidad provinciana

Siempre

Gestos de una costumbre que quizás se haya perdido en las grandes ciudades


Sé que alguna vez no la practiqué, de 
puro estúpido que soy. Me arrepiento

Qué entendemos por hospitalidad, mucho más allá del diccionario, que indica: “Amabilidad y atención con que una persona recibe y acoge a los visitantes o extranjeros en su casa o en su tierra”, que está muy bien, pero en el caso de las provincias, es mucho más extendida que en las grandes ciudades. Aquí van algunas leyes a cumplir.
1 Abandonamos lo que estamos haciendo para atender al recién llegado. No importa que venga de lejos y no lo veamos nunca o sea de aquí a la vuelta y todos los días lo saludemos. Si se molestó en tocar el timbre de casa, le retribuimos mostrando interés en su visita.
2 Salvo el cartero o el hombre de la moto que viene a dejar la pizza, al resto se lo hace pasar siempre. Se espera que se siente, se le ofrece un vaso de agua, un té, un café, lo que elija. Y se lo deja conversar. Nunca se pregunta qué anda buscando o qué quiere, eso es echarlo.
3 Quien llegó, decide cuándo se termina la visita. Jamás se mira la hora, se hacen gestos y mucho menos se le dice: “Ya es hora de almorzar, así que me vas a disculpar, pero te vas a tener que ir yendo”. Es una total falta de cortesía.
4 En todo caso, si llegó cerca de la hora del almuerzo o de la cena, tampoco se le pregunta si se quedará. Hay que dar por sentado que sí lo hará y cuando todo esté listo, se le dice: “Pase a la mesa, por favor”. Si acepta, no hay que disculparse diciéndole: “Perdone, hay guiso de menudos de pollo, pero no lo esperábamos”, porque se puede sentir mal. Se le sirve la comida y listo.
4 (bis) Pongalé que invitó a alguien a su casa. Debe estar ahí, no vale que le diga: “Si no estoy vete al vecino hasta que yo llegue”. Nos parece que eso es una atroz falta de respeto. Lo aguardaremos a muerte, nosotros o nuestros hijos. No cometeremos el manoseo atroz de ordenarle dónde tiene que ir, en caso de que no estemos. Para eso no lo invitábamos ni aca.
5 Si todavía después de comer no se fue, tampoco se lo despide. Se le dice: “Pase al dormitorio de los chicos a sestiar, ellos tienen que hacer los deberes”. Y así hasta que el tío diga: “Aquí te devuelvo los mil pesos que me prestaste hace dos años, ya me voy”.
6 Para reclamarle que no eran mil pesos el préstamo sino cinco mil, hay que esperar otro día, porque a un huésped no se le reclaman esos asuntos.
7 El que toca el timbre, pongalé que es alguien contra quien se tiene un montón de reclamos pendientes, ya sea de índole familiar, social, económica, deportiva, lo que fuere. No importa, se lo recibe siempre muy bien y, de ninguna manera, pero ni como una indirecta lejana, se le hace sentir aquel reproche. Si ha tocado el timbre y luego pasó en la casa de uno es porque sabe que está en territorio sagrado. No va a ser uno el que profane su propio templo.
8 Si la casa es humilde, con que esté limpia y ordenada es suficiente. No nos disculpamos jamás por nuestra humildad, consideramos soberbia una actitud tal. Si el visitante mira con curiosidad un mate que tenemos de adorno, o alguna otra cosita, antes de que se vaya, se lo entregamos, sin decir nada, envuelto y todo. Nadie se va de nuestra casa deseando tonterías.
9 Esto viene a colación de lo anterior. Aunque uno pase por la mayor de las pobrezas, antes de que el visitante se marche, hay que regalarle algo, un pedazo de tortilla, un táper con el dulce que se sirvió de postre, cualquier cosa para demostrarle lo agradecidos que estamos por su visita.
10 Aunque el visitante sea el mayor garca del mundo y se haya cansado de hablar mal o criticarnos por lo que sea, debe saber que uno es gente. Si es inteligente, se dará cuenta de que, al mostrarle su hombría de bien, uno es mucho mejor que él. Para qué otro desquite, con eso es suficiente. ¿Y si no es inteligente? Bueno, Dios se tomó revancha de él y lo hizo así, está castigado de por vida.
11 A veces, dicen que los de las provincias somos buenos, solamente porque respetamos estas reglas. En realidad, somos igual de malandras que en todas partes, sólo que hemos conservado algunas pocas normas de urbanidad.
12 La hospitalidad no es un peso, siempre es alegría. Si usted llegó y andábamos al salto por un bizcocho, igual le daremos lo mejor que tenemos. Pero no se aflija, después ni siquiera calcularemos cuánto gastamos. Nos parece una falta de respeto decirle a la mujer: “Che, qué hambre tenían tus parientes, comían como hijos de maestra suplente”.
13 No calculamos jamás qué ventajas obtendremos de la hospitalidad. Si vamos por el barrio de aquellos que se presentaron de sopetón en casa, no retribuiremos la visita. Nos arreglaremos como podamos. Hospitalidad es también no molestar a los demás. ¿Para qué ponerlos en el compromiso de recibirnos igual o mejor?
14 Tampoco nos alabamos: “Estuvo almorzando en casa el sabio naturalista Fulano de Tal, o el laureado escritor Menganito, o Zutano que fuera presidente de República del Congo”. Sabemos que podría llegar a sus oídos y sentirse molesto. Además, siempre son hermosas las visitas. Agradecemos al Cielo haber estado ahí para hacer que alguien se sienta bien. Con eso, más que demasiado.
15 De forma.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Me gustó, siempre hay que ser amable con la gente que nos visita.

    ResponderEliminar
  2. Qué linda forma de recordarnos que siempre debemos ser amables! Muy linda nota. Es una sana costumbre que de a poco se va perdiendo, entre la gente.

    ResponderEliminar
  3. Muy buen descripción de una época, quizá pasada. O como dice Magui, se va perdiendo. La urbanidad mata muchas buenas costumbres.

    ResponderEliminar
  4. A mí lo que más me gustó de la nota fue el filete porteño de la ilustración. Ñaaatito eh?

    ResponderEliminar
  5. JUAN MANUEL, HUMILDEMENTE CREO QUE YO CUMPLO MEDIANAMENTE CON ESTAS REGLAS,. JA JA

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

GENTILICIOS Cómo se les dice a los nacidos en Santiago

Santiago del Estero A continuación, una curiosidad, el nombre de todos los hermanos de América, cuyo origen es el mismo de los santiagueños (y una yapa africana más otra norteamericana al final) A Hebe Luz Para recordar que el mes que viene se celebrará la fiesta de Santiago Apóstol, va una lista de los gentilicios de todos los pueblos y ciudades de América que llevan su nombre. Esta lista solo menta las poblaciones con gentilicio documentado o establecido después de buscar en fuentes de internet, como Wikipedia y sitios gubernamentales. Argentina Los de *Santiago de Tucumán son tucumanos, los de Santiago del Estero son santiagueños. Bolivia Los de Santiago de Chiquitos son chiquitanos, los de Santiago de Huari son huareños, los de Santiago de Huata son huatenses, los de Santiago de Machaca son machaqueños, los de Santiago de Cotagaita son cotagaitenses, los de Santiago de Andamarca son andamarqueños, los de Santiago de Callapa son callapeños, los de Santiago de Huayllamarca son huayll...

MEMORIA La Banda no existe

La estación, imaginada por Jorge Llugdar Esa pretendida ciudad es solamente una creación colectiva de la imaginación de los santiagueños, sostenida en el tiempo y siempre activa La Banda no existe, es una creación imaginaria colectiva de los santiagueños que, en un esfuerzo inaudito de un espejismo colectivo, idearon un pueblo paralelo, con calles de nombres parecidos, casas, gente y hasta un ferrocarril propio. Algunas veces alguien que trabaja en un quiosco en Santiago, un médico, un gobernador, el empleado de un laboratorio de análisis, se proclama bandeño. Pero es sólo un chiste sobreentendido, eso lo saben todos. A muchos santiagueños les sucede que al cruzar el puente Carretero con un pariente o alguien de otra provincia, les dice: “Oye, ¿no era que había una ciudad aquí?”. Y hay que explicar de nuevo el asunto del establecimiento colectivo de una ciudad al otro lado del río, con una historia particular, leyendas, personalidades y hasta personajes populares. Algunos sostienen que...

MADRUGADA Rito en la penumbra

Madrugador Un mate que susurra en la noche, tejiendo soledades y verdades en el silencio de las horas que no duermen No es el mate de las ocho, compañero de tostadas crujientes, ni el que pasa de mano en mano entre risas y migas de bizcochitos. El de la madrugada es de otra estirpe, susurro en la quietud, secreto que no se comparte. No obedece al reloj ni a la costumbre; surge como un destello, es un faro para el que navega en la noche. Cuando la casa duerme y la ciudad apenas respira, alguien se levanta, enciende el fuego y escucha el murmullo de la pava, un canto antiguo que conoce de memoria. Este mate no se apura. No se ofrece, no espera compañía. Medita, que abraza al insomne, al que lee hasta que las palabras le queman los ojos, al que hurga en fotos viejas o garabatea ideas que se resisten a ser atrapadas. Lo ceba quien llora en silencio, quien ríe en su interior o quien simplemente mira la noche, buscando algo que no nombra. Es una ceremonia sin reglas escritas, pero con su pro...

SUBVENCIONADA Activista simula masturbarse en un templo (con vídeo)

Simulando actos indebidos trepada al altar Ane Miren Hernández Unda burla la fe católica, simula actos obscenos en el altar y desata indignación con su provocación Este fin de semana, la activista vasca Ane Miren Hernández Unda, conocida como Ane Lindane, desató una fuerte controversia al protagonizar un acto de profanación en la iglesia católica de Saint-Laurent d’Arbérats, en la región de Soule, Francia. El incidente ocurrió durante el festival Euskal Herria Zuzenean, respaldado por instituciones locales que utilizó el templo, no desacralizado, como escenario para actividades que han generado indignación entre la comunidad cristiana. Hernández Unda, nacida en Barakaldo en 1988, es una figura habitual en medios como la radiotelevisión pública vasca ETB y en Canal Red, el proyecto mediático liderado por el dirigente político Pablo Iglesias. En un vídeo que la mujer difundió en intenert, se la observa subiendo al altar de la iglesia, profiriendo gritos blasfemos y simulando actos obscen...

PALABRAS El parentesco de Santiago con los hebreos

Paisaje santiagueño, visto por Jorge Llugdar Etimología desarrollada de “judío” y de “Santiago”, dos vocablos que vienen juntos casi desde el principio de los tiempos Ahora que se está hablando de Santiago, porque viene otro cumpleaños de la ciudad, sería bueno ver la etimología de Y'hudah, que significa “celebrado” o “festejado” en hebreo y tiene una rica trayectoria histórica, lingüística y cultural que conecta al pueblo judío con la tradición bíblica y llega hasta la identidad de Santiago del Estero, a través de la relación entre los nombres Jacob y Santiago. En el libro del Génesis, Y'hudah, el cuarto hijo de Jacob y Lea, recibe su nombre de la raíz hebrea yadah, que implica “alabar” o “dar gracias”. Según el Génesis (29:35), Lea exclamó: “Esta vez alabaré al Señor”, otorgando al niño un nombre que refleja gratitud y celebración. De este origen personal, Y'hudah se transformó en el nombre de una de las doce tribus de Israel, cuyos descendientes desempeñaron un papel cen...