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REINO UNIDO Ni una lágrima por la muerte de Isabel

La tía de sombrero

"Además del morbo que siempre causan las muertes, no veo otra razón para que los diarios del país le dediquen tanto espacio a la tía”


Ha muerto Isabel II, la monarca del Reino Unido. Ahá, ¿y? Digo, esa mujer no representa nada para nosotros y uno de sus hijos, la única vez que vino al país fue para matar argentinos. La verdad, leer la noticia de su muerte me provocó las mismas emociones de cuando veo en el diario los avisos fúnebres: si no son conocidos no me provocan nada, ni consternación ni estupor ni tristeza. Tampoco me alegré, ninguna muerte es como para entusiasmarse.
Se ve que los diarios no tenían nada para publicar 
estos días, porque pusieron todas las notas de las agencias y al parecer le dieron franco al personal. De otra forma no se explica que los portales de internet estén repletos de información sobre el nuevo Reinaldo, sus hijos y nietos, sus nueras, su cónyuge, los perritos de la finada, los autos que coleccionaba, cómo lo conoció al marido, qué comía, qué tipo de papel higiénico usaba (de hojas dobles, obviamente), de qué vivía y quichicientos detalles más que no mueven el amperímetro de lo que sucede en el país ni un cachito así. La otra posibilidad es que los diarios estén ocultando algo, pero son tan obscenos en su búsqueda de primicias, que sería difícil que por una reina más o menos no las consignen. La reina para ellos será todo lo que usted quiera, pero estamos llevando una guerrita contra los otros y no vamos a dejar de insultarlos por nada en el mundo.
También podría ser que tanta atención a lo que sucede en el Reino Unido se deba a un aumento de la cantidad de gente que sostiene que a la Argentina le hubiera ido mejor si los ingleses triunfaban en 1806 o 1807. Ya lo dije otra ocasión, si nos ganaban, para empezar Santiago de Liniers hoy sería un semerendo hijo de puta.
Y nosotros no seríamos ni Canadá ni Australia, posiblemente íbamos a ser más parecidos a la India y Pakistán: un país quedaría para  Buenos Aires y el otro para nosotros. La Patagonia se la regalaban, del Río Colorado al sur, a los chilenos, porque entre Inglaterra y Chile hay como un amor especial. Capaz que les daban también las Malvinas, ya que estaban.
Ha muerto Isabel II que, salvo por el interés que sentía por los caballos de polo ni nos registraba. No lo digo con resentimiento o rencor sino como una tranquila constatación de los hechos. Quizás le importaban mucho más la política de Bután, los maremotos en las islas Marshall, que quedan del culo del mundo una cuadra más adelante, o el resultado del Derby de Kentucky, que un detalle extraviado de un país con nativos algo díscolos e imprevisibles, como la Argentina.
Además del morbo que siempre causan las muertes, no veo otra razón para que los diarios del país le dediquen tanto espacio a la tía. Además, como lo sabe hasta un chico de jardín de infantes, la monarquía inglesa ni es monarquía ni es inglesa. Monarca significa “gobierno de uno solo” (por lo de “mono” ¿vio?, como “monoambiente” que es “un ambiente”, “monosílaba”, que significa “de una sola sílaba”). Con un detalle, los reyes ingleses tienen una función ornamental, no gobiernan así que son casi un florero. Y son originarios del ducado de Sajonia-Coburgo y Gotha, que queda en Alemania.
Sé que alguno me dirá, pero che, son una familia de bien, con esos pobres príncipes que fueron huérfanos de madre tan chicos, ese padre tan frío y distante y esa mujer, la Camilla, que tiene una cara de madrastra mala que le queda perfecta, como el dulce de batata al queso cuartirolo. En ese caso le responderé lo mismo: “¿Y?”.
Va de nuevo, no suelto una lágrima por los muertos de Santiago de la sección Fúnebres, eso que alguno podría ser vecino o pariente de un amigo, mucho menos por esa mujer que, en lo personal no me decía nada y en lo colectivo tampoco. Nunca conversé ni le di la mano, mis amigos tampoco y ellos tampoco tienen un amigo que haya estado hablando con ella. Es probable que, entre los amigos de los amigos de los amigos, uno se haya sacado fotos con Isabel II: ahí está Carlos Saúl Menem que era conocido de un primo mío que vive en La Rioja. Bueno, unito.
Por si fuera poco, la Isabel andaba con los masones o los miraba con mucho cariño. Le explicaría aquí, si tuviera tiempo y espacio, el mal que han hecho los hermanos Tres Puntos, que no son solamente una secta que viste de mandil para tener unas ceremonias raras, sino unos forajidos que se entrometieron en la política argentina del siglo XIX y principios del XX, siempre para mal.
Y vuelvo al principio, ha muerto Isabel II, ¿y qué?, ¿quiere que me ponga a llorar? Haga el favor, y ahora córrase para ese ladito, que están comenzando los Pitufos, en  Discovery Channel.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Coincido, "de un total", como decía un amigo.

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  2. En estos dos días he leído una serie de artículos en La Argentina, que de una ma era u otra tratan de explicar o justificar que alguien no tenga sentimiento alguno, o tenga indiferencia y hasta alegría por la muerte de la reina de Inglaterra.
    Pienso que no hay razón para tener sentimiento alguno, en un sentido u otro, por la muerte de está señora, igual que por la de cualquier otra autoridad política del mundo. Tampoco considero que sea relevante tener que explicarlo.
    En mi caso, la única reflexión que tengo es que ojalá alguna vez los argentinos aprendamos a elegir un gobernante que haga por nuestro pai# todo lo que esa señora hizo por el suyo, y que al final de sus días sea querido y admirado de igual manera por toda la ciudadanía.

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