Ir al contenido principal

1926 CALENDARIO NACIONAL Nace el Polaco

La última curda
En 1926 vio la luz Roberto Goyeneche en Urdinarrain, provincia de Entre Ríos, fue uno de los más grandes cantantes de tango de la Argentina

El 29 de enero de 1926 nació Roberto Emilio Goyeneche, ”Polaco”, en Urdinarrain, provincia de Entre Ríos. Su madre, Mariaelena (así se escribía) Costa, viajaba en tren rumbo a Buenos Aires, en ese lugar sintió los dolores de parto y fue internada en un hospital del lugar.
Fue un cantante de tango, muy reconocido por su calidad interpretativa y por su modo de frasear con rubato. Es considerado uno de los intérpretes más destacados en la historia del género. El rubato es una ligera aceleración o desaceleración del tempo de una pieza, a discreción del solista o del director de orquesta con una finalidad expresiva, según informa la enciclopedia.​
En 1931, cuando murió Emilio, su padre, Emilio, tapicero del barrio de Saavedra, en Buenos Aires, Roberto tuvo que compaginar los estudios con el trabajo y aportar ingresos económicos a su familia. Entonces trabajó como colectivero, taxista y mecánico. En Saavedra conoció el amor de su vida: El Club Atlético Platense.
En 1944 ganó un concurso convocado por el Club Federal Argentino cuyo primer premio consistía en un contrato como vocalista en la orquesta de Raúl Kaplún. Con esa agrupación grabó algunos discos y debutó en Radio Belgrano.
En 1952 fue convocado por Horacio Salgan y saltó a la fama. En ese conjunto cantó a dúo con Ángel Paya Díaz, que le puso el apodo de El Polaco por el que se lo conoció siempre.
En 1956 se convirtió en cantor de la orquesta de Aníbal Troilo. Y en 1963 dejó la orquesta para emprender su carrera como solista.
El director de cine Pino Solanas lo convocó para aparecer en El exilio de Gardel y Sur. Cuando actuó en el Thêatre du Chatelet de París, los críticos lo llamaron “Gardel reencarnado”. También en este período hizo giras por España, Holanda, Alemania, Estados Unidos y Japón.
Murió en Buenos Aires, el 27 de agosto de 1994, por una neumonía.
En su honor, una avenida del barrio de Saavedra lleva su nombre, lo mismo que una tribuna del Estadio Ciudad de Vicente López. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nombró al paso bajo nivel de la avenida Balbín como "Goyeneche-Gatica" y se puso una estatua suya frente a la entrada al parque Sarmiento. Y Cacho Castaña compuso en su honor Garganta con arena.
©Juan Manuel Aragón​

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc29 de enero de 2023, 9:22

    Muy bien por esta evocación a uno de los cantantes más expresivos que hubo en nuestro país.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.