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El 11 de marzo de 1990 los lituanos restablecieron su Estado en lo que fue una declaración de independencia de la Unión Soviética
El 11 de marzo de 1990 se firmó el Acta del Restablecimiento del Estado de Lituania. Fue firmada por todos los miembros del Consejo Supremo de la República gobernada por el partido Sąjūdis. El decreto puso énfasis en la restauración y la continuidad legítima de la Lituania de entreguerras, ocupada por la Unión Soviética en junio de 1940. Fue el primer estado en declarar su independencia tras la disolución de la Unión Soviética.Luego de la partición de la República de las Dos Naciones en el siglo XVIII, Lituania pasó a ser parte del Imperio Ruso. Como consecuencia de la Revolución Rusa de 1917, el Consejo presidido por Jonas Basanavičius proclamó el 16 de febrero de 1918 la independencia. El país disfrutó de su plena soberanía durante dos décadas hasta que en 1939 la Unión Soviética y el III Reich firmaron el pacto Molotov-Ribbentrop por el que ambos regímenes se repartirían Europa Oriental en esferas de influencia, incluidas Lituania, Letonia y Estonia, ocupadas en junio de 1940 e incorporadas como repúblicas soviéticas.En Lituania, el presidente Antanas Smetona abandonó el país y no aceptó la nueva situación. Nunca renunció, pero delegó sus responsabilidades en el Primer Ministro Antanas Merkys, que se proclamó presidente al día siguiente. Dos días después, presionado por los soviéticos, cedió su cargo a Justas Paleckis; periodista de izquierda y opositor a Smetona. Los soviets usaron al gobierno para ofrecer una apariencia de legalidad.Luego el Gobierno convocó unas elecciones amañadas para la Seimas Popular en el que sólo se votaba un único partido de ideología comunista. Una vez "elegido", el 21 de julio la Seimas declaró a Lituania como república soviética y solicitó la admisión a la Unión Soviética. El 3 de agosto, la Unión dio luz verde a la anexión, y quedó señalada la culminación de una revolución socialista lituana como "deseo legítimo" de la población civil.
Cuando llegaron al poder, llevaron adelantes políticas de sovietización: estatización de las propiedades privadas, colectivización de la agricultura, supresión de la Iglesia Católica e imposición de un control totalitario. También introdujeron reformas en el sistema de salud y educativo. En 1953 se terminó con el movimiento Partisano por su oposición a las autoridades. Unos 130.000 lituanos fueron declarados "enemigos del pueblo" y deportados a Siberia.
La llegada al poder de Mijail Gorbachov, para los activistas y disidentes lituanos, supuso una oportunidad que no debían perder. Y los movimientos clandestinos empezaron a salir a la palestra.
El 23 de agosto de 1987, la Liga de la Libertad Lituana hizo su primera protesta sin incidentes. Al no haber arrestos, a mediados de 1988, treinta y cinco intelectuales organizaron el Movimiento Reformista Sąjūdis para apoyar y poner en marcha las reformas de Gorbachov y dar vía libre a una hipotética independencia de la Unión Soviética.
Al poco tiempo creció la popularidad del movimiento, que atraía a muchos a sus mítines en el Parque Vingis. En 1989 siguió con sus demandas, que incluían tomar decisiones económicas y mayor autonomía dentro de la unión Soviética.
Por aquel entonces, comenzaba la Marcha Báltica, una cadena humana de 600 kilómetros de largo por las tres repúblicas bálticas coincidiendo con el 50 aniversario del pacto de no agresión entre nazis y soviéticos.
El siguiente paso era la independencia.
©Juan Manuel Aragón
Cuando llegaron al poder, llevaron adelantes políticas de sovietización: estatización de las propiedades privadas, colectivización de la agricultura, supresión de la Iglesia Católica e imposición de un control totalitario. También introdujeron reformas en el sistema de salud y educativo. En 1953 se terminó con el movimiento Partisano por su oposición a las autoridades. Unos 130.000 lituanos fueron declarados "enemigos del pueblo" y deportados a Siberia.
La llegada al poder de Mijail Gorbachov, para los activistas y disidentes lituanos, supuso una oportunidad que no debían perder. Y los movimientos clandestinos empezaron a salir a la palestra.
El 23 de agosto de 1987, la Liga de la Libertad Lituana hizo su primera protesta sin incidentes. Al no haber arrestos, a mediados de 1988, treinta y cinco intelectuales organizaron el Movimiento Reformista Sąjūdis para apoyar y poner en marcha las reformas de Gorbachov y dar vía libre a una hipotética independencia de la Unión Soviética.
Al poco tiempo creció la popularidad del movimiento, que atraía a muchos a sus mítines en el Parque Vingis. En 1989 siguió con sus demandas, que incluían tomar decisiones económicas y mayor autonomía dentro de la unión Soviética.
Por aquel entonces, comenzaba la Marcha Báltica, una cadena humana de 600 kilómetros de largo por las tres repúblicas bálticas coincidiendo con el 50 aniversario del pacto de no agresión entre nazis y soviéticos.
El siguiente paso era la independencia.
©Juan Manuel Aragón
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