Ir al contenido principal

1838—1893 CALENDARIO NACIONAL González del Solar

Antigua ciudad de Rosario

El 26 de junio de 1838 nació Andrés González del Solar en Buenos Aires, uno de los tantos patriotas a quienes los diarios cubrieron con un ominoso silencio


El 26 de junio de 1838 nació Andrés González del Solar en Buenos Aires. Fue, al decir de Rafael Hernández, un “verdadero patriota y poeta”. A los veinte años se reveló que tenía cualidades poéticas al escribir su “Oda a Cristóbal Colón”. Fue uno de los tantos patriotas argentinos, de los que los diarios cubrieron con un ominoso de silencio.
“¡Colón! Tal vez mañana
la noble raza del latino unida
(la hora está cercana),
formando una nación fuerte y erguida
alce la sien y los espacios mida”.
La poesía fue leída por su autor en el teatro Colón, junto con otros que aparecieron en el diario “La Reforma Pacífica”, Nicolás Antonio Calvo. Pero fueron prolijamente ignorados por el resto de las publicaciones de filiación opuesta al federalismo, tradición que continuaron los diarios liberales hasta hoy.
Por ese entonces González del Solar había ingresado a la política, junto a Nicanor y Melitón, sus hermanos, y su futuro cuñado José Hernández, que militaban entre los federales reformistas que encabezaba Calvo, y a los que sus adversarios mitristas llamaban despectivamente “chupandinos”.
Gracias a la conspiración del silencio, Andrés postergó su vocación poética, abrazó el periodismo militante y emigró a Paraná, justo en el tiempo que va desde las fraudulentas elecciones del 29 de marzo de 1857 que impusieron como gobernador de Buenos Aires a Valentín Alsina, y la batalla de Cepeda, de octubre de 1859. El clima porteño se había vuelto intolerable para los seguidores de Calvo.
En la entonces capital de la Confederación, se desempeñó como periodista y defendió la política de Urquiza en los periódicos “La Luz”, “La Soberanía del Pueblo”, “El Litoral” y “El Paraná”.
En 1861 fue oficial secretario de la Legación en el Paraguay de los López junto al abogado Baldomero García. Luego de la derrota de Pavón, en 1861, cuando Urquiza se marchó del campo de batalla sin pelear, colaboró con Hernández en el periódico federal “El Argentino”, entre 1863 y 1864.
Más tarde se establece en Paraná y trabaja como regente de una escuela primaria y, ya producido el desastre de Ñaembé, se va, con su familia a Rosario, donde vivirá hasta su muerte. Allí escribió en “La Capital”, “La Cabrionera” y otros. Solía utilizar para sus crónicas, llenas de chispeante ingenio, el seudónimo de “Chichipía”.
Compartió penurias y también ideas de redención gaucha con Hernández. En una conferencia que pronunció en Rosario en 1872 —el año en que apareció el “Martín Fierro”— expuso muchas de las ideas presentes en el libro impar de su cuñado.
“Desde luego, y hablando el lenguaje de la verdad —dijo esa vez— no temo afirmar que la condición actual del gaucho es menos aceptable para él que la del coloniaje. En aquellos tiempos tenía, por lo menos, asegurada su vida y, casi paria, sin derechos políticos, sabía no obstante que no iría a servir de pasto a la voracidad de los cañones”.
Dijo: “El gaucho habita los campos sirviendo de baluarte de la civilización, disputando al salvaje de la Pampa la seguridad que ni siquiera podemos darle y, sin embargo, es el primero en pagar los tributos que la ley impone. Si la patria peligra, para él no hay excepciones: su hogar y su fortuna quedan abandonados, mientras lleva a los campos de batalla el contingente de su sangre”. Y critica a quienes sostenían una supuesta inferioridad racial del criollo: “Si se me dice que la indolencia habitual del gaucho es un estorbo para llevar al terreno práctico las teorías que los norteamericanos convierten en bellas obras, yo contestaré que esa indolencia es precisamente la manifestación de la ignorancia, no la expresión ingénita de su índole, y que por consecuencia desaparecerán con la dignificación del individuo”.
En 1873, el chileno José Domingo Cortés lo incluyó en su “Parnaso argentino” al lado de poetas como Juan Cruz Varela, Guido Spano, Echeverría, Gutiérrez, Ventura de la Vega y otros.
Fue intendente de Rosario entre el 13 de noviembre de 1891 y el 6 de diciembre de 1892. Murió en esa ciudad, de una afección pulmonar, en 1893, el mismo día de su cumpleaños.
Junto a sus hermanos Nicanor –Juez de Crimen y Procurador Fiscal, abogado de López Jordán- y Melitón –médico de abnegada actuación en Paraná y en Corrientes, durante la epidemia de cólera de 1866-, constituyó lo que Noé Jitrik llama un tanto despectivamente “asociación familiar para la aventura política”.
Fue integrante de un selecto grupo de federales porteños que promediando el siglo XIX, desde el periódico y la tribuna, combatieron la política segregacionista de Alsina y de Mitre. Eso le valió el exilio definitivo de la ciudad que lo vio nacer y el silenciamiento póstumo de su vida y de su obra.
Hoy lo recuerda el blog Ramírez de Velasco, para que se sepa que el periodismo del silencio es despreciado por quienes aman a la Argentina de verdad.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

DESPEDIDA Hasta la próxima Chacarera Musha (con vídeo)

Velorio de Musha, con música A último momento, cuando ya no quedaba mucho por hacer, se pensó en traerlo a La Banda, pero ya era tarde, la enfermedad estaba ganando Por Alfredo Peláez, “Fredy” Tenía un aprecio especial por Musha. Muchos años de amistad. Era como de la familia. Vi todas las fotos y leí todo los posteos que se publicaron en las redes con motivo de su fallecimiento. De todas la que más me gusto, fue una despedida que decía: "Hasta la próxima chacarera". Y sí. "Musha" Carabajal era pura chacarera. En los escenarios, solía gritar anta cada tema con voz impuesta: "Chacareraaa…". De su círculo íntimo, me contaron, que cuando ya no había nada que hacer, cuando la situación era irreversible, se pensó con SADAIC en trasladarlo a La Banda para que se apague su vida en la tierra que lo vio nacer un 2 de junio de 1952. Fue imposible. "Musha" ya no podía moverse. La terrible enfermedad que padecía le estaba ganando la batalla final. A sus amig...

RELIGIÓN Por qué la masonería no es una inocente asociación

Masones (imagen de ilustración) A veces se debe recordar conceptos simples que están en la base de una creencia, pues hay gente que deliberada o inadvertidamente los olvida o los ignora Para quien crea que no hay nada malo en la masonería, que muchos próceres fueron sus afiliados, cabe hacer una lista de los presidentes y vice que fueron masones o hermanos tres puntos, como también los llaman. Presidentes, Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento (presidente de 1868 a1874 que renunció a la masonería antes de asumir, porque era incompatible con el juramento católico que debía formular y que en ese tiempo era obligatorio), Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen y Agustín Pedro Justo. Vicepresidentes argentinos afiliados a la masonería fueron Salvador María del Carril, Juan Esteban Pedernera, Marcos Pa...

RECURRENCIA Tu perro es sólo un perro

Choco sin raza, obvio No es parte de tu familia, nunca lo será, porque la familia es el proyecto de vida que forman un hombre y una mujer para tener hijos y criarlos sanos y buenos Es sólo un perro, es sólo un perro, es sólo un perro. No, jamás será un ser humano, aunque pasen mil años él, su cría y la cría de sus crías, jamás serán gente. Seguirá siendo un perro, un triste perro. Un animal, ¿entiendes? Es animal y por lo tanto irracional, no razona, no piensa como vos, tu marido o tu señora. Y aunque estamos en pleno tiempo de autopercepción sensiblera, compasiva y tierna, no lo voy a reconocer como tu hijo. No es tu hijo. ¿Vos lo ves así?, bien por vos, para mí no lo es. Dile Pedrito o María Eugenia, para mí es lo mismo, es decir un perro, un pichicho, un choco, un firulais, como lo llaman los mejicanos. Y no, no me gusta tu perro, no es agradable, ¿no ves que tiene cara de perro?, ¿cómo quieres que me guste? Tampoco voy a tener la cortesía de decirte que es lindo. Porque, disculpame...

SAUDADES El cuadro de la abuela

Frente de una casa antigua “En el medio, como chorizos superpuestos y una tras otras, la pieza de los padres, después la de los abuelos, la de los tíos…” Me gusta el liviano aire que portan las casas viejas, que tienen un aparente desorden en las cocinas con el que las abuelas suelen confundir a la gente que llega por primera vez. Me gusta cuando las conozco, cuando me dejan pasar a ese lugar sagrado, que solamente era profanado por los íntimos, y también por el electricista, el gasista, el plomero, cuando llegaban, tras un pedido de auxilio. En ocasiones, como esta madrugada de domingo en que escribo mi diaria crónica, algo en el aire trae el recuerdo de aquello y crece en el pecho un rencor añejo, por las cosas que no están, porque no hicimos mucho para retenerlas y porque, de alguna manera que no sabría explicar, podríamos haber cubierto de eternidad aquellos tiempos y no lo hicimos, ¡caracho! Le cuento por si lo ha olvidado o no lo experimentó, en esas casas había una sala española...

1998 AGENDA PROVINCIAL Tragedia

El Tabycast El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante. A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado. La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese moment...